La Universidad de Oxford comenzará a probar en niñas y niños la vacuna contra el COVID-19 que desarrolló con AstraZeneca, un paso potencialmente clave para poner fin a la pandemia mundial.
El ensayo planea reunir a 300 niñas y niños de entre 6 a 17 años, informó la universidad en un comunicado este sábado. Las primeras aplicaciones se llevarán a cabo este mes, y hasta 240 niños recibirán la vacuna contra el nuevo coronavirus y el resto una vacuna contra la meningitis, que debería producir efectos secundarios similares.
Se espera que AstraZeneca lleve a cabo un ensayo más grande con miles de niños en Estados Unidos más adelante en el año.
El estudio de fase 2 se llevará a cabo en Oxford y en tres ciudades de Reino Unido (Londres, Southampton y Bristol) y evaluará la seguridad y las respuestas inmunitarias en los menores de edad. Los investigadores probarán la vacuna en niños de 12 a 17 años antes de pasar al grupo de edad más joven, y se esperan datos iniciales para el verano, explicó Andrew Pollard, investigador principal del ensayo, en una entrevista con Bloomberg.
El estudio analizará dos regímenes de dosificación con un mes y tres meses de diferencia, agregó.
Algunas farmacéuticas iniciaron ensayos en niños a finales del año pasado después de que se estableciera la seguridad y eficacia de las vacunas pioneras en adultos. Pfizer, que tiene una vacuna aprobada para personas de 16 años o más, completó el mes pasado la inscripción para su ensayo de niños de 12 a 15 años con más de 2 mil menores evaluados. Moderna también está probando su inyección en adolescentes y se espera que Johnson & Johnson comience pronto los ensayos en niñas y niños.
Planeamos realizar ensayos en menores de edad desde el principio «para asegurarnos de que tuviéramos la mayor oportunidad de acceso a la vacuna en todas las edades», dijo Pollard.
«Estoy absolutamente encantado de que hoy estemos lanzando los ensayos pediátricos después de este largo camino en el que hemos estado», comentó.
Si bien la mayoría de los niños tienen síntomas limitados o nulos de COVID-19 y rara vez se enferman gravemente, se sabe poco sobre cuánto pueden transmitir el virus. Inocular a los jóvenes podría ser clave para detener la propagación del patógeno; ayudar a mantener abiertas las escuelas, y evitar que adultos mayores de las comunidades y familiares los parientes mayores se enfermen.
Hasta el 4 de febrero, alrededor de 2.93 millones de niños en Estados Unidos han dado positivo por el nuevo coronavirus desde el inicio de la pandemia, según la Academia Estadounidense de Pediatría.
Fuente: El Financiero