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Phishing: ¿Qué hacer antes y después?

¿Recibes correos sobre supuestas ofertas irresistibles o jugosos créditos bancarios? ¡Cuidado! Podrías ser una víctima potencial de phishing, así que te conviene leer esto.

La empresa sobre seguridad en la red Norton señala que elphishing es un tipo de fraude que se da en internet a través del envío de correos electrónicos comerciales – también conocidos como spam – o la suplantación de sitios web que los usuarios consideran fidedignos, como de instituciones bancarias, para robar datos.

“Esta actividad fraudulenta busca enganchar a las personas haciéndoles creer que se trata de alguna institución confiable y así lograr que compartan datos, por ejemplo, de acceso a sus cuentas de banco”, dijo en entrevista para CNNExpansión, Fernando Gutiérrez, director de la división de Ciencias Sociales y Humanidades del Tecnológico de Monterrey Campus Santa Fe.

En lo que va de este año se registran al menos 50 millones de ataques de esta actividad ilegal en todo el mundo, y Brasil es uno de los más afectados de América Latina con 18%, mientras que México oscila entre el 8 y 11%, según datos de Kaspersky.

“Desafortunadamente hay personas que caen en este tipo de engaños, envían sus datos y posteriormente estas organizaciones criminales detrás de este tipo de prácticas los utilizan para vaciar cuentas, chantajear y otra clase de fines ilegales”, añadió el especialista.

Gutiérrez señala que el medio más común para este tipo de ataques es el correo electrónico, pero también se puede dar a través de la descarga de programas generalmente gratuitos que contienen otro software implantado para suplantar al original y obtener información sensible.

¡Que no te engañen! Aquí algunos consejos para prevenir y también saber qué hacer en caso de haber sido víctima de phishing.

1. Desconfía

“Lo mejor es desconfiar de todo mensaje que recibamos en el que nos plantean que ganamos un premio en un concurso que no participamos. Nadie nos va a regalar dinero, ni computadoras, ni mucho menos automóviles”, afirma el directivo del Tec de Monterrey.

2. Identifica los sitios seguros

El especialista recomienda que consultes exclusivamente sitios autorizados para realizar compras, descargar programas o revisar estados financieros.

3. Protección

Los programas que puedes adquirir en tiendas especializadas o en sitios seguros de la red. También son conocidos como firewalls y detectan este tipo de acciones sospechosas.

“Estos software informan sobre algún tercero intentando acceder al dispositivo con efectos de robar información o actividad no reconocida”, agrega Gutiérrez.

4. Ya caí, ¿qué hago?

El directivo del Tec de Monterrey afirma que lo primero es identificar el tipo de problema para recurrir a la instancia adecuada.

“En México existe un marco legal que nos permite perseguir este tipo de crímenes electrónicos, porque generalmente las personas piensan que el internet es territorio de nadie”, añade.

La primera es la suplantación de un sitio supuestamente confiable para robar datos, en este caso, el usuario debe recurrir a la policía cibernética.

El segundo es el uso indebido de información por parte terceros que no son especificados dentro de un aviso de privacidad, y de esto se debe encargar el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos (INAI).

Por último, las transacciones comerciales pagadas que resultan en una estafa como la entrega de un producto defectuoso o que no corresponde a lo solicitado, así como el incumplimiento con la entrega de mercancía son responsabilidad de la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco).

CNN Expansión

Ciencia y Tecnología

Marihuana duplica riesgo de muerte por infarto y derrame cerebral, revela estudio global con 200 millones de casos

Una nueva investigación publicada en la revista Heart advierte sobre un riesgo grave y hasta ahora subestimado: el consumo de marihuana puede duplicar las probabilidades de morir por enfermedades cardiovasculares, incluso en personas jóvenes y sin antecedentes médicos. El hallazgo surge de un metaanálisis de datos médicos que involucra a más de 200 millones de personas, la mayoría entre los 19 y 59 años, en países como Estados Unidos, Francia, Canadá, Australia, Egipto y Suecia.

Lo más preocupante es que quienes presentaron mayor riesgo eran adultos jóvenes sin factores de riesgo previos como hipertensión, tabaquismo o antecedentes familiares. “Lo que más nos llamó la atención fue que los pacientes hospitalizados por estos padecimientos eran jóvenes, sin historial de enfermedad cardiovascular ni factores de riesgo asociados”, señaló la investigadora Émilie Jouanjus, profesora asociada de farmacología en la Universidad de Toulouse, Francia.

Comparados con quienes no consumen cannabis, los usuarios tienen un 29% más de riesgo de sufrir un infarto y un 20% más de sufrir un derrame cerebral. La revisión sistemática no logró determinar el modo de consumo (fumado, vaporizado, comestible, etc.), pero con base en los patrones de uso en los países analizados, los autores concluyen que la mayoría probablemente lo consumía fumado.

Los especialistas advierten que esta forma de consumo conlleva riesgos similares al tabaco. “Cualquier método que implique inhalar cannabis implica riesgos, incluso para quienes están cerca y respiran el humo de segunda mano”, explicó la doctora Lynn Silver, profesora de epidemiología en la Universidad de California, San Francisco, y coautora de un editorial que acompaña el estudio.

Además, nuevas evidencias apuntan a que incluso los comestibles con THC pueden causar daño vascular. Una investigación publicada en mayo de 2025 reveló que los consumidores de comestibles mostraron una reducción del 56% en la función vascular, incluso más alta que en quienes fuman marihuana, con una reducción del 42%. “El THC, sin importar su forma de ingreso al organismo, tiene efectos preocupantes sobre el sistema cardiovascular”, advirtió la cardióloga investigadora Leila Mohammadi.

Uno de los elementos más inquietantes del estudio es el incremento en la potencia del cannabis disponible en el mercado legal. “Los productos actuales pueden contener hasta 99% de THC. No tienen nada que ver con la marihuana que se fumaba en los años setenta”, señaló Silver. Esta mayor potencia también está asociada con un aumento en los casos de adicción y trastornos mentales graves como psicosis o esquizofrenia. Se estima que en EE.UU., al menos 3 de cada 10 usuarios desarrollan trastorno por consumo de cannabis.

Aunque las políticas públicas han priorizado la regulación comercial y el otorgamiento de licencias a empresas, los expertos piden un viraje urgente hacia la educación sobre riesgos. “Necesitamos tratar el consumo de cannabis como tratamos el tabaco: con advertencias claras, educación médica y políticas que pongan la salud pública al centro”, afirmó Silver.

Los investigadores temen que la relación entre cannabis y enfermedad cardíaca esté subestimada. “Es probable que el vínculo sea incluso más fuerte de lo que reflejan los datos actuales”, reconoció Jouanjus.

En un contexto donde el uso de cannabis se normaliza cada vez más, especialmente en adultos mayores que lo utilizan para el dolor o el insomnio, la evidencia científica lanza una advertencia clara: el cannabis no es inocuo, y su consumo podría tener consecuencias fatales, incluso para quienes creen estar lejos de cualquier riesgo cardiovascular.

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