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Ciencia y Tecnología

Peces podrían controlar al mosquito transmisor del dengue

El experto Juan Diego Galaviz Parada dijo que algunas especies de peces mostraron alta capacidad predatoria de larvas del Aedes aegypti, mosquito transmisor del dengue, zika y chikungunya, por lo que se perfilan como eficientes controladores biológicos en reservorios domésticos y naturales.

Entre estas están tilapia del Nilo, carpa común, puyeque y topote del Pacífico.

El experto añadió que lo anterior es resultado de su investigación ‘Control químico y biológico de larvas de Aedes aegypti en la costa norte de Jalisco’, trabajo asesorado por el académico del Centro Universitario de la Costa (CUCOSTA), Fernando Vega Villasante.

Explicó que las larvas del mosquito transmisor del dengue fueron obtenidas de tres cepas suburbanas de criaderos temporales: cubetas de 20 litros, ovitrampas, gomas de motocicleta, charcos de agua y un cubo de cemento para bomba de agua.

Galaviz Parada detalló que en el caso de la tilapia del Nilo y la carpa común, tuvieron un consumo de 100 por ciento de las larvas, en cuanto al topete del Pacífico y el puyeque registraron una alta depredación larvaria de 85 por ciento y 75 por ciento, respectivamente.

Manifestó que los peces pueden ser alternativas eficientes y prácticas para el control biológico de larvas, ya que su manejo es sencillo y su captura o adquisición relativamente fácil y de bajo costo.

El experto precisó que en el estudio se evaluaron también otros compuestos químicos en distintas concentraciones como el abate (temefos granulado a 1%) que se reparte de manera gratuita en casas y negocios por parte de las autoridades sanitarias, además de cloro (hipoclorito de sodio) y detergente en polvo, de conocidas marcas.

Resaltó que a pesar de la probada eficiencia del abate, en diversos países se ha comprobado que la dosificación indicada por las instituciones de salud y control epidemiológico puede resultar inefectiva.

Lo anterior, debido al aparente incremento de resistencia al larvicida por las poblaciones locales de mosquitos, sin embargo, en el caso de la región de Puerto Vallarta el abate demostró seguir ejerciendo un efectivo control larvario aún a concentraciones menores que las recomendadas por las instituciones de salud», dijo.

En cuanto al cloro, comentó que en una concentración de 0.5 gramos por litro mata a 100 por ciento de las larvas, en un lapso de una a 24 horas; sin embargo, puede ser contraproducente porque tiende a evaporarse y deja el agua más limpia, un ambiente propicio para que el Aedes aegypti deposite sus huevecillos.

Respecto al detergente, destacó que se determinó que concentraciones de 5 y 10 gramos por litro, provocan la muerte del 100 por ciento de las larvas en un plazo no mayor a 24 horas.

Estos dos últimos compuestos químicos sólo deben ser utilizados como estrategia de emergencia en caso de no contar con el temefos (Abate), que demostró una alta capacidad larvicida en las cepas locales de mosquitos Aedes aegypti», concluyó.

 

 

Notimex

Ciencia y Tecnología

Marihuana duplica riesgo de muerte por infarto y derrame cerebral, revela estudio global con 200 millones de casos

Una nueva investigación publicada en la revista Heart advierte sobre un riesgo grave y hasta ahora subestimado: el consumo de marihuana puede duplicar las probabilidades de morir por enfermedades cardiovasculares, incluso en personas jóvenes y sin antecedentes médicos. El hallazgo surge de un metaanálisis de datos médicos que involucra a más de 200 millones de personas, la mayoría entre los 19 y 59 años, en países como Estados Unidos, Francia, Canadá, Australia, Egipto y Suecia.

Lo más preocupante es que quienes presentaron mayor riesgo eran adultos jóvenes sin factores de riesgo previos como hipertensión, tabaquismo o antecedentes familiares. “Lo que más nos llamó la atención fue que los pacientes hospitalizados por estos padecimientos eran jóvenes, sin historial de enfermedad cardiovascular ni factores de riesgo asociados”, señaló la investigadora Émilie Jouanjus, profesora asociada de farmacología en la Universidad de Toulouse, Francia.

Comparados con quienes no consumen cannabis, los usuarios tienen un 29% más de riesgo de sufrir un infarto y un 20% más de sufrir un derrame cerebral. La revisión sistemática no logró determinar el modo de consumo (fumado, vaporizado, comestible, etc.), pero con base en los patrones de uso en los países analizados, los autores concluyen que la mayoría probablemente lo consumía fumado.

Los especialistas advierten que esta forma de consumo conlleva riesgos similares al tabaco. “Cualquier método que implique inhalar cannabis implica riesgos, incluso para quienes están cerca y respiran el humo de segunda mano”, explicó la doctora Lynn Silver, profesora de epidemiología en la Universidad de California, San Francisco, y coautora de un editorial que acompaña el estudio.

Además, nuevas evidencias apuntan a que incluso los comestibles con THC pueden causar daño vascular. Una investigación publicada en mayo de 2025 reveló que los consumidores de comestibles mostraron una reducción del 56% en la función vascular, incluso más alta que en quienes fuman marihuana, con una reducción del 42%. “El THC, sin importar su forma de ingreso al organismo, tiene efectos preocupantes sobre el sistema cardiovascular”, advirtió la cardióloga investigadora Leila Mohammadi.

Uno de los elementos más inquietantes del estudio es el incremento en la potencia del cannabis disponible en el mercado legal. “Los productos actuales pueden contener hasta 99% de THC. No tienen nada que ver con la marihuana que se fumaba en los años setenta”, señaló Silver. Esta mayor potencia también está asociada con un aumento en los casos de adicción y trastornos mentales graves como psicosis o esquizofrenia. Se estima que en EE.UU., al menos 3 de cada 10 usuarios desarrollan trastorno por consumo de cannabis.

Aunque las políticas públicas han priorizado la regulación comercial y el otorgamiento de licencias a empresas, los expertos piden un viraje urgente hacia la educación sobre riesgos. “Necesitamos tratar el consumo de cannabis como tratamos el tabaco: con advertencias claras, educación médica y políticas que pongan la salud pública al centro”, afirmó Silver.

Los investigadores temen que la relación entre cannabis y enfermedad cardíaca esté subestimada. “Es probable que el vínculo sea incluso más fuerte de lo que reflejan los datos actuales”, reconoció Jouanjus.

En un contexto donde el uso de cannabis se normaliza cada vez más, especialmente en adultos mayores que lo utilizan para el dolor o el insomnio, la evidencia científica lanza una advertencia clara: el cannabis no es inocuo, y su consumo podría tener consecuencias fatales, incluso para quienes creen estar lejos de cualquier riesgo cardiovascular.

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