El gobierno de Estados Unidos permitió por primera vez en su historia regresar a su territorio a mexicanos que fueron expulsados mediante amenazas, engaños o presiones de autoridades de migración.
El primer grupo de seis mexicanos regresó a California por la garita de San Ysidro gracias a una demanda colectiva que ganó la Unión Americana de Derechos Civiles (Aclu).
Una portavoz de la Aclu, Anna Castro, confirmó que los integrantes del primer grupo regresaron sin visas o permisos, pero con autorización de presentar sus casos ante jueces de migración.
Mientras los migrantes que volvieron deberán vivir con sus familias en California, sus procesos pueden tomar años en las cortes.
La Aclu desconoce cuántos mexicanos podrían beneficiarse con la demanda colectiva. Mediante una campaña, la organización ha buscado este año a quienes llenen requisitos para regresar a California a pelear sus casos ante tribunales.
Los requisitos son que sean de nacionalidad mexicana, detenidos entre la frontera con México y el norte de Los Ángeles, y engañados, presionados o amenazados por autoridades federales para que firmaran documentos en los que estaban de acuerdo con abandonar el país por lo menos una década, un proceso conocido como “salida voluntaria”, y que fueron expulsados entre el primero de julio de 2009 y el 18 de agosto de 2014.
Un requisito más es que cuando fueron su persuadidos para que firmaran salida voluntaria tenían posibilidades de corregir su condición migratoria —algunos por ejemplo son cónyuges y padres de estadunidenses— y al abandonar el país perdieron esas probabilidades.
La directora de la Aclu en San Diego, Norma Chávez, ha explicado que pudieran ser cientos o miles los mexicanos que tuvieron que abandonar el país al firmar documentos que ya estaban llenos como machotes, o bajo explicación de que al firmar podrían regresar con sus cónyuges al día siguiente, o que de negarse a firmar sería deportada toda su familia.