El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, ha participado este domingo en una manifestación convocada en las redes sociales en la que se ha pedido una “intervención militar” debido a las decisiones y posturas adoptadas por algunas autoridades del país, contrarias a la gestión del Gobierno en la crisis provocada por el Covid-19.
Subido en lo de alto de una furgoneta, Bolsonaro se ha dirigido a los centenares de seguidores que se amontonaban, rompiendo así las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de evitar las aglomeraciones, en frente del Cuartel General del Ejército en Brasilia, en donde han coreado incluso cantos a favor de leyes de la dictadura militar con las que se perseguía a los disidentes políticos.
“Tenemos un nuevo Brasil por delante. Todos, sin excepción, tienen que ser patriotas, creer, y dar de su parte para que podamos volver a poner a Brasil en el lugar en el que merece”, ha dicho el presidente de extrema derecha, al que se le ha visto toser en varias ocasiones.
“Todos hemos jurado dar la vida por la patria y vamos hacer lo que sea posible para cambiar el destino de Brasil. ¡Se acabó la vieja política! Ahora es Brasil lo que está por encima de todo y Dios por encima de todos”, ha exclamado Bolsonaro.
Bolsonaro ha continuado asegurando que hará “todo lo necesario” para mantener presente la voluntad del pueblo, mientras ha sido jaleado por una multitud que ha pedido cerrar el Congreso y la destitución de su presidente, Rodrigo Maia, a quien el mandatario acusó en otras ocasiones de estar conduciendo a Brasil hacia “el caos”.
El Congreso de Brasil, a la espera de ser ratificada también por el Senado, aprobó una medida provisional por la cual el Gobierno está obligado a compensar a los estados y a los municipios por las pérdidas generadas por la caída de impuestos durante los próximos meses.
La gestión de la crisis derivada de la pandemia del nuevo coronavirus ha generado una disputa entre el Gobierno Federal y el resto de algunas autoridades del país, como los gobernadores de ciertos estados, más partidarios de las medidas de aislamiento, a diferencia de Bolsonaro, contrario a cerrar el país y detener la economía.
Tanto es así, que Bolsonaro también ha tenido que hacer frente a las voces críticas de dentro de su Gobierno, como la del ya exministro de Salud Luiz Henrique Mandetta, destituido la semana pasada tras varios meses en constante disputa por cómo debería ser tratada la pandemia.
Mandeta, al igual que los gobernadores de estados como el de Sao Paulo o Río de Janerio –los más afectados por la pandemia–, ha
defendido las medidas de aislamiento y cuarentena recomendadas por las autoridades sanitarias internacionales.
Por su parte, Bolsonaro se ha mostrado siempre reacio a seguir dichas pautas, pues considera que ponen en riesgo la economía y los puestos de trabajo de los brasileños, pues tal y como el dijo, “los remedios no pueden ser peores que la enfermedad”.
Brasil es a día de hoy el país más afectado de la región, con más de 38 mil 600 casos de contagio y cerca de los 2 mil 500 fallecidos.
Campos de detención: el terrible plan de Trump contra los migrantes
El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, volvió a encender las alarmas en el ámbito migratorio al adelantar un plan que, de concretarse, marcaría un giro radical en la política de deportaciones de Estados Unidos. Sus recientes declaraciones apuntan a la creación de un sistema masivo de detención y expulsión, respaldado por el ejército, lo que ya ha generado controversia entre expertos, activistas y políticos de todas las esferas.
Una emergencia nacional para deportaciones masivas
Trump, quien regresará a la Casa Blanca en 2025, reafirmó en la plataforma Truth Socialque su administración estaría preparada para declarar un estado de emergencia nacionalcon el objetivo de enfrentar lo que ha llamado «una invasión permitida por Joe Biden».
Esta declaración se suma a los comentarios de Tom Fitton, director de la organización conservadora Judicial Watch, quien sugirió que se utilizarían recursos militares para implementar un programa de expulsiones masivas. El expresidente respondió tajantemente: «¡Es verdad!».
El alcance de este plan incluye el despliegue de la Guardia Nacional y, si es necesario, tropas federales. «La Guardia Nacional debería ser capaz de encargarse de las deportaciones; si no, usaría el ejército», afirmó Trump en una entrevista con Time en abril.
Durante su presidencia, Trump endureció significativamente las políticas migratorias, pero sus nuevas propuestas revelan un nivel de agresividad sin precedentes. A esto se suma, la idea de establecer «campos de detención» en Texas, en donde se albergaría a los migrantes antes de ser deportados.
Texas ofrece tierras para la construcción de campos de detención masiva
La comisionada de la Oficina General de Tierras de Texas, Dawn Buckingham, ha propuesto una medida que podría convertirse en el primer paso hacia la creación de campos de detención en la frontera sur de Estados Unidos.
En una carta dirigida al presidente electo Donald Trump, Buckingham ofreció al gobierno 567 hectáreas de tierra ubicadas en el condado de Starr, cerca de Rio Grande City, para la construcción de instalacionesdestinadas a procesar, detener y deportar a migrantes de manera masiva.
Este terreno, que actualmente se utiliza para cultivos agrícolas como cebollas, canola y maíz, sería destinado a albergar campos de detención, una propuesta que ha generado gran controversia en medio del debate migratorio.
Buckingham destacó que la Oficina General de Tierras de Texas está lista para colaborar con el Departamento de Seguridad Nacional y otras agencias federales para hacer realidad este proyecto, el cual se alinea con los planes de Trump para reforzar las políticas de deportación y control fronterizo.
Sheinbaum reacciona a deportaciones masivas y campos de detención
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, expresó su desacuerdo con laspolíticas migratorias propuestas por Donald Trump, especialmente en relación con la posible deportación masiva de migrantes y la construcción de campos de detención en la frontera sur de Estados Unidos.
Durante su conferencia de prensa mañanera, Sheinbaum destacó que su gobierno no acepta que los migrantes sean tratados como criminales, subrayando que existen instituciones de justicia para abordar estos temas de manera adecuada.
«Primero, evidentemente no estamos de acuerdo en que se trate a los migrantes como criminales, para eso existen las instituciones de justicia en cualquier lugar del mundo», afirmó la mandataria, quien también enfatizó la relevancia de la contribución de los trabajadores mexicanos en Estados Unidos.
En este sentido, Sheinbaum detalló que su administración tiene cuantificados los beneficios que estos migrantes aportan al país vecino, tanto a nivel laboral como en términos de impuestos.
Como parte de las preparaciones para un posible cambio de administración en Estados Unidos, Sheinbaum informó que su gobierno trabaja en un plan para enfrentar la eventualidad de deportaciones, asegurando que, en caso de que se den, México está listo para recibir a los connacionales deportados.
«En caso de que hubiera deportaciones nosotros vamos a recibir a las y los mexicanos, tenemos un plan para ello, pero vamos a trabajar previo a ello que no tienen por qué deportarse a nuestros connacionales, que al contrario, benefician incluso la economía de Estados Unidos», añadió.
Además, la mandataria anunció que, en los próximos días, se celebrará una reunión con su gabinete para definir los temas clave que se tratarán con el equipo de Trump una vez que este asuma la presidencia, entre los que se incluyen la seguridad, el Tratado Comercial entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), así como cuestiones culturales y de amistad bilateral.