Los números se han vuelto un motivo de disputa entre los fabricantes de vehículos en el país. Al menos cinco marcas han dicho que ya no compartirán sus cifras detalladas de producción, exportación y ventas, como lo habían venido haciendo desde 2009.
Tras la crisis económica que estalló en 2008, y que hundió las ventas de vehículos en 2009, el sector vivió una época de recuperación. Entre 2011 y 2016, el sector creció constantemente y se anunció la llegada de ocho nuevas plantas armadoras. Esto impulsó la producción y la exportación de vehículos en el país.
En ese contexto, todas las marcas automotrices le compartían sus números a la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA). Mes a mes, Eduardo Solís, presidente de ese organismo, convocaba a conferencia de prensa y pasaba hora y media dando las buenas nuevas del sector: récords históricos en producción, alzas en la exportación y mayores ventas en el mercado doméstico.
A veces también se aprovechaba este foro para hablar de los temas que preocupan al sector, como la importación de vehículos usados de Estados Unidos.
Pero desde 2017, los números empezaron a ser menos lucidores. Tras las críticas del presidente estadounidense Donald Trump a las empresas que invertían en México para producir e importar sus autos al mercado estadounidense, las marcas empezaron a ser mucho más reservadas en sus anuncios de inversión.
Por otro lado, los cambios en las preferencias de los consumidores, que en los últimos dos años se inclinaron por los SUV, desaceleró la producción y las exportaciones mexicanas de vehículos compactos y subcompactos. Tan solo en el primer trimestre del año, la producción cayó 0.4%.
Además, la depreciación del peso frente al dólar y el incremento en las tasas de interés encarecieron la compra de los vehículos en México, ocasionando una disminución en las ventas. Al cierre de 2017 cayeron 4.6%, mientras que en entre enero y mayo han bajado otro 8.9%.
De las 28 marcas que comercializan sus modelos en el país, 10 reportaron una disminución en sus ventas en lo que va del año. Las mayores caídas fueron las de Volkswagen, Acura, General Motors, Nissan, Ford, Fiat-Chrysler y SEAT.
En mayo, Nissan, el mayor fabricante y la marca más vendida en el país, anunció que dejaría de compartir sus cifras a la AMIA. Poco después, Renault, Volkswagen y SEAT siguieron esta iniciativa.
Ahora, en el reporte estadístico de ese mes, no aparecieron los detalles de la producción, exportación y ventas de las empresas, con lo que ya no es posible saber el desempeño que tienen los modelos de estas marcas, tanto en el mercado doméstico como en el de exportación.
La semana pasada, Honda fue la última, de momento, en dar ese paso y dejar de reportar sus cifras, argumentando que “es injusto y no es ético de parte de esas marcas conocer nuestras cifras (las de Honda) sin compartir las suyas”. En un comunicado, la compañía dijo que “si todas las marcas están de acuerdo en reanudar la entrega de información mensual a la Asociación, Honda de México estará encantada de compartir sus cifras nuevamente”.
Hoy, en conferencia de prensa, Solís dijo que la AMIA trabaja con algunas entidades gubernamentales —como Banco de México o la Secretaría de Economía— para ver si estas pueden tomar la responsabilidad de las cifras. Mientras, la industria se mueve de nuevo en la opacidad.
(Expansión)