Rafael Jesús Caraveo Opengo, exsecretario técnico de la Comisión de Administración en el Senado que apareció el pasado mes de agosto en un video recibiendo fajos de billetes de un supuesto funcionario de Petróleos Mexicanos (Pemex), confesó a la Fiscalía General de la República (FGR) que no fue una, sino 15 maletas de dinero las que recibió en siete ocasiones como parte de la trama de sobornos que entregó la empresa Odebrecht en México durante el sexenio de Enrique Peña Nieto, reveló hoy el periódico Reforma.
De acuerdo con el medio, quien tuvo acceso a la declaración del militante del Partido Acción Nacional (PAN), éste habría detallado hace dos meses ante las autoridades que el dinero fue recibido “por órdenes del entonces Senador panista Jorge Luis Lavalle Maury y que el destino fue para campañas electorales panistas”.
“‘José Luis Lavalle Maury me llamaba y me decía quién iría conmigo’, declaró, ‘ya que fueron otras dos personas las que me acompañaron a recibir dinero, y de ellas me daba el teléfono y los veía en la parte de abajo del estacionamiento o en el lobby del Senado”, relató el exfuncionario, según escribe el periodista Abel Barajas.
Asimismo, Caraveo Opengo explicó que al salir de la Cámara Alta se dirigían a Montes Urales 425, ubicado en las Lomas de Chapultepec, para realizar las entregas del dinero, tal como lo había denunciado Emilio Lozoya, exdirector general de Pemex, el pasado 11 de agosto, cuando acusó que se entregaron sobornos a legisladores para aprobar la Reforma Energética impulsada en el Gobierno peñista.
Una vez en el sitio, agregó, “Francisco Olascoaga [jefe de departamento Administrativo en la Dirección General de Pemex] ya tenía recibos elaborados en los que especificaba la fecha y la cantidad que me estaba entregando y los cuales yo estampaba mi rúbrica”.
En la declaración de Jesús Caraveo Opengo, precisó Reforma, se constata que la primera entrega de dinero se llevó a cabo a finales de 2013, luego de que el entonces Senador Jorge Luis Lavalle Maury le diera la instrucción de recoger “unos expedientes que él tenía que revisar”, pero alguien lo debía llamar.
Según lo publicado este miércoles por el periódico de circulación nacional, José Velasco Herrera, jefe de ayudantes de Lozoya, fue quien le habló al panista y le dijo en qué parte se verían. En el sitio acordado ya lo esperaba una Suburban oscura, a la que subió.
“Enseguida me mostró una maleta de tela color negro, tipo deportivo, de aproximadamente 50 centímetros de largo por 50 centímetros de ancho, misma que abrió y la cual no contenía expedientes, como me lo había hecho saber el señor Jorge Luis Lavalle Maury, sino que en su interior había fajos de dinero eran billetes de 500 pesos”, se lee en la denuncia.
Posteriormente, Caraveo le habló al legislador, quien sólo le pidió entregarle la maleta. Sin embargo, cuando lo vio para hacerlo, le habría reclamado que lo hubiera mandado a recoger el dinero.
“Él me manifestó que no me preocupara porque no era nada ilegal, que estuviera tranquilo, ya que le estaban devolviendo un préstamo y yo me molesté y me retiré de su oficina, aclarando que en esa ocasión no supe o no recuerdo el monto total que contenía la maleta”, comentó en los documentos que revisó Reforma.
Ariadna Camacho “La número 1”: Justicia con rostro humano para todo México
En tiempos donde México necesita confianza y esperanza en sus instituciones, platicamos de frente con Ariadna Camacho, quien aspira a convertirse en magistrada del Tribunal de Disciplina Judicial. Una mujer de trabajo, sencilla en el trato, pero firme en su vocación de servicio. Con años de experiencia en el derecho y en organismos nacionales e internacionales, Ariadna no viene a improvisar: viene a servir.
—¿Qué representa para ti buscar ser Magistrada en esta etapa de tu vida profesional?
“Es un sueño que abraza una enorme responsabilidad. Llegar al Tribunal sería la oportunidad de poner todo lo aprendido para lograr una justicia más transparente, más limpia, más cercana a la gente. La rendición de cuentas no debe ser una frase bonita, debe ser una realidad”.
—¿Qué aprendizajes de tu trayectoria te acompañan hoy?
“Me llevo en la maleta la sensibilidad que da el servicio público y la visión internacional de las mejores prácticas. Pero sobre todo, la empatía. Nunca olvidar que detrás de cada trámite, hay una persona que confía en nosotros”.
—¿Cuál consideras el principal reto del Poder Judicial?
“Recuperar la confianza de la gente. Que sepan que aquí sí hay justicia, que no todo está perdido. Para eso, hay que actuar con transparencia, ser claros, ser humanos y trabajar con todo el corazón”.
—¿Cómo acercar más la justicia a la ciudadanía?
“Hay que hablar su idioma, es el de todos, el que tú y yo consumimos diariamente. Simplificar los procesos, ser más accesibles. Hay que escuchar, acompañar, tender la mano, no solo emitir sentencias”.
—La corrupción sigue siendo un cáncer en el sistema. ¿Qué propones para combatirla?
“Cero, cero tolerancia. Blindar el sistema desde adentro, proteger a quien denuncia, y educar nuevas generaciones que entiendan que ser servidor público es un honor, no un beneficio personal”.
—¿Qué buenas prácticas internacionales deberían replicarse en México?
“La justicia restaurativa: que no solo se castigue, sino que se repare el daño. Y abrir de par en par los mecanismos de rendición de cuentas. Más derechos humanos, más transparencia”.
—¿Qué le dirías a los jóvenes que sueñan con integrarse al sistema de justicia?
“Que estudien, que trabajen duro, pero sobre todo, que nunca olviden que la justicia es para las personas. No es para el escritorio, no es para las estadísticas. Es para cambiar vidas”.
—Por último, Ariadna, ¿cuál es tu compromiso?
“Ser una magistrada que honre la confianza de México. Trabajar con integridad, con pasión y siempre con la frente en alto. Mi compromiso es con la justicia y con la gente, siempre con la gente”.