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Resto del mundo

Paracaidista muere al estrellarse contra una iglesia

Un hombre en paracaídas falleció ayer al estrellarse contra el techo de una iglesia en la ciudad estadunidense de Draper, en Utah.

La víctima, identificada como Jim H. Petersen, de 57 años, al parecer perdió el control de su paramotor durante el descenso y terminó por caer sobre el templo, cuyo techo se rompió a causa del impacto.

Hemos escuchado reportes de que probablemente el paracaídas colapsó, pero aún no han sido confirmados”, informó el sargento local Chad Carpenter.

Un amigo de la víctima que también participó en el descenso explicó que él y su colega habían despegado la mañana del domingo desde la parte sur de una región montañosa conocida como Point of the Mountain, pero que él aterrizó primero y perdió de vista a Petersen.

Testigos dijeron que él estaba fuera de control y caía en espiral rápidamente”, contó Steven Howlett.

Poco después, Howlett se enteró que su compañero había caído sobre una iglesia.

Varias personas se econtraban en el templo al momento del accidente, pero ninguna resultó herida.

De acuerdo con amigos, Petersen era un piloto de paramotor experimentado.

Howlett cree que su amigo perdió la consciencia antes del impacto.

Todas esas fuerzas G tirando contra él. Probablemente se desmayó debido a la rotación”, consideró.

 

 

Agencias

Resto del mundo

Elon Musk da marcha atrás y confirma que la cápsula Dragon seguirá operando tras disputa con Trump

Washington.– En medio de una disputa pública con el presidente Donald Trump, el empresario Elon Musk rectificó este viernes su decisión de retirar del servicio la cápsula espacial Dragon, utilizada por la NASA para transportar tripulación y suministros a la Estación Espacial Internacional (EEI).

“Buen consejo. Está bien, no desmantelaremos a Dragon”, escribió Musk en su red social X, en respuesta a un usuario que lo instó a relajarse y evitar una escalada innecesaria con el mandatario estadounidense.

El giro en la postura del CEO de SpaceX ocurrió apenas un día después de que amenazara con cancelar la operación de Dragon, en un contexto de tensiones con Trump, quien a su vez amagó con cancelar los contratos millonarios que el gobierno federal mantiene con las empresas de Musk.

SpaceX es uno de los principales contratistas de la NASA y ha recibido más de 17 mil millones de dólares en contratos durante la última década. El gobierno de Estados Unidos depende de la cápsula Dragon para el transporte seguro de astronautas y materiales hacia y desde la EEI. De hecho, fue la nave utilizada el pasado marzo para traer de vuelta a la Tierra a los astronautas Butch Wilmore y Suni Williams, tras una larga estancia en órbita.

El enfrentamiento entre Musk y Trump escaló el jueves cuando ambos intercambiaron acusaciones y amenazas a través de redes sociales. El presidente acusó a Musk de actuar con deslealtad al oponerse públicamente al plan de recorte presupuestario impulsado por la Casa Blanca, mientras que el empresario sudafricano denunció que Trump aparece mencionado en archivos vinculados al pederasta Jeffrey Epstein.

La raíz del conflicto se encuentra en el llamado “gran y hermoso proyecto de ley” —así lo ha calificado Trump— que busca reducir el gasto público. Musk, quien hasta hace una semana encabezaba el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), renunció a su cargo tras expresar su desacuerdo con la estrategia fiscal de la administración republicana. A su juicio, el plan aprobado por la Cámara Baja incrementará el déficit y atenta contra el objetivo de una gestión pública austera.

Aunque Musk ha dado señales de distensión, apoyando en X un mensaje que pedía reconciliación entre ambos, Trump parece no estar dispuesto a ceder. En una llamada telefónica con ABC News, el mandatario aseguró que no está “particularmente interesado” en dialogar con el dueño de X y Tesla. Incluso anunció que pondrá a la venta el vehículo eléctrico de la marca, adquirido en su momento como gesto de respaldo hacia Musk.

Por ahora, la cápsula Dragon seguirá activa. Pero la confrontación entre el presidente de Estados Unidos y uno de sus más influyentes contratistas privados deja al descubierto la fragilidad de las alianzas políticas cuando entran en juego los egos, las red

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