La fiscalía de Nueva York solicitó a un juez federal que el rapero y productor musical Sean “Diddy” Combs sea sentenciado a más de 11 años de prisión, después de que en julio fuera hallado culpable de delitos relacionados con la prostitución. La petición se fundamenta en la gravedad de los hechos y en el testimonio de víctimas que aseguran vivir con miedo ante la posibilidad de que el artista recupere la libertad.
Los fiscales recordaron que en casos similares se han dictado condenas de más de una década, y calificaron a Combs, de 55 años, como “carente de arrepentimiento”. En documentos entregados a la corte poco después de la medianoche, acompañaron su petición con cartas de mujeres que relataron cómo las violentas exigencias del músico marcaron sus vidas.
Durante el juicio, dos exparejas testificaron que fueron obligadas a participar en encuentros sexuales con trabajadores masculinos bajo los efectos de drogas, mientras Combs observaba y en ocasiones grababa las escenas. Casandra “Cassie” Ventura, reconocida cantante de R&B y pareja del productor durante más de diez años, declaró haber sufrido golpes y amenazas constantes. Señaló que desde los 19 años fue sometida a un patrón de control, violencia y manipulación que derivó en secuelas físicas y emocionales. Aseguró que aún padece pesadillas, requiere tratamiento psicológico y ha tenido que mudarse con su familia por temor a represalias.
Otra expareja, identificada bajo el seudónimo “Jane”, afirmó que también fue presionada a participar en los llamados “freak-offs” o “hotel nights”, como Combs denominaba a estos maratones sexuales. Relató que en una ocasión el artista la tomó por el cuello y la golpeó en el rostro.
La defensa, en contraste, pidió que la condena no exceda los 14 meses de cárcel, argumentando que su cliente ha cambiado tras permanecer más de un año en una prisión federal de Brooklyn, bajo vigilancia constante y expuesto incluso a amenazas de otros reclusos. Sus abogados sostienen que los excesos en el consumo de drogas, incluidos medicamentos prescritos, influyeron en la conducta violenta del músico.
En julio, un jurado declaró culpable a Combs de dos cargos por violar la Ley Mann, que prohíbe el transporte de personas entre estados con fines de prostitución. Cada cargo conlleva una pena máxima de 10 años. No obstante, fue absuelto de los delitos de conspiración por crimen organizado y trata de personas, los cuales podrían haber derivado en cadena perpetua.
Tras la condena, el juez Arun Subramanian negó de inmediato la libertad bajo fianza. Posteriormente, en agosto, rechazó una propuesta de 50 millones de dólares presentada por la defensa, al considerar que el productor no ha demostrado ni ausencia de riesgo de fuga ni condiciones excepcionales que justifiquen su liberación.
La sentencia definitiva se dictará este viernes, en medio de un debate marcado por los testimonios de las víctimas y el contraste entre la dureza de la acusación y el alegato de transformación personal presentado por la defensa.