Conecta con nosotros

Opinión

PETRÓLEO Y CRECIMIENTO por Kamel Athie

El objetivo central del Pacto por México, es conseguir que la economía sea capaz de ocupar al gran ejército de desempleados y mejorar las condiciones de vida de las familias mexicanas. Se requiere que el país crezca por encima del 5% en períodos sostenidos y largos.

Para que el país logre estos niveles, es ineludible que el gobierno incremente de manera progresiva la inversión pública en términos reales, ya que por si misma dicha inversión es indicativa para el sector privado y genera un efecto multiplicador favorecedor de empleos.

Para elevar la inversión pública, es insoslayable que se obtengan mayores recursos vía impuestos y de la explotación petrolera, pues con ello se fortalecerán las finanzas públicas nacionales, se abitarán los déficits presupuestales y se evitarán los endeudamientos del país, estados y municipios.

La instrumentación del pacto, conlleva la aprobación por los legisladores de 63 reformas, de las cuales 26 deberán acordarse en el primer semestre del año. Entre ellas destaca la Reforma Fiscal Integral y la Reforma Energética, pues son claves para conseguir los objetivos económicos y sociales previstos en el pacto.

PEMEX hoy día, es la mayor palanca con que cuenta el país para impulsar el desarrollo, pues contribuye hasta con el 40% de los ingresos para financiar los presupuestos anuales. La estabilidad de las finanzas públicas nacionales se explica en buena medida por los altos precios del petróleo, observados en los úntimos 12 años (85 dólares en promedio).
Los desafíos del nuevo gobierno en este sector, es modernizar a la empresa e incrementar las inversiones para ampliar las tareas de exploración, revalorización de sus reservas, y para darle mantenimiento a su infraestructura, sobre todo a los oleoductos, cuyas dos terceras partes están deteriorados. Igualmente será un reto construir las refinerías que se han diferido, sin privatizar las instalaciones de Pemex ni soltar la rectoría del Estado.

Asimismo resultara obligado incrementar la plataforma de explotación diaria de pemex de 2 millones 500 mil barriles diarios actuales, a 3 millones 500 mil, que fueron los máximos históricos antes de que decayeran notablemente los yacimientos de Cantarell, pues deben aprovecharse los elevados precios petroleros observados actuales.

En noviembre del 2012, se dieron a conocer nuevos yacimientos en el Golfo de México, frente a Villa Hermosa Tabasco el pozo navegante-1, cuyas reservas se estiman entre 50 y 500 millones de barriles. Se anunció también el hallazgo en aguas profundas de un nuevo de pozo llamado Supremus-1, a más de 2,900 metros de profundidad, el cual produciría entre 75 y 125 millones de barriles de crudo, en reservas probadas, posibles y probables.

Como parte de la reforma energética, es necesario que el gobierno de México, logre un acuerdo con Estados Unidos para la exploración y explotación de los yacimientos fronterizaos en el Golfo de México, que pueden limitar o ampliar el portencial petrolífero de México.

kamelathie@hotmail.com

Clic para comentar

You must be logged in to post a comment Login

Leave a Reply

Opinión

La semilla. Por Raúl Saucedo

Libertad Dogmática

El 4 de diciembre de 1860 marcó un hito en la historia de México, un parteaguas en la relación entre el Estado Mexicano y la Iglesia. En medio de la de la “Guerra de Reforma», el gobierno liberal de Benito Juárez, refugiado en Veracruz, promulgó la Ley de Libertad de Cultos. Esta ley, piedra angular del Estado laico mexicano, estableció la libertad de conciencia y el derecho de cada individuo a practicar la religión de su elección sin interferencia del gobierno.

En aquel entonces, la Iglesia Católica ejercía un poder absoluto en la vida política y social del país. La Ley de Libertad de Cultos, junto con otras Leyes de Reforma, buscaba romper con ese dominio, arrebatándole privilegios y limitando su influencia en la esfera pública. No se trataba de un ataque a la religión en sí, sino de un esfuerzo por garantizar la libertad individual y la igualdad ante la ley, sin importar las creencias religiosas.
Esta ley pionera sentó las bases para la construcción de un México moderno y plural. Reconoció que la fe es un asunto privado y que el Estado no debe imponer una creencia particular. Se abrió así el camino para la tolerancia religiosa y la convivencia pacífica entre personas de diferentes confesiones.
El camino hacia la plena libertad religiosa en México ha sido largo y sinuoso. A pesar de los avances logrados en el lejano 1860, la Iglesia Católica mantuvo una fuerte influencia en la sociedad mexicana durante gran parte del siglo XX. Las tensiones entre el Estado y la Iglesia persistieron, y la aplicación de la Ley de Libertad de Cultos no siempre fue consistente.
Fue hasta la reforma constitucional de 1992 que se consolidó el Estado laico en México. Se reconoció plenamente la personalidad jurídica de las iglesias, se les otorgó el derecho a poseer bienes y se les permitió participar en la educación, aunque con ciertas restricciones. Estas modificaciones, lejos de debilitar la laicidad, la fortalecieron al establecer un marco legal claro para la relación entre el Estado y las iglesias.
Hoy en día, México es un país diverso en materia religiosa. Si bien la mayoría de la población se identifica como católica, existen importantes minorías que profesan otras religiones, como el protestantismo, el judaísmo, el islam y diversas creencias indígenas. La Ley de Libertad de Cultos, en su versión actual, garantiza el derecho de todos estos grupos a practicar su fe sin temor a la persecución o la discriminación.
No obstante, aún persisten desafíos en la construcción de una sociedad plenamente tolerante en materia religiosa. La discriminación y la intolerancia siguen presentes en algunos sectores de la sociedad, y es necesario seguir trabajando para garantizar que la libertad religiosa sea una realidad para todos los mexicanos.

La Ley de Libertad de Cultos de 1860 fue un paso fundamental en la construcción de un México más justo y libre. A 163 años de su promulgación, su legado sigue vigente y nos recuerda la importancia de defender la libertad de conciencia y la tolerancia religiosa como pilares de una sociedad democrática y plural.
Es importante recordar que la libertad religiosa no es un derecho absoluto. Existen límites establecidos por la ley para proteger los derechos de terceros y el orden público. Por ejemplo, ninguna religión puede promover la violencia, la discriminación o la comisión de delitos.
El deseo de escribir esta columna más allá de conmemorar la fecha, me viene a deseo dado que este último mes del año y sus fechas finales serán el marco de celebraciones espirituales en donde la mayoría de la población tendrá una fecha en particular, pero usted apreciable lector a sabiendas de esta ley en mención, sepa que es libre de conmemorar esa fecha a conciencia espiritual y Libertad Dogmática.

@Raul_Saucedo
rsaucedo@uach.mx

Continuar Leyendo
Publicidad
Publicidad
Publicidad

Más visto