Cuando los guardias de seguridad llegaron a la casa de Oscar Pistorius la noche en que su novia murió, el 14 de febrero de 2013, lo primero que el atleta les dijo es que todo estaba bien.
Eso fue lo que Pieter Baba, un guardia supervisor, testificó este viernes en el juicio por asesinato en contra del corredor.
Pistorius dijo que todo estaba bien mientras lloraba, dijo Baba. Él y otros guardias lo vieron bajar de las escaleras cargando a Reeva Steenkamp.
«Estaba tan impresionado, no pude pensar por unos momentos», añadió.
Pistorius se declaró no culpable de un cargo por asesinato y otro por armas vinculados con el asesinato de Reeva Steenkamp, así como por dos acusaciones no relacionadas con el caso. El atleta de 27 años admitió que él mató a su novia, pero dijo que fue por un trágico error luego de que la confundió con un intruso.
Antes, una exnovia de Pistorius, Samantha Taylor, dijo que el velocista dormía con una pistola en la mesa de noche o en el piso, junto a sus piernas protésicas. En una ocasión se enfadó tanto durante un semáforo en rojo, que disparó a través del quemacocos de un auto.
Taylor dijo que conoció a Pistorius en 2010, cuando ella tenía 17 años, y empezaron a salir al año siguiente. También dijo que habían terminado en dos ocasiones, la segunda el 4 de noviembre de 2012, luego de que invitó a Steenkamp a un evento.
El abogado del atleta, Barry Roux, le pidió a la exnovia detalles sobre la vez en que Pistorius supuestamente disparó en el auto, pero ella no pudo recordar el nombre de la autopista o el lugar donde estaban en Sudáfrica.
El fiscal, Gerrie Nel, preguntó a Taylor si alguna vez había estado en casa de Pistorius y si en una de esas ocasiones él pensó que había un intruso. Ella dijo que sí.
Relató que una vez, Pistorius escuchó un golpe en la ventana del baño y la despertó para preguntarle si también lo había escuchado, y recordó que la despertó en otras ocasiones cuando creyó oír ruidos.
En el quinto día del juicio a Pistorius, la defensa ha tratado de desestimar el testimonio de un vecino que llegó a la casa de la estrella paralímpica la noche que le disparó a Steenkamp.
Roux señaló que Johan Stipp —un médico que vivía cerca de Pistorius y la primera persona en llegar a la escena del crimen— dijo a la policía en dos ocasiones que escuchó «dos o tres tiros».
“No puede estar seguro del número de ruidos que escuchó”, dijo Roux.
«Sería justo decir eso», respondió Stipp en su segundo día de testimonio.
Pistorius rompió en llanto en la corte este jueves, cuando Stipp señaló que llegó a la residencia después de escuchar los tiros y vio a Steenkamp en el piso, su tejido cerebral mezclado con sangre y Pistorius rezando para que viviera. «Recuerdo que la primera cosa que dijo cuando llegue fue ‘le disparé, pensé que era un ladrón y le disparé'», dijo Stipp a la corte de Pretoria.
Los fiscales parecen intentar demostrar que Pistorius y Steenkamp tuvieron una pelea antes de los disparos, sugiriendo que esa fue la razón por la que la mató. Pero la defensa plantea que los gritos atribuidos a Steenkamp que escucharon los vecinos provenían en realidad de Pistorius, cuando se dio cuenta de lo que había hecho.
En Sudáfrica, el homicidio premeditado se castiga con cadena perpetua o un mínimo de 25 años de cárcel. Si no se le encuentra culpable, el atleta aún así podría enfrentar un cargo menor por homicidio culposo, un crimen basado en la negligencia, que se castiga con hasta 15 años de cárcel, señalan expertos.
Pistorius niega haber asesinado de forma intencional a Steenkamp pero nunca ha negado haberle disparado. Eran una pareja joven, atractiva y de alto perfil, popular en los círculos sociales de Sudáfrica.
You must be logged in to post a comment Login