La volatilidad cambiaria redujo entre 20 y 25 por ciento desde el año pasado la captación de dólares al menudeo por los centros cambiarios, la mayoría ubicados en aeropuertos y las principales zonas de las ciudades del país.
La gente que tiene dólares, por pocos que sean, hace todo lo posible por conservarlos en cuanto comienzan a subir de valor, en espera de obtener ganancia o para evitar comprarlos más caros cuando deban cumplir compromisos a corto plazo, pero eso genera que disminuya la captación y la demanda sobrepasa la poca oferta que tenemos, aseguró Germán Castro Hernández, presidente de la Asociación Nacional de Centros Cambiarios y de Transporte de Dinero (Ancec-TD).
Viajeros en primer término, pero también pequeños empresarios y comerciantes en zonas fronterizas que se abastecen de mercancía en Estados Unidos, y hasta amas de casa o familias que reciben remesas en el centro del país, son los principales proveedores de dólares de los centros cambiarios.
Aunque el sector padece escasez de la divisa, Castro sostuvo que los centros cambiarios mantienen un promedio de 250 a 300 dólares en la compraventa a clientes minoristas, con excepción de la frontera norte, donde es de 120 dólares porque la moneda estadunidense es de uso común y se recibe en cualquier negocio.
Entre 100 operaciones se puede detectar que muchas personas sólo cambian desde 10, 20, 50 o 100 dólares. Es menos común que alguien nos venda 500 o mil dólares. Las operaciones superiores a 500 dólares representan menos de 10 por ciento del total, indicó el empresario, y afirmó que la divisa se oferta más barata en los centros cambiarios que en los bancos, que sólo venden a sus cuentahabientes.
Vanguardia