Un fenómeno muy extraño está ocurriendo en el PAN, donde muchos de los grillos de todos los tamaños están apuntando todas sus baterías, no a los aspirantes rivales, sino a los de casa, principalmente hacia Juan Blanco y Jaime Beltrán del Río.
Al primero es al que lo están tupiendo más, con eso de que quiere jondear la curul apenas tres meses después de haberla recibido, y no es cualquier curul, es la única que ganó el blanquiazul en la entidad, y Juan es también el perfil más fuerte y conocido, de ahí debe venir la oposición interna.
Desde luego no deja de ser cuestionable el ‘chapulinazo’ de liana a liana del ex alcalde. Consumir recursos humanos y materiales, luchar por una posición y pedir el voto de la gente para que al llegar resulte que siempre quiere otra cosa, pero ¿habrá algún panista tan ingenuo para creer que se quedaría en San Lázaro a levantar la manita? ¿Que la gubernatura no era lo suyo, que lo suyo era legislar?
También, sobre todo en Facebook, le alegan al empresario de las pizzas que ni de chiste ganará, que fortalece más al partido desde el Congreso, que Jaime Beltrán del Río ya tiene la candidatura en la bolsa y que ni para qué se molesta. Caray, a este señor hasta lo metieron a la cárcel, lleva años sediento de la nominación, ¿y alguien espera que ahora diga “ta bueno, no voy”? Por favaaar.
Es cierto que el ex alcalde también tiene su historial, sobre todo por el caso del relleno sanitario, pero ¿qué le van a sacar con eso si ya resultó ‘inocente’? De ser cierta esta transa, ¿se compara con los desfalcos millonarios y el megaendeudamiento del actual gobernador? Para nada, en una guerra de lodo saldría tan embarrado como cualquiera, quizá hasta poquito menos.
Otros le tiran a Jaime Beltrán del Río. Le dicen (con razón) que en Chihuahua nadie lo conoce, que su respaldo social, político y empresarial no se comparan con los de Blanco, que Delicias es un ranchito y Chihuahua pues la capital. Otros le dicen que mejor le saque todo el jugo posible a su último año de alcalde y arrope a los suyos, que el partido no tiene posibilidades, pero ni modo que este pesimismo le haga mella. De que va, va.
Los rumores dicen que Jaime Beltrán del Río no va solo, que trae padrinos y no precisamente panistas. Incluso le han sacado a relucir sus buenos oficios con Jaime Herrera Corral, secretario de Hacienda (y director del banco Unión Progreso) e incluso lo vinculan muy pegadito al gobernador César Duarte. No sabemos qué tanto hay de cierto en que el mandatario tendría candidato en varios partidos, pero de que le pegarán con eso a Jaime Beltrán del Río, no quede duda.
Ahora. Si a los panistas que refunfuñan por enviar a la candidatura a los perfiles más fuertes del partido ¿pues qué esperan? Nada les gusta. Lo curioso es que es en éstas épocas cuando muchos albiazules se rasgan las vestiduras, critican al de al lado y a la dirigencia, renuncian, patalean, pero el resto del año seriecitos, seriecitos… ¿sabrán que tiene doce meses para trabajar por el partido?
Las críticas más ácidas van contra ex panistas como Antonio López, quien dejó las filas para construir su proyecto independiente. Al PAN le arde porque Toño no es un Borruel o un Pérez Cuellar, que aportaban al partido pero también lo podrían y lo parasitaban. Toño es un candidato viable, con derecho de picaporte ante numerosos empresarios y notable simpatía entre los panistas de a de veras.
También les dolió el batazo que dio la Suprema Corte de Justicia de la Nación al reventar los candados que entorpecían las candidaturas independientes para los comicios de 2016, en los que habrá elecciones para gobernador, y se echó para atrás que los candidatos deban comparecer ante las autoridades electorales en un plazo de 20 días.
También anularon la comparecencia personal y con credencial en mano, a los interesados en apoyar a un candidato, lo cual se calificó como “una carga excesiva” y un “requisito desproporcionado” que restringía el derecho ciudadano a ser votado. No obstante, se mantiene el requisito de reunir las firmas de al menos 3% del padrón, algo que no se le pide ni a partidos parásitos como el PT.
El ministro Arturo Zaldívar manifestó que el exigir este requisito, hacía prácticamente inviable que los ciudadanos tuvieran posibilidades de contender como candidatos independientes en los comicios de Puebla. “Este requisito en particular me parece que no resiste ni en el más mínimo análisis”, expresó.
Los que quieren su ‘aguinaldo’ son los aduanales, en especial los del cruce de Santa Teresa, que aprovechan que el semáforo no sirve para agarrar a paisanos y compradores chihuahuenses que vuelven del ‘gabacho’ y así tratar de quedarse con una tajada.
Según nos cuentan, uno tras otro los obligan a descargar ellos mismos sus vehículos, para hacerles la vida pesada y buscarles cualquier pretexto para pedir ‘mordida’ o decomiso, alentando el tráfico y fastidiando a todo mundo, todo sea por llevar varios Playstations a casa esta Navidad.
El reclamo lo hizo público el coordinador perredista, Luis Javier Mendoza, quien pidió llamar a cuentas al administrador de la Aduana de Juárez, Yadeneiro Hernández Austria, para que ponga orden.