Para el presidente Andrés Manuel López Obrador sus adversarios están fuera de quicio, desconcertados y no son capaces de frenar la Cuarta Transformación.
“No han podido crear un grupo o facción con la fuerza de los reaccionarios de otros tiempos. Además, lo digo con respeto, no quiero que se entienda como un acto de prepotencia o burla: están moralmente derrotados”, afirmó en un mensaje por su Primer Informe de Gobierno.
Aseguró estar optimista porque la mayoría de los mexicanos lo apoya.
Además, destacó a los empresarios por cooperar con mayor compromiso social, inversiones, empleos y pagar sus contribuciones.
Ante 500 invitados, en el Patio Central de Palacio Nacional, reconoció que la economía crece poco, pero rechazó que exista recesión y fue insistente en la idea de que se fortalece el bienestar y la economía popular.
“Ahora es menos injusta la distribución del ingreso”, remarcó y expuso que un elemento básico de su política es “desechar la obsesión tecnocrática de medirlo todo en función del simple crecimiento económico”.
Planteó que lo fundamental es la distribución equitativa del ingreso y de la riqueza, pues su gobierno retomó la responsabilidad del Estado de promover y encausar el desarrollo económico.
“No es ético ni lícito defender la facultad del Estado para rescatar instituciones financieras en quiebra y considerarlo una carga cuando se trata de promover el bienestar de los más pobres, de los desfavorecidos”, indicó.
Sobre seguridad, López Obrador admitió que aún no se tienen buenos resultados, pero sostuvo que se va a pacificar al país. Describió como efectivo el despliegue de los 58 mil 600 elementos de la Guardia Nacional.
López Obrador: no han podido frenar a la 4T
El Presidente afirma que ahora es menos injusta la distribución del ingreso; señala falla en seguridad.
El presidente Andrés Manuel López Obrador celebró que sus adversarios se encuentren moralmente derrotados y sin haber podido constituirse en un grupo capaz de frenar el proyecto de la Cuarta Transformación.
En el mensaje con motivo de su Primer Informe de Gobierno y tercero ante el pueblo, calificó a los opositores al cambio como conservadores, nerviosos, fuera de quicio, aturdidos y desconcertados.
“Sin embargo”, expuso hacia el final de su discurso, “no han podido constituir, y esto lo celebramos y toco madera, para que no se pueda crear un grupo o una facción con la fuerza de los reaccionarios de otros tiempos. Además, lo digo con respeto, no quiero que se entienda como un acto de prepotencia o una burla, es lo que estoy percibiendo: están moralmente derrotados”.
Acompañado de su gabinete, gobernadores de todas las fuerzas políticas, empresarios, representantes de los poderes Legislativo y Judicial y titulares de organismos autónomos, el Presidente ofreció la mañana de ayer un mensaje que duró una hora con 37 minutos.
Antes de concluir con un “¡Viva México!” que repitió en cuatro ocasiones, López Obrador se describió optimista porque, enfatizó, la mayoría de los mexicanos apoyan la transformación y están felices.
Destacó entonces que “los empresarios están cooperando con mayor compromiso social, invierten, crean empleos, aceptan utilidades razonables y pagan sus contribuciones”.
Contrastó la actitud de ese sector con “los conservadores que se oponen a cualquier cambio verdadero y están nerviosos o incluso fuera de quicio”.
El Presidente consideró que, en nueve meses que lleva su gestión, es mucho lo conseguido y ya se puede demostrar que se está viviendo un cambio de régimen. Habló de haber tenido la fortuna de la suerte que, según citó, Maquiavelo definía como un componente de la política.
“Estamos llevando a la práctica una transformación profunda con poca confrontación y sin violencia política. No dejan de existir, ni queremos que desaparezcan, las protestas legítimas de los ciudadanos, ni los reclamos de nuestros adversarios”, matizó.
Vino enseguida el señalamiento de los adversarios y la frase de Benito Juárez de que el triunfo de la reacción era moralmente imposible.
Y subrayó una vez más: “Están moralmente derrotados porque no han tenido oportunidad de establecer un paralelo entre la nueva realidad y el último periodo neoliberal, caracterizado por la prostitución y el oprobio, que se ha convertido en una de las épocas más vergonzosas en la historia de México”.
Afirmó que si su gobierno actúa con ética y voluntad en moralizar la vida pública, se impondrá el interés nacional “a los hombres ambiciosos seducidos por el falso brillo de lo material y lo mezquino”.
López Obrador resumió así el plan de su gobierno: acabar con la corrupción y la impunidad. Y sostuvo que eso implica aplicar la ley de manera pareja. “Ni huachicol arriba ni huachicol abajo”.
Excelsior