Quiero responder las preguntas que más me han formulado esta semana: ¿Cuánto gano como diputado? ¿Tengo ingresos extras? ¿Por qué donar el dinero? ¿Por qué hacerlo público? Hay varios mensajes que busco impulsar a partir de esta acción necesaria y que me gustaría dejar en claro en estas líneas.
El sueldo mensual como diputado es de $66,000 mensuales (el detalle de mis percepciones por quincena está en www.kumamoto.mx/sueldo). Quisiera agregar que no tengo otro ingreso por parte del Congreso; no hay percepciones extra por ser Presidente de comisión, tampoco tengo apoyos, dietas, seguros privados, partidas para casa de enlace o cualquier otro ingreso por parte de la administración pública. En total, mensualmente hago una donación de $46,000 y yo me quedo con $19,800. Hasta el día 21 de enero, las donaciones que he reunido son de $137,616. Esto incluye cada una de las quincenas y el aguinaldo.
Este dinero servirá para generar un fondo semilla, cuidado por Corporativa de Fundaciones, buscando que sea un tercero y no yo quien se encargue de la custodia de los recursos para evitar un conflicto de interés. Corporativa es una organización con más de 15 años de experiencia impulsando proyectos de desarrollo comunitario. El dinero de este fondo se asignará por convocatorias abiertas a las organizaciones vecinales, de la sociedad civil, académicas y demás movimientos sociales para que desarrollen proyectos que impulsen la participación ciudadana. Cabe mencionar que yo no participaré en los comités de selección y que Corporativa de Fundaciones será la encargada de dar seguimiento a los proyectos beneficiados. El proceso de asignación de recursos será transparente y ninguna organización en la que yo participe podrá ser beneficiada por este fondo.
Quisiera agregar que mis ingresos son de $22,800 al mes (agregando $3,000 como pago por columnista en este diario). A veces me preguntan que si esta cifra es suficiente para vivir como diputado. A mí me parece un sueldo privilegiado. Un sueldo mucho mayor a lo que percibe una gran parte de la población en el país, en donde 23 millones de personas no pueden adquirir una canasta básica y casi la mitad de la población vive en pobreza según el CONEVAL.
A pesar de estas cifras podría seguir imperando la pregunta: ¿Por qué donar este dinero? porque es cierto: este dinero no va a acabar con la pobreza y tampoco modifica sustantivamente la desigualdad económica. Sin embargo, un gran elemento para donarlo es precisamente para iniciar una discusión, impostergable y de relevancia mayúscula, alrededor de la desigualdad en nuestro país. El Reporte Mundial de Riqueza indica que el 10% más rico de México concentra el 64.4% de la riqueza en el país.
Vivir con pobreza no es normal, ni es deseable, ni es humano. Necesitamos estudios, activismo, medidas políticas y jurídicas y determinación como sociedad para acabar con ella. Por eso, sostengo que esta acción radical está enfocada a poner sobre la mesa un asunto que se ha atrasado por muchos años: acabar con la pobreza y la desigualdad.
También quiero agregar por qué hacemos pública esta donación. Como mencioné anteriormente, se debe a la búsqueda de ventilar el debate público sobre pobreza y desigualdad. También tenemos otro motivo poderoso: porque fue un compromisos de campaña. En un país acostumbrado a la infamia de promesas incumplidas, es relevante demostrar que debemos exigir el respeto a los compromisos. Dicha iniciativa se generó debido a que quienes impulsamos esta diputación creemos que trabajar como funcionario público no debería significar convertirse en parte de la realeza, alejada de los representados.