Un juzgado español condenó a un matrimonio de Estados Unidos a pagar una multa de unos mil 190 dólares por la muerte de un hijo de 8 años tras sufrir una crisis asmática, con cuyo cadáver convivieron más de un mes en un piso de la ciudad de Gerona junto a dos hijos más.
Fueron condenados por homicidio debido a una «imprudencia menos grave», con agravante de parentesco, a la pena de 11 meses de multa, a razón de 3 euros diarios, y al pago de las costas procesales. En caso de impago, será un día de privación de cárcel por cada dos cuotas no satisfechas.
La sentencia, que es recurrible, considera probado que, «entre finales de noviembre y principios de diciembre de 2015», el menor sufrió una crisis asmática que requería asistencia médica especializada.
Sus padres, «que eran conscientes de este agravamiento de su salud y desconfiaban del sistema sanitario, omitieron la conducta debida de llevarlo a emergencias hospitalarias o pedir ayuda a terceros».
La resolución judicial determina que la declaración de los padres fue «clara, precisa y congruente», ya que ambos reconocieron que su hijo «había tenido una crisis asmática, pero se recuperó de la misma y que se fue a dormir y ya no despertó».
Según la juez del caso, «no existe ninguna prueba directa» de lo que argumentaban las acusaciones, que «los padres, siendo conscientes del grave riesgo de su salud, con resultado previsible de muerte, omitieron la conducta debida de llevarlo al hospital para ser sometido al tratamiento adecuado», pues la familia Hopkins vivía en situación de aislamiento.
El fiscal había solicitado en el juicio, celebrado el pasado 29 de noviembre, una pena de 3 años y 3 meses de cárcel por considerarlos culpables de un delito de homicidio por imprudencia grave, con la agravante de parentesco.
Consideró que «antepusieron su planteamiento religioso, moral o ético a la vida del menor», y «no hicieron nada, se dedicaron a rezar».
El abogado defensor pidió la absolución porque entendía que los padres siempre dieron al niño el cuidado y tratamiento necesarios, tanto tradicional como homeopático, y no tenían responsabilidad directa en la muerte.