Tal como se lo comentamos ayer, el manejo de los grupos que tocan en la Feria Internacional Santa Rita-Expogan ha comenzado a sacar ampollas entre los equipos del Gobierno del Estado y del Municipio.
Pese a la orden expresa del gobernador de prohibir los narcocorridos y las advertencias de gobernación municipal, los organizadores de la feria se han pasado por la entrepierna las instrucciones y han traído a pura banda chacalosa, de esas a los que las románticas no se les dan muy bien. Prefieren hablar de metralletas.
Javier Torres Cardona anda hasta avergonzado. Las multas de veintitantos mil pesos es lo que el grupo se gasta en el after y simplemente quedan como payasos pues las sanciones son de burla y los grupos le cantan a grandes capos en sus narices.
¿Están tan desinformados los organizadores de las Ferias que no han visto las portadas de “Los Tucanes” plagadas de muchachas y
metralletas?, ¿Nunca escucharon ni por error en la radio la famosa canción sobre “los tres animales”?, ¿O simplemente les vale sombrilla lo que ordenen el gobernador y el alcalde?
Marco Adán Quezada no quiso asumir una culpa que no es suya y anunció que pedirá cuentas a los organizadores de las Ferias, para saber la razón de sus omisiones y su rebeldía.
Y ya que hablamos de Marco Quezada, supimos que anda en la gira del adiós, afinando detalles para su salida triunfal y preparándose para la siguiente etapa.
El gobierno de Quezada superó sin duda por mucho a los panistas. Se le considera un hombre sobrio, honesto y de palabra, pero además con muchos pantalones.
Es el único alcalde de los últimos años a quien no se le ha señalado por corrupto, su familia no ha dado escándalos como los célebres Borrueles y al contrario de la señora Leticia Macías de Borruel, Lucía Chavira se ha ganado el respeto, la confianza e incluso el cariño de muchos quienes la han tratado, además de ser una profesional y buena colaboradora de Marco.
Pero los buenos oficios no significan que el ojiverde sea dejado. Supo fajarse con los ambulantes y echarlos del centro, capotear a la gente del gobernador que le tiró varios mordiscos y a grandes rasgos ha hecho crecer la ciudad en todos los aspectos, pero el más emblemático es la remodelación del Centro Histórico.
Y es precisamente en el Centro donde quiere dar su último informe como alcalde. No es para menos. Quezada asumió el riesgo que otros alcaldes evadieron y logró sacarlo adelante luego de bastantes dificultades. Ahora lo quiere presumir, y se vale.
Otros que quieren presumir, pero sin mucho esfuerzo, son muchos “derechohumanistas” que se han empecinado con el caso de Clara Armendáriz, la madre de la bebé abandonada en las afueras de un templo, durante una helada.
El caso aquí es que tanto la administración estatal se ha obsesionado con quitarle a la niña, como los grupos de izquierda se han empecinado en hacerla ver como una mártir. Ninguna de las dos.
Los hechos son que esta jovencita abandonó a su hija a su suerte en medio del frío, arriesgándola a morir. Es cierto que es joven y que atravesaba por muchos problemas, pero también es cierto que cientos de madres tienen problemas similares o peores y no abandonan a sus hijos. Se entiende pero no se justifica.
También es cierto que los grupos involucrados, el gobierno, la sociedad e incluso los medios, no somos nadie para juzgar. Esto es parte de la mentalidad inquisidora que aún se arraiga en la psique chihuahuense. Lo que hubo aquí fue probablemente un delito y una omisión, y deben ser los jueces y los especialistas del DIF quienes determinen, más allá de intereses particulares, si lo mejor para la bebé es permanecer junto a su madre o no. Es el bienestar de la pequeña lo que importa y nada más.
Mientras la atención se centra en casos telenovelescos, la masacre en la Sierra y otras zonas del estado no para. La Fiscalía parece haberla emprendido en serio contra los sicarios que arrasan pueblos enteros y por primera vez parece tener intenciones de golpear a quienes los protegen: Los policías de la región.
Por años las autoridades han preferido fingir que no pasa nada. Que los asesinos salen de debajo de la tierra, de la nada, matan y vuelven a meterse entre las piedras. No es cierto. Los asesinos son casi figuras públicas, temidas, odiadas e incluso veneradas por muchos. Y los policías los protegen.
Ahora el Fiscal Carlos Salas parece querer entrarle al torito y van por estos policías que en ocasiones son los mismos asesinos. Ojalá le vaya bien y pueda llevar algo de orden a esta desangrada región.
Y pasando a los temas grillesco electorales. Los candidatos de todos los partidos y municipios ya ven venir el descanso de las campañas. Algunos andan literalmente ampollados. Otros hacen como que hacen y muchos más ya se saben perdedores o ganadores, así que ni le buscan.
En Juárez Enrique Serrano desayunó con empresarios lecheros, los meros meros de la frontera, a quienes les expuso su plan de trabajo y distintos programas que tiene contemplados. Pedro Zaragoza apoya por igual a priístas y panistas, él le reza a Dios y al Diablo, por si las dudas. Así nunca pierde.
Pero otros que apoyan parejo son los banqueros, quienes se reunieron con Javier Garfio y Miguel Riggs, aunque este último llegó tarde. Mal, mal, mal. Los empresarios y banqueros se recargaron hacia Garfio y no se les puede culpar. El ex secretario de Obras Públicas se desenvuelve muy bien en estos ambientes y Riggs simplemente es un novato, con buenas intenciones, pero novato al fin.
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