Los atentados terroristas registrados en París en el pasado reciente han provocado la pérdida de un millón y medio de turistas solo en 2016, informó el Comité de Turismo de esa ciudad.
El deterioro turístico inició a partir lo ocurrido el 7 de enero de 2015, cuando dos hombres entraron a la redacción del semanario satírico Charle Hebdo y mataron a 12 personas, varios de ellos caricaturistas.
El 13 de noviembre del mismo año la capital francesa y el suburbio de Sain-Denis vivió una serie atentados realizados por atacantes suicidas que mataron a 137 personas y dejaron heridas a 415.
Un balance del Comité Turismo parisino precisó que el turismo internacional ha sido el más afectado, en particular el de japoneses que visitan la capital francesa y su región.
El número de turistas japoneses que visitaron París se redujo en 2016 en 41.2%, es decir, 225 mil menos que el año anterior.
La llegada de turistas chinos a la capital francesa, se redujo en 21.5%, 268 mil menos, y el de rusos e italianos que visitan la capital francesa también se redujo, añadió el Comité.
El de turistas estadunidenses se mantuvo, en comparación con los anteriores ya que sólo se redujo 4.9%, cien mil menos.
Los hoteles de París y su región registraron una caída de 8.8% en el número de clientes extranjeros, según los datos del Comité, y por monumentos, el Arco del Triunfo fue uno de los más afectados al perder 24% de visitantes, mientras que el Museo del Louvre recibió 13.3 % visitantes menos.
Otros atractivos turísticos ubicados a las afueras de la capital francesa como el Castillo de Versalles o el parque de diversiones de Disneyland París, perdieron alrededor de 10% de visitantes.
Según estimaciones del Comité, la pérdida de turistas en la región ha ocasionado pérdidas económicas del orden de mil trescientos millones de euros, unos mil trescientos setenta millones de dólares.
No obstante, el Comité reportó una gran mejoría en la llegada de turistas durante noviembre y la Navidad pasados.
Campos de detención: el terrible plan de Trump contra los migrantes
El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, volvió a encender las alarmas en el ámbito migratorio al adelantar un plan que, de concretarse, marcaría un giro radical en la política de deportaciones de Estados Unidos. Sus recientes declaraciones apuntan a la creación de un sistema masivo de detención y expulsión, respaldado por el ejército, lo que ya ha generado controversia entre expertos, activistas y políticos de todas las esferas.
Una emergencia nacional para deportaciones masivas
Trump, quien regresará a la Casa Blanca en 2025, reafirmó en la plataforma Truth Socialque su administración estaría preparada para declarar un estado de emergencia nacionalcon el objetivo de enfrentar lo que ha llamado «una invasión permitida por Joe Biden».
Esta declaración se suma a los comentarios de Tom Fitton, director de la organización conservadora Judicial Watch, quien sugirió que se utilizarían recursos militares para implementar un programa de expulsiones masivas. El expresidente respondió tajantemente: «¡Es verdad!».
El alcance de este plan incluye el despliegue de la Guardia Nacional y, si es necesario, tropas federales. «La Guardia Nacional debería ser capaz de encargarse de las deportaciones; si no, usaría el ejército», afirmó Trump en una entrevista con Time en abril.
Durante su presidencia, Trump endureció significativamente las políticas migratorias, pero sus nuevas propuestas revelan un nivel de agresividad sin precedentes. A esto se suma, la idea de establecer «campos de detención» en Texas, en donde se albergaría a los migrantes antes de ser deportados.
Texas ofrece tierras para la construcción de campos de detención masiva
La comisionada de la Oficina General de Tierras de Texas, Dawn Buckingham, ha propuesto una medida que podría convertirse en el primer paso hacia la creación de campos de detención en la frontera sur de Estados Unidos.
En una carta dirigida al presidente electo Donald Trump, Buckingham ofreció al gobierno 567 hectáreas de tierra ubicadas en el condado de Starr, cerca de Rio Grande City, para la construcción de instalacionesdestinadas a procesar, detener y deportar a migrantes de manera masiva.
Este terreno, que actualmente se utiliza para cultivos agrícolas como cebollas, canola y maíz, sería destinado a albergar campos de detención, una propuesta que ha generado gran controversia en medio del debate migratorio.
Buckingham destacó que la Oficina General de Tierras de Texas está lista para colaborar con el Departamento de Seguridad Nacional y otras agencias federales para hacer realidad este proyecto, el cual se alinea con los planes de Trump para reforzar las políticas de deportación y control fronterizo.
Sheinbaum reacciona a deportaciones masivas y campos de detención
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, expresó su desacuerdo con laspolíticas migratorias propuestas por Donald Trump, especialmente en relación con la posible deportación masiva de migrantes y la construcción de campos de detención en la frontera sur de Estados Unidos.
Durante su conferencia de prensa mañanera, Sheinbaum destacó que su gobierno no acepta que los migrantes sean tratados como criminales, subrayando que existen instituciones de justicia para abordar estos temas de manera adecuada.
«Primero, evidentemente no estamos de acuerdo en que se trate a los migrantes como criminales, para eso existen las instituciones de justicia en cualquier lugar del mundo», afirmó la mandataria, quien también enfatizó la relevancia de la contribución de los trabajadores mexicanos en Estados Unidos.
En este sentido, Sheinbaum detalló que su administración tiene cuantificados los beneficios que estos migrantes aportan al país vecino, tanto a nivel laboral como en términos de impuestos.
Como parte de las preparaciones para un posible cambio de administración en Estados Unidos, Sheinbaum informó que su gobierno trabaja en un plan para enfrentar la eventualidad de deportaciones, asegurando que, en caso de que se den, México está listo para recibir a los connacionales deportados.
«En caso de que hubiera deportaciones nosotros vamos a recibir a las y los mexicanos, tenemos un plan para ello, pero vamos a trabajar previo a ello que no tienen por qué deportarse a nuestros connacionales, que al contrario, benefician incluso la economía de Estados Unidos», añadió.
Además, la mandataria anunció que, en los próximos días, se celebrará una reunión con su gabinete para definir los temas clave que se tratarán con el equipo de Trump una vez que este asuma la presidencia, entre los que se incluyen la seguridad, el Tratado Comercial entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), así como cuestiones culturales y de amistad bilateral.