Apenas ayer le hablábamos de la difícil situación en Guadalupe y Calvo, donde la violencia no para y los muertos abundan. Resulta que se suma otra rayita más al tigre ahora con la masacre de cinco miembros de una familia, en Baborigame, un nido de criminales que someten y martirizan a la población.
Los profesores y alumnos de la localidad contemplan realizar una protesta pero tienen miedo de las consecuencias. El difícil que los tomen en cuenta pues si no han resuelto el asesinato de Jaime Orozco, candidato a la alcaldía, menos escucharán a un grupo de inconformes. Mejor adelantaron las vacaciones y todos a sus casas mientras se calma la situación.
En este punto debemos preguntarnos ¿cómo está la situación en Chihuahua? Ya no se habla de la lucha de cárteles, del reacomodo de fuerzas criminales ni de las acciones contra el narco, ahora todo son “hechos aislados”, manchitas en un mundo feliz en el que no pasa nada.
¿Realmente los grandes capos que han operado desde hace décadas ya se retiraron? ¿Será que los líderes de los cárteles colgaron la metralleta y la cambiaron por la mecedora? Nada de eso. Los asesinos de miles de chihuahuenses siguen libres y mientras no haya justicia ni memoria, la violencia seguirá y seguirá por mucho que se niegue. Los narcos no se jubilan.
Una prueba es la reciente sanción contra empresas relacionadas con Rafael Caro Quintero, líder del antiguo Cártel de Guadalajara, quien lleva 28 años en prisión, en Estados Unidos.
Esto nos pone a pensar si realmente todos los capos que están encarcelados han dejado de operar o si los muertos marcaron el fin de sus grupos criminales. Todo indica que no. Los que están en la cárcel trabajan desde allí sin peligros ni distracciones y los muertos fueron relevados. Incluso hay casos como el de Nazario Moreno, quien presuntamente perdió la vida pero no hay ninguna prueba de eso.
Pasando a las campañas, que es el tema de moda, supimos que algunos de los actuales candidatos aún no ganan y ya están hablando en serio de su siguiente paso en la obsesión por el poder, una obsesión legítima si se lleva de manera constructiva y sana, lo cual rara vez sucede.
En el PRI se habla que ya el “Teto” Murguía está preparando a sus huestes para ir por la revancha rumbo a la gubernatura. Marco Quezada hace lo mismo, afina detalles, teje alianzas y refuerza amistades dentro del renovado “Grupo Delicias” que quiere volver a gobernar.
Lilia Merodio y Graciela Ortíz quieren convertirse en la primera gobernadora de Chihuahua, mientras que Enrique Serrano y Javier Garfio también ya ven su foto en el salón Gobernadores. No ha acabado una contienda para cuando ya piensan en la otra. Guerreros los muchachos.
En el PAN… bueno. Mario Mata es el panista más fuerte del Estado, le ganó al PRI en una de sus cunas y podría repetirles la dosis, lo cual lo haría el candidato natural, eso si no se imponen decisiones desde el centro o si las tribus panistas no revientan sus procesos antes, como acostumbran.
Maria Antonieta Pérez también trae aspiraciones, pero lo difícil de su actual reto que es vencer a Serrano la trae con la mente lejos de aspiraciones mayores, pero de que su corazoncito se agita cuando escucha “gobernadora” ni cómo negarlo.
Y hablando de Toñeta, le ha salido bien la treta de provocar a Gas Natural, propiedad de la familia Fuentes, la misma de la diputada priísta Adriana Fuentes, pues el desplegado en el que la llaman “mentirosa” ya sirvió para echarle leña a la hoguera y hacer polémica. Le salió el truco.
Ahora llevará el pleito con la empresa al plano electoral, pues ya anunció que presentará una denuncia contra la gasera argumentando que es una estrategia del PRI para desacreditarla y, por tanto, sujeta a la legislación electoral.
En Chihuahua, Javier Garfio ya prepara su megacierre de campaña y muchos hablan de que estará con el estelar Juan Gabriel, quien promete llenar cualquier evento y sin cobrar, ya ven que al PRI jamás le cobra, dicen. El reto será que siga arrastrando gente, pues en su luna de miel con sus amigos del tricolor, ya no sale de Chihuahua.
Pero Miguel Riggs no se quiere quedar atrás. Prepara ya su cierre en compañía de Bronco y Julio Preciado, en el Palomar. No cabe duda que en tiempo de campañas lo que sobra es pachanga gratis para todos, pues apenas salen de las ferias y ya les tienen más show.
Y hablando de la “Feria Internacional Santa Rita-ExpoGán 2013”, resulta ridícula la actitud de Javier Torres Cardona y la gente de gobernación, quienes “multan” de manera casi simbólica a los grupos que tocan narcocorridos.
Se sabe que la multa está contemplada de antemano, los músicos lo saben y no les importa. Ya está negociada como un impuesto más. Es paradójico que multen a un conjunto de narcocorridos por tocar… narcocorridos. Es como multar a la extinta Celia Cruz por meterle demasiada “azúcar” a sus ritmos. Ojalá tu día, estimable lector, esté lleno de azúcar hoy.
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