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Ciencia y Tecnología

Para 2020 la NASA lanzará un telescopio más potente que el Hubble

La agencia espacial estadunidense (NASA) lanzará un telescopio espacial con una vista 100 veces más amplia que la del Hubble a mediados de la década de 2020, tras el lanzamiento del James Webb en 2018.

Después de años de estudios preparatorios, la NASA anunció en un comunicado el inicio oficial de la misión astrofísica del telescopio Wide Field Infrared Survey (WFIRST), que ayudará a revelar los secretos del universo.

Se espera que WFIRST contribuya a resolver los misterios de la energía y la materia negra, a explorar la evolución del cosmos, a descubrir nuevos mundos más allá del sistema solar y a avanzar en la búsqueda de mundos que podrían ser aptos para la vida.

Esta misión combina de manera única la capacidad para descubrir y caracterizar planetas más allá de nuestro propio sistema solar con la sensibilidad y las ópticas para mirar con amplitud y profundidad en el universo en busca de resolver los misterios de la energía negra y la materia negra», explicó John Grunsfeld, astronauta y administrador asociado del directorio de misiones científicas de la NASA.

El nuevo observatorio analizará largas regiones del cielo con rayos de luz casi infrarroja para responder las preguntas fundamentales sobre la estructura y la evolución del universo, y expandir el conocimiento de los planetas que se encuentran más allá del sistema solar.

Comparando los datos de los diferentes instrumentos del observatorio, los científicos podrán entender mejor la física y el origen de las atmósferas y buscar señales químicas en ambientes aptos para la vida.

El lanzamiento del telescopio está previsto para mediados de la década de 2020. El observatorio comenzará a operar después de viajar a un punto de equilibrio gravitacional conocido como «Tierra-Sol L2», que se encuentra a más de un millón y medio de kilómetros de la Tierra en dirección directamente opuesta al Sol.

Excelsior

Ciencia y Tecnología

Marihuana duplica riesgo de muerte por infarto y derrame cerebral, revela estudio global con 200 millones de casos

Una nueva investigación publicada en la revista Heart advierte sobre un riesgo grave y hasta ahora subestimado: el consumo de marihuana puede duplicar las probabilidades de morir por enfermedades cardiovasculares, incluso en personas jóvenes y sin antecedentes médicos. El hallazgo surge de un metaanálisis de datos médicos que involucra a más de 200 millones de personas, la mayoría entre los 19 y 59 años, en países como Estados Unidos, Francia, Canadá, Australia, Egipto y Suecia.

Lo más preocupante es que quienes presentaron mayor riesgo eran adultos jóvenes sin factores de riesgo previos como hipertensión, tabaquismo o antecedentes familiares. “Lo que más nos llamó la atención fue que los pacientes hospitalizados por estos padecimientos eran jóvenes, sin historial de enfermedad cardiovascular ni factores de riesgo asociados”, señaló la investigadora Émilie Jouanjus, profesora asociada de farmacología en la Universidad de Toulouse, Francia.

Comparados con quienes no consumen cannabis, los usuarios tienen un 29% más de riesgo de sufrir un infarto y un 20% más de sufrir un derrame cerebral. La revisión sistemática no logró determinar el modo de consumo (fumado, vaporizado, comestible, etc.), pero con base en los patrones de uso en los países analizados, los autores concluyen que la mayoría probablemente lo consumía fumado.

Los especialistas advierten que esta forma de consumo conlleva riesgos similares al tabaco. “Cualquier método que implique inhalar cannabis implica riesgos, incluso para quienes están cerca y respiran el humo de segunda mano”, explicó la doctora Lynn Silver, profesora de epidemiología en la Universidad de California, San Francisco, y coautora de un editorial que acompaña el estudio.

Además, nuevas evidencias apuntan a que incluso los comestibles con THC pueden causar daño vascular. Una investigación publicada en mayo de 2025 reveló que los consumidores de comestibles mostraron una reducción del 56% en la función vascular, incluso más alta que en quienes fuman marihuana, con una reducción del 42%. “El THC, sin importar su forma de ingreso al organismo, tiene efectos preocupantes sobre el sistema cardiovascular”, advirtió la cardióloga investigadora Leila Mohammadi.

Uno de los elementos más inquietantes del estudio es el incremento en la potencia del cannabis disponible en el mercado legal. “Los productos actuales pueden contener hasta 99% de THC. No tienen nada que ver con la marihuana que se fumaba en los años setenta”, señaló Silver. Esta mayor potencia también está asociada con un aumento en los casos de adicción y trastornos mentales graves como psicosis o esquizofrenia. Se estima que en EE.UU., al menos 3 de cada 10 usuarios desarrollan trastorno por consumo de cannabis.

Aunque las políticas públicas han priorizado la regulación comercial y el otorgamiento de licencias a empresas, los expertos piden un viraje urgente hacia la educación sobre riesgos. “Necesitamos tratar el consumo de cannabis como tratamos el tabaco: con advertencias claras, educación médica y políticas que pongan la salud pública al centro”, afirmó Silver.

Los investigadores temen que la relación entre cannabis y enfermedad cardíaca esté subestimada. “Es probable que el vínculo sea incluso más fuerte de lo que reflejan los datos actuales”, reconoció Jouanjus.

En un contexto donde el uso de cannabis se normaliza cada vez más, especialmente en adultos mayores que lo utilizan para el dolor o el insomnio, la evidencia científica lanza una advertencia clara: el cannabis no es inocuo, y su consumo podría tener consecuencias fatales, incluso para quienes creen estar lejos de cualquier riesgo cardiovascular.

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