En el Ichitaip cambiaron todo para acabar igual. Así quedó claro con la cuestionada elección de consejeros en el Instituto Chihuahuense de Transparencia y Acceso a la Información Pública, en el cual de nueva cuenta se impusieron las cuotas partidistas sobre el interés de los ciudadanos e incluso sobre la Ley, pues careció de los principios de motivación y fundamentación, todo por beneficiar los intereses de Miguel Latorre, quien metió su cucharota. Así como le hicieron en la lodosa legislatura pasada, igualito.
Primero el partido, luego el perfil. Este fue el criterio que siguieron los legisladores al colocar a la panista Amelia Martínez, con calificación más baja y sin experiencia en el tema, sobre Mónica Sofía Soto, la mejor calificada de las féminas, con 10 años de experiencia en el ramo y una sólida base académica que la respalda, pues es candidata a doctorado en la materia, por no hablar de que es apartidista y con una trayectoria intachable y alejada de intereses.
Se impone el amigómetro. Rodolfo Leyva y Alejadro de la Rocha, aunque más azules que el cielo, demostraron capacidad en el proceso ejemplar que encabezó Roberto Fuentes, el cual debería ser retomado en otras áreas de gobierno donde, a usanza del sexenio pasado, todo se ha repartido entre compas y cuotas, en prácticamente todas las secretarías. ¿Con qué criterio se han hecho los nombramientos? Con el amigómetro.
Está en juego el interés ciudadano. No se trata sólo de un hueso lo que está en juego, sino la imparcialidad en el derecho a la información y la transparencia de los chihuahuenses. ¿Qué certidumbre se puede tener en una comisionada que llegó por favores y debe su puesto al partido que ahora tendrá que auditar? ¿Se atreverá a sacarle los trapitos al sol a los azules que la llevaron a esa nómina? No nos hagamos… los dados estuvieron cargados.
Hasta nepotista salió Latorre. Es tanto el interés del líder de la bancada en el Ichitaip, un organismo que se supone debiera ser autónomo, que hasta coló a su esposa, Cynthia Mayela Rodríguez, y tal parece que colar a Amelia tuvo como objetivo asegurarle la nómina por siete años más a su señora. Dicen que en el jaloneo hasta el patriarca del PT resultó beneficiado con un ascenso para su nuera, que también trabaja en el Ichitaip, entre otros favorcillos que se habrían repartido. Huele mal, muy mal.
Otro sinvergüenza es Enrique Serrano. A pesar de que su padre político, el gobernador César Duarte, está a días o quizá horas de ser sancionado por su propio partido, todavía tuvo el descaro de aprontarse en la posada con seccionales del PRI, donde desde luego muchos le hicieron el fuchi no tanto por el rechazo al régimen de corrupción e ineptitud que representa, sino porque políticamente está más apestado que un coyote muerto.
El que sí anduvo muy saludador fue Reyes Baeza. En el evento se notó que es el líder indiscutible de lo que queda del partido. Las masas lo aplauden y pese a que en su administración hubo fallos y dificultades, como en cualquiera, en el recuerdo de los ciudadanos y en especial de los priístas queda una buena impresión que ahora se nota y se nota mucho. También anduvo allí Marco Adán Quezada, quien a pesar de la tragedia del Aeroshow trae bonos altos y amaga con que, si le cierran las puertas en su partido, pues se va a Morena, donde ya lo esperan con perdón y bendición del papa Juan AMLO.
El PRI se lame las heridas y se reagrupa. Luego de la pataliza electoral que les dieron los ciudadanos, comienzan a resurgir perfiles como el de Patricio, que con todo el negro historial que se carga sigue siendo querido entre el priísmo, al igual que Graciela Ortiz, Lilia Merodio y hasta Alejandro Cano, por mencionar sólo a algunos de los rockstars priístas que sobreviven. Garfio pasó sin pena ni gloria. No lo odian, pero está marcado con el hierro hediondo del duartato.
Corral también se echó su brindis. A pesar de que cada día que pasa se consume más su bono popular, algo hasta cierto punto normal en cualquier gobierno, todavía tiene muchos motivos para sonreír pues con todo y las decepciones que ha dejado su arranque, en general le han salido bien las cosas y el 2017 pinta más o menos. En el evento estuvieron sus cercanos y gente de alta alcurnia, nada más. Grillos de tercera y cuarta categoría, reporteros y colados no fueron requeridos.
Recursos de Chihuahua vuelan… en helicóptero. El Ayuntamiento de la capital soltará 2.5 millones de pesos por cien horas de vuelo de un helicóptero que de pilón resultó ser ‘pafo’, pues carece de permiso para volar por parte de Aeronáutica civil. De inmediato se encendieron los focos rojos de intereses ocultos, pues suena raro que no se haya acercado antes a la federación o al estado, sino que le perdiera el amor tan fácil a los billetes. ¿Cómo la verá Miguel Riggs?
A los proveedores les dicen que sí, pero no les dicen cuándo. Andan con la navidad amarga quienes le vendieron a la pasada administración, pues el gobernador ya les dijo que no tiene “ni un centavo”, aunque les afirmó que en cuanto caigan los billetes serán liquidados, ya que la prioridad son las nóminas de los empleados. Además, los cobrones deberán cumplir con tres requisitos: que la contratación haya sido legal (no adjudicaciones marranas), que los servicios tengan un precio justo (no inflados) y que comprueben que los bienes se entregaron (no fantasmas).
Dueños de la calle. La dirección de Vialidad ya prepara un operativo para evitar que franeleros, abusones y gandallas se apropien del espacio público en el Centro Histórico, como respuesta a las demandas de ciudadanos que reclaman su derecho a la movilidad. Deberían comenzar por el Paseo Bolívar, donde gandallotas ya colocaron tubos en plena calle para agandallarse los lugares… pareciera que no hay autoridad, ¿la hay?