El Departamento de Defensa de Estados Unidos anunció la creación de una nueva condecoración militar, la Medalla de Defensa de la Frontera Mexicana, que será entregada a los elementos de las Fuerzas Armadas asignados a labores de apoyo en la zona limítrofe con México.
El secretario de Defensa, Pete Hegseth, explicó que el reconocimiento aplicará para quienes hayan participado en operaciones en respaldo a la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés) o a la Patrulla Fronteriza, dentro de un radio de 180 kilómetros a lo largo de la línea divisoria. La elegibilidad incluye despliegues en Texas, Nuevo México, Arizona, California, así como en aguas fronterizas.
Con esta medida, el Pentágono sustituirá la Armed Forces Service Medal, que hasta ahora se entregaba a los militares desplegados en estas misiones. La nueva presea está elaborada en bronce y presenta en el anverso una espada romana envainada, símbolo de fuerza sin combate directo; en el reverso, porta el Escudo de Armas de Estados Unidos. El listón que la acompaña combina verde, en alusión a la libertad, y dorado, que representa civismo.
Los soldados que anteriormente recibieron la condecoración podrán solicitar el reemplazo por la nueva medalla, aunque no será posible acumular ambas en el mismo periodo de servicio.
La decisión coincide con un endurecimiento de las políticas migratorias del gobierno del presidente Donald Trump. Como parte de esas medidas, la secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, presentó esta semana la estrategia de pintar de negro el muro fronterizo con México. Según explicó, el recubrimiento busca elevar la temperatura de las barras metálicas para hacer más difícil su escalada y, al mismo tiempo, aumentar la resistencia del material.
La funcionaria estuvo en Santa Teresa, Nuevo México, donde supervisó los trabajos y aseguró que la instrucción fue ordenada “específicamente” por el mandatario republicano, quien a siete meses de haber asumido la presidencia mantiene como prioridad su promesa de reducir a cero la inmigración indocumentada.
Con esta doble acción —el reconocimiento militar y la nueva estrategia en el muro— la Casa Blanca refuerza su mensaje de control y disuasión en la frontera sur, en un momento clave de su política migratoria.