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Penacho de Moctezuma: Museo de Viena dice que no podrá trasladarse al menos en 10 años

El penacho de Moctezuma, expuesto en el Museo Antropológico de Viena, no podría ser trasladado a México “al menos en los próximos diez años”, aseguró este martes Gerard van Bussel, curador de las colecciones de América del Norte y Central de esta institución pública austríaca.

“El penacho es demasiado frágil”, aseguró van Bussel, ya que está formado principalmente por material orgánico, y cualquier vibración “en el aire o la carretera lo destruiría”.

“Me gustaría conocer a la persona dispuesta a asumir esa responsabilidad”, sentenció el curador.

Van Bussel responde así a la reciente polémica causada por las palabras del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, que aseguró en un mensaje de Twitter haberle pedido a su esposa, Beatriz Gutiérrez Müller, reunida esta semana con el presidente federal austríaco, Alexander van der Bellen, que insistiera en la recuperación del penacho.

APROPIACIÓN O CONSERVACIÓN

“Se lo han apropiado por completo”, escribió el mandatario mexicano, asegurando que “ni a Maximiliano de Habsburgo se lo prestaron cuando nos invadieron e impusieron al llamado Segundo Imperio Mexicano”.

El experto del Museo vienés recordó a Efe que de 2010 a 2012 se formó un comité binacional compuesto por curadores, restauradores y científicos tanto de México como de Austria para restaurar el penacho y que pudiera exponerse de nuevo.

“Al final, tanto los curadores austríacos como los mexicanos decidieron que el penacho era demasiado frágil para viajar”, declaró van Bussel, que explicó que haría falta “un avión de 300 metros para compensar (las vibraciones)”.

En el caso de que trasladar la pieza fuera posible sin destruirla, el curador del museo vienés se mostró favorable a que “los países discutan la devolución de objetos”, aunque advirtió que esto implica unos elevados costes que muchos no quieren asumir.

NO SE ATREVEN A MOVERLO

Van Bussel explicó también que, incluso dentro de la misma pinacoteca, no se atreven a bajarlo de la primera planta, donde está expuesto, por miedo a que pueda sufrir cualquier desperfecto.

Por este mismo motivo, el artefacto no será parte de la nueva exposición “Aztecas”, que el Museo Atropológico (Welt Museum) inaugurará este jueves, y que ocupa varias galerías de la planta baja con objetos cedidos por diferentes colecciones, entre ellas, la del Museo Nacional de Antropología de México.

El curador destacó también el esfuerzo que se ha invertido en acondicionar la instalación que acoge el penacho, y que “de haber un terremoto en Viena, no se movería”.

Gracias a un acuerdo bilateral entre Austria y México, los ciudadanos mexicanos que presenten su pasaporte a la entrada del museo pueden ver el penacho de manera gratuita.

Fuente: Infobae

Opinión

El tren. Por Raúl Saucedo

Por las vías de los recuerdos y el futuro

En la actual era de la inmediatez y la conectividad a nivel mundial, donde la información
viaja a la velocidad de la luz, es fácil olvidar la importancia de las arterias que mueven el
mundo físico: las vías férreas son ejemplo de ello. Los trenes como gigantes de acero que
surcan valles y montañas, no son sólo reliquias del pasado, sino fueron clave fundamental
para el desarrollo económico y social de las naciones, y México fue la excepción.
A lo largo de la historia, el ferrocarril ha sido sinónimo de progreso. Desde la Revolución
Industrial, las vías férreas han tejido lazos entre pueblos y comunidades, impulsando el
comercio, la industria, el turismo y el intercambio cultural. Países como Estados Unidos,
China y Japón son ejemplos claros de cómo una robusta red ferroviaria puede ser el motor de
un crecimiento económico sostenido.
En México, la historia del ferrocarril está ligada a la propia construcción del país. El «Caballo
de Hierro», como se le conoció en el siglo XIX, unió a una nación fragmentada por la
geografía y las diferencias sociales regionales. Sin embargo, a pesar de su glorioso pasado, el
sistema ferroviario mexicano ha sufrido un prolongado periodo de abandono y desinversión.
Hoy, en un momento en que México busca consolidarse como una potencia regional y lograr
un desarrollo más equilibrado y sustentable, es imperativo revalorizar el papel del ferrocarril.
La construcción de nuevas líneas, la modernización de la infraestructura existente y la
promoción del transporte ferroviario de carga y pasajeros son acciones estratégicas que deben
estar en el centro de la agenda nacional.
Los beneficios de un sistema ferroviario eficiente reduce los costos de transporte, facilita el
comercio interior y exterior, y promueve la inversión en diversos sectores productivos,
permite conectar zonas marginadas con los principales centros urbanos e industriales,
impulsando el desarrollo local y la creación de empleos y un sistema ferroviario eficiente
ofrece una alternativa de transporte segura, cómoda y accesible para la población.
La actual administración federal ha mostrado un interés renovado en el desarrollo ferroviario,
con proyectos emblemáticos como el Tren Maya y el Corredor Interoceánico del Istmo de
Tehuantepec, así como las futuras líneas a Nogales, Veracruz, Nuevo Laredo, Querétaro y
Pachuca.
Con estas obras México recuperara su vocación ferroviaria y aprovechara a mi parecer el
potencial de este medio de transporte para impulsar su desarrollo hacia el futuro.
El motivo esta columna semanal viene a alusión de mis reflexiones de ventana en un vagón
de tren mientras cruzaba la península de la hermana república de Yucatán y en mi cabeza
recordaba aquella canción compuesta en una tertulias universitaria que decía…”En las Vías
de la Facultad”

@RaulSaucedo
rsaucedo@uach.mx

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