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Ciencia y Tecnología

¿Por qué el eclipse lunar del próximo viernes es el más largo del siglo?

El eclipse total de Luna del próximo 27 de julio, será el más largo del siglo XXI con una duración de 103 minutos en su fase de totalidad, y es importante conocer las razones de esta particularidad si todos estos fenómenos suceden del mismo modo.

En este tipo de evento, la Tierra se interpone entre la Luna que debe estar en su fase “llena” y el Sol, de tal modo que el satélite natural se desvanece poco a poco conforme la sombra del “planeta azul” la cubre.
Este viernes se observará un enrojecimiento en la Luna, debido a que los rayos del Sol pasan a través de la atmósfera terrestre, detalló el responsable del área de Astronomía y Ciencias del Espacio del Planetario Luis Enrique Erro, Wilder Chicana Nuncebay.

“Lo que vemos en realidad en el color de la Luna tiene que ver básicamente con una parte de contaminación de la atmósfera terrestre”, apuntó.

En entrevista con Notimex, el astrónomo explicó que la duración de un eclipse depende básicamente de la relación entre las distancias y alineación de los tres participantes: la Tierra, el Sol y la Luna.

Por la fecha, dijo, la Luna se encontrará a la mayor distancia respecto a la Tierra, y ésta a su vez lo estará del Sol. Eso hace que la sombra de la Tierra, que es la que realmente pega sobre la Luna, sea extensa y, al ser tan grande, el tiempo que tiene la Luna para moverse a través de toda esta zona es mayor.

Este tipo de acontecimiento es posible porque cualquier objeto extenso proyecta dos tipos de sombras, umbral y penumbra; la primera es sólida, mientras que la segunda es más tenue y amplia.

“Realmente hay dos conos de sombra que son los que proyectaría la Tierra a la Luna. Cuando la Luna empieza a entrar al cono más exterior, es decir, a la penumbra, hace el primer contacto, aquí empieza la fase penumbral del eclipse”, explicó Chicana Nuncebay.

Con el paso de los minutos, la Luna entra por completo a la zona de penumbra y empieza a tocar la fase de umbra, parte más oscura, es aquí donde se proyecta un color rojizo sobre el satélite, etapa que se le conoce como parcial.

“Cuando toda la Luna se introduce en la umbra, decimos que estamos en la totalidad. Entonces mientras más grande es la sombra principal, más tiempo va a durar el eclipse total”, apuntó.

Así, desde el inicio del eclipse hasta su final, tardará cerca de seis horas y como referencia, el físico dijo que en las Islas Canarias el fenómeno iniciará a las 18:18 horas y terminará a la media noche.

Este tipo de fenómenos también sirven a la comunidad científica para realizar observaciones y sondeos con los cuales pueden obtener información sobre la atmósfera, grado de contaminación, e incluso sobre la capa de ozono.

Debido a que el eclipse total de Luna no se podrá apreciar en México, el planetario Luis Enrique Erro del Instituto Politécnico Nacional (IPN) tiene programado proyectar para el público en general una simulación del eclipse como si se viera desde las Islas Canarias, al término de cada uno de sus cortometrajes que se exhiben en su domo.

De acuerdo a la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), a nivel científico los eclipses lunares son fenómenos conocidos desde la antigüedad por los chinos y los antiguos mesoamericanos.

Ciencia y Tecnología

Marihuana duplica riesgo de muerte por infarto y derrame cerebral, revela estudio global con 200 millones de casos

Una nueva investigación publicada en la revista Heart advierte sobre un riesgo grave y hasta ahora subestimado: el consumo de marihuana puede duplicar las probabilidades de morir por enfermedades cardiovasculares, incluso en personas jóvenes y sin antecedentes médicos. El hallazgo surge de un metaanálisis de datos médicos que involucra a más de 200 millones de personas, la mayoría entre los 19 y 59 años, en países como Estados Unidos, Francia, Canadá, Australia, Egipto y Suecia.

Lo más preocupante es que quienes presentaron mayor riesgo eran adultos jóvenes sin factores de riesgo previos como hipertensión, tabaquismo o antecedentes familiares. “Lo que más nos llamó la atención fue que los pacientes hospitalizados por estos padecimientos eran jóvenes, sin historial de enfermedad cardiovascular ni factores de riesgo asociados”, señaló la investigadora Émilie Jouanjus, profesora asociada de farmacología en la Universidad de Toulouse, Francia.

Comparados con quienes no consumen cannabis, los usuarios tienen un 29% más de riesgo de sufrir un infarto y un 20% más de sufrir un derrame cerebral. La revisión sistemática no logró determinar el modo de consumo (fumado, vaporizado, comestible, etc.), pero con base en los patrones de uso en los países analizados, los autores concluyen que la mayoría probablemente lo consumía fumado.

Los especialistas advierten que esta forma de consumo conlleva riesgos similares al tabaco. “Cualquier método que implique inhalar cannabis implica riesgos, incluso para quienes están cerca y respiran el humo de segunda mano”, explicó la doctora Lynn Silver, profesora de epidemiología en la Universidad de California, San Francisco, y coautora de un editorial que acompaña el estudio.

Además, nuevas evidencias apuntan a que incluso los comestibles con THC pueden causar daño vascular. Una investigación publicada en mayo de 2025 reveló que los consumidores de comestibles mostraron una reducción del 56% en la función vascular, incluso más alta que en quienes fuman marihuana, con una reducción del 42%. “El THC, sin importar su forma de ingreso al organismo, tiene efectos preocupantes sobre el sistema cardiovascular”, advirtió la cardióloga investigadora Leila Mohammadi.

Uno de los elementos más inquietantes del estudio es el incremento en la potencia del cannabis disponible en el mercado legal. “Los productos actuales pueden contener hasta 99% de THC. No tienen nada que ver con la marihuana que se fumaba en los años setenta”, señaló Silver. Esta mayor potencia también está asociada con un aumento en los casos de adicción y trastornos mentales graves como psicosis o esquizofrenia. Se estima que en EE.UU., al menos 3 de cada 10 usuarios desarrollan trastorno por consumo de cannabis.

Aunque las políticas públicas han priorizado la regulación comercial y el otorgamiento de licencias a empresas, los expertos piden un viraje urgente hacia la educación sobre riesgos. “Necesitamos tratar el consumo de cannabis como tratamos el tabaco: con advertencias claras, educación médica y políticas que pongan la salud pública al centro”, afirmó Silver.

Los investigadores temen que la relación entre cannabis y enfermedad cardíaca esté subestimada. “Es probable que el vínculo sea incluso más fuerte de lo que reflejan los datos actuales”, reconoció Jouanjus.

En un contexto donde el uso de cannabis se normaliza cada vez más, especialmente en adultos mayores que lo utilizan para el dolor o el insomnio, la evidencia científica lanza una advertencia clara: el cannabis no es inocuo, y su consumo podría tener consecuencias fatales, incluso para quienes creen estar lejos de cualquier riesgo cardiovascular.

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