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Salud y Bienestar

¿Por qué te duele la cabeza al comer azúcar?

¿Te ha pasado que después de disfrutar de ese helado doble de chocolate terminas con un terrible dolor de cabeza? Este mal tras comer azúcar es experimentado por algunas personas y, aunque parezca una dolencia pasajera que se puede calmar con una aspirina, es importante no ignorarla, pues detrás de ella podría estar algún padecimiento.

Si alguna vez te has preguntado por qué te duele la cabeza al comer azúcar, ¡ha llegado el momento de despejar tus dudas!

Dieta baja en calorías
Cuando una persona sigue un dieta muy restrictiva y baja en calorías, pero de repente consume alimentos con altas dosis de azúcar puede sufrir de dolor de cabeza. ¿La razón?
Todo lo dulce está compuesto por carbohidratos o azúcares simples que pueden provocar picos glucémicos, es decir que se disparen los niveles de glucosa en la sangre.
Y como el azúcar se absorbe fácil y llega rápidamente hacia la sangre, provoca presión en las arterias, dificultando la circulación sanguínea y el paso de oxígeno al cerebro.

Hiperglucemia
De acuerdo con especialistas de Mayo Clinic, la hiperglucemia es el nivel alto de azúcar en la sangre que afecta a las personas con diabetes. Y uno de los síntomas es el dolor de cabeza. En este caso, cuando la persona con diabetes rebasa su dosis de azúcar, puede experimentar cefalea.

Diabetes tipo 2
La diabetes tipo 2 se da cuando el páncreas no produce la insulina necesaria para regular los niveles de glucosa en la sangre. Una de las señales de alerta de esta enfermedad es el dolor de cabeza y los mareos después de comer azúcar.
Si has notado que al comer azúcar sientes dolor de cabeza, no dudes en acudir con tu médico lo antes posible para que te cheque y determine la causa. Cuida tu dieta, reduce tu consumo de azúcar y lleva un estilo de vida saludable. Tu bienestar está en tus manos.

Agencias

Ciencia y Tecnología

Marihuana duplica riesgo de muerte por infarto y derrame cerebral, revela estudio global con 200 millones de casos

Una nueva investigación publicada en la revista Heart advierte sobre un riesgo grave y hasta ahora subestimado: el consumo de marihuana puede duplicar las probabilidades de morir por enfermedades cardiovasculares, incluso en personas jóvenes y sin antecedentes médicos. El hallazgo surge de un metaanálisis de datos médicos que involucra a más de 200 millones de personas, la mayoría entre los 19 y 59 años, en países como Estados Unidos, Francia, Canadá, Australia, Egipto y Suecia.

Lo más preocupante es que quienes presentaron mayor riesgo eran adultos jóvenes sin factores de riesgo previos como hipertensión, tabaquismo o antecedentes familiares. “Lo que más nos llamó la atención fue que los pacientes hospitalizados por estos padecimientos eran jóvenes, sin historial de enfermedad cardiovascular ni factores de riesgo asociados”, señaló la investigadora Émilie Jouanjus, profesora asociada de farmacología en la Universidad de Toulouse, Francia.

Comparados con quienes no consumen cannabis, los usuarios tienen un 29% más de riesgo de sufrir un infarto y un 20% más de sufrir un derrame cerebral. La revisión sistemática no logró determinar el modo de consumo (fumado, vaporizado, comestible, etc.), pero con base en los patrones de uso en los países analizados, los autores concluyen que la mayoría probablemente lo consumía fumado.

Los especialistas advierten que esta forma de consumo conlleva riesgos similares al tabaco. “Cualquier método que implique inhalar cannabis implica riesgos, incluso para quienes están cerca y respiran el humo de segunda mano”, explicó la doctora Lynn Silver, profesora de epidemiología en la Universidad de California, San Francisco, y coautora de un editorial que acompaña el estudio.

Además, nuevas evidencias apuntan a que incluso los comestibles con THC pueden causar daño vascular. Una investigación publicada en mayo de 2025 reveló que los consumidores de comestibles mostraron una reducción del 56% en la función vascular, incluso más alta que en quienes fuman marihuana, con una reducción del 42%. “El THC, sin importar su forma de ingreso al organismo, tiene efectos preocupantes sobre el sistema cardiovascular”, advirtió la cardióloga investigadora Leila Mohammadi.

Uno de los elementos más inquietantes del estudio es el incremento en la potencia del cannabis disponible en el mercado legal. “Los productos actuales pueden contener hasta 99% de THC. No tienen nada que ver con la marihuana que se fumaba en los años setenta”, señaló Silver. Esta mayor potencia también está asociada con un aumento en los casos de adicción y trastornos mentales graves como psicosis o esquizofrenia. Se estima que en EE.UU., al menos 3 de cada 10 usuarios desarrollan trastorno por consumo de cannabis.

Aunque las políticas públicas han priorizado la regulación comercial y el otorgamiento de licencias a empresas, los expertos piden un viraje urgente hacia la educación sobre riesgos. “Necesitamos tratar el consumo de cannabis como tratamos el tabaco: con advertencias claras, educación médica y políticas que pongan la salud pública al centro”, afirmó Silver.

Los investigadores temen que la relación entre cannabis y enfermedad cardíaca esté subestimada. “Es probable que el vínculo sea incluso más fuerte de lo que reflejan los datos actuales”, reconoció Jouanjus.

En un contexto donde el uso de cannabis se normaliza cada vez más, especialmente en adultos mayores que lo utilizan para el dolor o el insomnio, la evidencia científica lanza una advertencia clara: el cannabis no es inocuo, y su consumo podría tener consecuencias fatales, incluso para quienes creen estar lejos de cualquier riesgo cardiovascular.

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