El hongo llamado candida auris ha puesto en alerta a la comunidad médica de todo el mundo, pues represeta una grave amenaza para la salud por su mortalidad y difícil detección.
El hongo está siendo apenas estudiado y hasta el momento no se ha logrado identificar con exactitud las causas de su aparición ni su tratamiento. Los sintomas son fiebre, dolor y fatiga; lo que hace difícil de diagnosticar, al ser indicios comunes de alguna enfermedad.
Cuando el candida auris entra al flujo sanguíneo puede causar infecciones peligrosas que ponen en riesgo la vida. Casi la mitad de las personas que lo contraen fallecen en 90 días.
Este hongo es una levadura multirresistente creciente, de reciente aparición. La primera dentificación sucedió en el 2009, en Corea del Sur.
Desde entonces, se sabe que el Candida auris es resistente a los fármacos antimicóticos, los cuales se usan para tratar este tipo de infecciones.
Según un informe publicado en el Journal of Clinical Microbiology, es por su alta mortalidad y concentraciones mínimas inhibitorias elevadas ante agentes antifúngicos de primera línea, lo que limita las opciones terapéuticas y resistencia a los desinfectantes comunes.
Su propagación
El hongo persiste en superficies de entornos sanitarios, por lo que las infecciones se desarrollan comúnmente dentro de los centros de salud y ocurre dentro de varias semanas dentro del hospital.
El Candida auris se ha encontrado principalmente en sondas urinarias y catéteres, así como en estancias en la unidad de terapia intensiva y estancias intrahospitalarias prolongadas.
El comité de infectología del nosocomio es el que determina, con base en estudios bacteriológicos, que el hongo está totalmente controlado, sin embargo se deben tomar precauciones y medidas para evitar contraerlo.
Los hospitales deberán desarrollar sus propias políticas para la prevención y control de infecciones relacionadas con este patógeno.
Una vez descubierto algún tipo de infección nosocomial se debe aislar totalmente el área donde se detectó.
Se les debe colocar en un área previamente esterilizada a los pacientes que podrían haber sido afectados
Ya aislados, se procede a recolectar muestras de aire, agua, comida, instrumental para un análisis bacteriológico que permita determinar el tipo de hongo, bacteria o virus para precisar el tratamiento a seguir.
Fuente: El Debate