Errores, influencias y chayotes. Así podría llamarse el lamentable espectáculo que se vio ayer durante la rueda de prensa del área de Comunicación del Gobierno del Estado, donde su titular, Antonio Pinedo, tuvo que llegar a los gritos con dueños de medios que también dejaron mucho que desear. Mientras, el tema del evento que era aclarar la legalidad de la relación entre Miguel Riggs, su hermana y la Carrera de la Liberación. Esto último no ocurrió.
La transparencia no se cuenta, se ve. Más que salir a tratar de defender lo indefendible, el área de Comunicación simplemente debió mostrar su lista de proveedores, el cruce con la planeación mensual y acreditar que se actuó de acuerdo a la Ley. Esto no ocurrió, y por eso acabó justificándose en el hecho de que se hizo con premura, que ni cuenta que la empresa era de Carolina Riggs, que fue sin querer queriendo. A muchos les sonó a esa célebre máxima de “no vi lo que firmé, a lo macho”.
Servicio público, intereses privados. De nuevo vuelve esa mezcla viscosa y hedionda entre quienes ven la gestión pública como una oportunidad no de servir, sino de servirse, y consideran al gobierno simplemente como un gran cliente. Esta mentalidad permanece en el PAN, que no ha entendido que la ciudadanía no sólo se hartó del PRI y de Duarte, sino de todo el sistema corrupto del que forman parte todos los partidos. No se votó por diferente partido, sino por diferentes prácticas. Como dijo Pepe Mujica, quien quiera dinero que se dedique al comercio o a la industria. Al gobierno se viene a servir.
Periodistas burócratas, periodistas empresarios. Así se vio ayer el agarrón durante la rueda de prensa. En la esquina azul estaban Antonio Pinedo, coordinador de Comunicación Social, y el responsable del área de Transparencia, Alfonso Villalobos. En la otra, directores de medios que por primera vez en su vida increparon en público a un coordinador de Comunicación Social, y se les vio más aguerridos que nunca cuestionando incluso a gritos. En el fondo la legalidad, el interés periodístico y la transparencia fueron lo de menos, hay muchos intereses de ambos lados. Patético por donde se le vea.
El periodismo se va entre las patas. Un punto delicado fue el momento en el que el coordinador indicó que detrás había intereses de extorsionadores. Es cierto, muchos medios se quedaron acostumbrados a recibir millones y millones de pesos a cambio de subir boletines y hacerle la barba al gobierno en turno, y no les gusta nada que les recorten el chorrote. El error está en soltar la acusación sin destinatario claro y barriendo con el gremio en general. Como es cierto que el gremio periodístico tiene verdaderos mercenarios, también hay periodistas que incluso han ofrendado su vida por informar con compromiso y veracidad. La libertad de información y de expresión merece respeto.
Manifestaciones desbordadas. Durante la semana ciudadanos de distintos puntos del estado han tomado casetas, carreteras, oficinas y el Congreso, en repudio a los aumentos a la gasolina, agua y la revalidación vehicular, en ciudades como Chihuahua, Juárez y varios puntos de la carretera Panamericana como Delicias, Saucillo, Camargo y Jiménez. También en Cuauhtémoc y el noroeste andan prendidos.
Ambiente tenso. En general el país va muy mal, y estados como Chihuahua, víctimas de saqueos especialmente descarados, tienen la sangre hirviendo. Esto ha provocado un enojo social que no distingue partidos, ideologías o colores, lo cual no significa que no sea aprovechado en algunas ocasiones con fines partidistas, aunque en general los reclamos son más que legítimos. A fin de cuentas, los ciudadanos están participando, exigiendo y cuestionando, y eso en sí vale más que cualquier daño o molestia que hayan provocado, aunque desde luego hay a quien no le gusta.
Demandan congruencia. Uno de los puntos delicados de la relación entre gobierno y los inconformes es que, de entrada, son antagónicos por naturaleza. Si bien Corral tomó casetas y carreteras y se involucró duro en protestas y la lucha social, ahora como gobernador su papel no es ese, sino el institucional, el cual asume en las reuniones para negociar la baja de los combustibles. Difícil que el PRI-Gobierno lo conceda, y menos cuando ellos se quedarían con el repudio y los gobernadores volverían como héroes. Los manifestantes tienen más o menos claro que el gasolinazo no es asunto de Corral, pero le exigen una postura más crítica y decidida, que los acompañe.
El problema es el dinero. Chihuahua está quebrado y con una deuda histórica. En el país, de cada tres pesos de presupuesto, uno va para pagar deuda e intereses de la misma, y en este contexto los gobiernos tienen tentación y necesidad de aumentar los impuestos o afectar el funcionamiento del aparato público. Por eso Corral está tan dolido de perder los ingresos de las casetas y no puede sacar dinero de donde no hay. Tendrá que ser muy hábil tanto en lo político como en lo económico y social para no perder el bono democrático y el voto de confianza.
Intereses de todo tipo. El problema está en conciliar los intereses del estado, los de la población y los de los manifestantes. Se podrá argumentar que las casetas están siendo tomadas por grupos de no más de 30 personas, y que esto ha causado pérdidas por más de 60 millones de pesos. Lo cierto es que estos grupos, si bien reducidos, representan el malestar de cientos de miles. También hará falta habilidad para torear las manifestaciones, no sólo las legítimas, sino también las atizadas por intereses políticos y económicos particulares. La Constitución las ampara a todas.