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Papa realiza primera audiencia pública en seis meses

El Papa Francisco realizó el miércoles su primera audiencia general semanal en público en seis meses, sonriendo y conversando en medio del levantamiento de las limitaciones impuestas por causa del coronavirus.

La audiencia, en la que el Papa anunció un día de oración y ayuno por el Líbano, se celebró en el patio de San Dámaso del Palacio Apostólico del Vaticano. A los visitantes se les tomó la temperatura y casi todos entre la audiencia de aproximadamente 500 personas usaron mascarillas.

«Después de tantos meses, retomamos nuestros encuentros cara a cara y no pantalla a pantalla, cara a cara, y es hermoso», declaró el Pontífice al inicio de la audiencia.

La última vez que el Papa celebró una audiencia con público fue a principios de marzo. Después de eso, la pandemia lo obligó a realizar audiencias virtuales transmitidas desde la biblioteca papal oficial por televisión o internet, experiencia que describió como similar a estar «enjaulado».

Francisco parecía estar energizado por la multitud, a pesar de que estaba muy lejos de las decenas de miles que pude albergar la Plaza de San Pedro, donde generalmente se realizan audiencias al aire libre.

El Papa besó una bandera libanesa que le entregó el sacerdote libanés Georges Breidi e inclinó la cabeza para decir una oración en silencio por el país, que el mes pasado sufrió una enorme explosión en uno de sus puertos y que está sumido en crecientes tensiones sectarias.

Al final de la audiencia, Francisco invitó al sacerdote al frente para sostener la bandera mientras hacía un llamado a la paz y al diálogo en el Líbano.

Anunció que el viernes 4 de septiembre sería un día de oración y ayuno por el Líbano y que enviaría a su secretario de Estado, el cardenal Pietro Parolin, el número dos en la jerarquía del Vaticano, a Beirut ese día para representarlo. También invitó a participar a miembros de otras religiones.

«El Líbano no puede abandonarse a sí mismo», dijo Francisco, pidiendo a políticos y líderes religiosos que se comprometan con «sinceridad y transparencia» a reconstruir el país y que las naciones ayuden «sin involucrarse en tensiones regionales».

Fuente: Reuters

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Deportes

Niño con autismo ganó un torneo nacional de golf, a pesar de haber jugado solo tres rondas en toda su vida.

Un niño llamado Bayleigh Teepa-Tarau sacudió recientemente el mundo del golf en su país natal, Nueva Zelanda. El niño de 12 años, que se encuentra en el espectro del autismo, ganó un torneo nacional a pesar de haber jugado solo tres rondas de golf en toda su vida antes del torneo.

Vistiendo zapatillas de baloncesto y palos de golf prestados, Bayleigh ganó la competencia de nueve hoyos en los Juegos de la Asociación de Escuelas Intermedias y Secundarias (AIMS), un torneo creado para promover la diversidad entre los jóvenes atletas de Nueva Zelanda. El niño terminó la competencia con una puntuación de 87 en el sistema de puntuación Stableford. Incluso con su falta de experiencia, logró vencer a aquellos que tenían acceso a un entrenador profesional o habían estado entrenando durante años.

Como sucede con muchas historias de éxito, todo comenzó con un educador observador y diligente. Whetu Wiremu, un ayudante de maestro en la Escuela T?neatua, a la que asiste Bayleigh, estuvo a su lado durante toda la competencia. Fue él quien notó que Bayleigh siempre estaba balanceando un palo, desde que pudo caminar, y tuvo la idea de introducirlo al golf.

«Nunca solía hablar con nadie», dijo Wiremu al New Zealand Herald. «He trabajado mucho con él durante los últimos años para sacarlo de su caparazón y llevarlo al deporte, y simplemente lo traté como a todos los demás niños». Bayleigh, que es maorí, solía pasar la mayor parte de su tiempo en clase debajo de su escritorio, sin hablar. Además de la dificultad de la comunicación, el pequeño pueblo de T?neatua no tiene un campo de golf, y Wiremu tuvo que preguntar entre sus amigos por equipo prestado.

Además de ganar la competencia individual, Bayleigh también ganó el título de equipo en colaboración con sus compañeros de escuela Pedro Robinson y Lincoln Reritito. «Vienen de un lugar donde hay pobreza, pandillas, drogas, violencia, y para ellos tener este tipo de oportunidad para ver y conocer a personas como estas es realmente conmovedor para mí», admite Wiremu.

Ahora, todo parece ir bien para el joven golfista. Un equipo de patrocinadores visitó recientemente su escuela para presentarle a Bayleigh su propio juego nuevo de palos de golf y bolas de golf con su nombre impreso en ellos. Él y sus amigos también forman parte del Whakatane Golf Club y se unirán a su programa de entrenamiento futuro para apoyar a otros 20 jóvenes golfistas de la Escuela T?neatua.

Por ahora, Bayleigh parece haber encontrado algo que lo llena de alegría y probablemente inspire a muchos más en su comunidad a practicar un deporte en el que a menudo no se ven representados. «Lo que me encanta del golf es pegarle a mi driver», dijo Bayleigh después de ganar. «Soñé con venir aquí y terminar en primer lugar. Y me divertí mucho».

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