Periodistas y activistas de México siguen llegando a EE.UU. para pedir lo que su país no les da: la posibilidad de seguir viviendo sin miedo, dijo a Efe el abogado Carlos Spector, que representa a una docena de estas personas, la última de ellas, el reportero veracruzano Miguel López Solana.
López Solana salió huyendo de Veracruz a fines del mes pasado junto a su esposa tras el homicidio el año pasado de su familia y una racha de asesinatos de compañeros periodistas.
El periodista, que era fotógrafo eventual del Diario La Jornada de México, dijo en entrevista con Efe que decidió huir de México después del asesinato de su madre, su padre y su hermano, y del homicidio el mes pasado de tres reporteros gráficos que cubrían noticias sobre el crimen organizado.
De acuerdo con los informes de la Policía de Veracruz, los cuerpos de estos tres reporteros fueron encontrados desmembrados y mostraban signos de tortura.
López Solana, que afirma haber sido secuestrado y amenazado a punta de pistola en 2009 a causa de su trabajo, acusó al diario Notiver de haber dejado solos a su padre, Miguel Ángel López Velasco, y su hermano Misael, quienes trabajaban allí como columnista y fotógrafo, respectivamente.
En días pasados, Notiver contestó a López Solana diciendo que ni trabajó nunca para el diario, ni tenia estudios de periodismo ni hubo un motivo real para que abandonara México, además de afirmar de que si alguien sabe quién asesinó a sus padres es él mismo.
«Fue un mensaje estilo ‘narcomanta’ el que publicó Notiver», dijo Spector, en referencia a que en Ciudad Juárez los narcotraficantes mandan mensajes a través de mantas que cuelgan en lugares públicos para que sean reproducidos por los medios de comunicación.
El abogado de López Solana agregó que tanto este medio de comunicación como el propio Gobierno de México relacionan a las víctimas con el crimen organizado para «limpiarse las manos».
Spector aseguró que el periodista cruzó a Estados Unidos aterrorizado, con una visa de turista, y llegó hasta su despacho aconsejado y ayudado por asociaciones de periodistas como el Comité para la protección de periodistas y Reporteros sin Fronteras.
«No solamente están asesinando a los periodistas. Nos están localizando y cazando, estamos viviendo en el terror», aseguró López Solana.
Agregó que los informadores que se han quedado en Veracruz se sienten desprotegidos, aislados y con miedo ya que algunos de ellos no tienen el apoyo ni siquiera de los medios en los que trabajan.
«Va mas allá de cualquier ficción que cualquiera pudiera imaginarse», afirmó.
La familia de este periodista fue asesinada el 20 de junio de 2011.
«Era un mar de casquillos, lo primero que vi fue a mi madre boca abajo en un charco de sangre y a mi padre sentado con la cara desfigurada. Inmediatamente corrí al cuarto de mi hermano y también estaba boca abajo, rematado, con tres tiros en la nuca, alineados», dijo López Solana visiblemente emocionado.
La noticia sobre el asesinato de sus seres queridos fue dada a conocer por su colega Gabriel Huge, quien fue asesinado y descuartizado junto con otros dos periodistas, Guillermo Luna y Esteban Rodríguez, el pasado 3 de mayo en Veracruz.
Para este periodista, el móvil de los asesinatos ha sido el deseo de acallar a la prensa en Veracruz, estado en donde en los últimos 18 meses han sido asesinados ocho informadores, incluidos su padre y hermano.
Spector agregó que como este periodista hay muchos más que han salido del país huyendo de la tortura y la muerte. Algunos de ellos han logrado demostrar un temor justificado y han obtenido el asilo político.
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