Tremendo varapalo se llevó el PRD de Chihuahua y su inquietante alianza con el PRI, ya que la Comisión Política Nacional del sol azteca la desautorizó, sepultando muy hondo las esperanzas de Hortensia Aragón, Pável Aguilar, Héctor Barraza y muchos otros de agarrar hueso seguro.
La negativa fue rotunda con once votos en contra, dos abstenciones y dos inasistencias. De nada sirvieron los ruegos que llegaron hasta Jesús Zambrano, quien a diferencia de Gustavo Madero, siempre dijo “no” a la coalición con el partido al que aspiran arrebatar el poder.
Pero lo que se pierde no son solo los cargos públicos y sus jugosos sueldos, sino que muchos en el PRD estatal temen incluso perder el registro, debido a que sus rancios liderazgos han dedicado los últimos años a acarrear migajas para su beneficio personal y no a plantear propuestas serias y atractivas a los ciudadanos.
Y es que entre la apatía de su dirigencia y el cisma que generó la creación del Movimiento de Regeneración Nacional, de Andrés Manuel López Obrador, quizá no alcancen el 2% de votación necesarios para seguir recibiendo las prerrogativas que se han vuelto el modus vivendi de la escueta dirigencia.
Pero la cosa no queda ahí. Es tanto el apetito de los dirigentes que desde la semana pasada analizan la probabilidad de sacar adelante la alianza en los tribunales, demostrando así que su amor por el erario público puede más que cualquier ideología. A ver si en el PRI los esperan.
Ya ayer le hablamos del inesperado crecimiento de Miguel Riggs rumbo a la candidatura por la alcaldía, del PAN, y ahora nos enteramos que Ortuño y su equipo no la ven llegar, al grado de que buscarán irse por la vía de las impugnaciones para asegurar el derecho de dedo de la ex senadora.
El torpedo ortuñista va dirigido al suplente de Miguel Riggs, Mundo Cuervo, quien no es militante del PAN, como lo exigen los estatutos, y los ortuñistas no están dispuestos a permitir que pase alguien que no le deba favores al partido, o sea, solo ellos.
Y es que pronto aprendieron que cuando los votos no son suficientes deben ir a los tribunales, pero la gente de Riggs ya reaccionó y atacarán la planilla de Ortuño, constituida fuera de los términos de la convocatoria.
Recordemos que Ortuño mama del erario desde 1982, cuando fue electa diputada por primera vez. En 1987 fue candidata a gobernadora de Coahuila por el PAN y le pagaron el ridículo con otra diputación, en 1988, misma que concluyó en 1991, cuando decidió mudarse a Chihuahua, donde de nuevo fue diputada, delegada de Sedesol en Chihuahua y senadora suplente, hasta que en 2006 le obsequiaron una senaduría.
Luego, en 2010, salió con que quería ser gobernadora, pero todo quedó en un chiste. Ahora quiere la alcaldía, un puesto que todo el panismo sabe que jamás podría ganar, por la sencilla razón de que en los últimos años jamás ha ganado nada, pues ella y las urnas nada más no se llevan.
Riggs, por el contrario, carece de experiencia política, pero representa a un sector joven y fresco del PAN, pues el hijo de Carolina Baeza es un empresario exitoso y un destacado basquetbolista que ha llegado a cascarear de tú a tú con Eduardo Nájera, una de las glorias deportivas de Chihuahua.
A Guillermo Villalobos lo mencionamos por pura cortesía, porque la verdad es que ni en su casa lo pelan. Este personaje, como todos saben, está esperando simplemente cachar algo, lo que sea, pues se rige con la mentalidad de “peor es nada”.
En la designación de los plurinominales la cosa no está más calmada, pues los dueños del PAN quieren meter a sus ahijados a como dé lugar: Mario Vázquez y Carlos Borruel impulsan a Eduardo Fernández, Cruz Pérez Cuellar quiere pagarle los favores al “Bichi” Guerrero, Gustavo Madero apoya a Olivia Franco y Javier Corral empuja con todo a Blanca Gámez, quien estuvo a un pelito de ganarle a Minerva Castillo.
Pasando a otros temas, una moda que amenaza con implantarse en lo que queda del sexenio es el uso de los antimotines. Apenas el martes se los echaron a los lecheros y les gustó tanto la cara de susto que pusieron, que ayer los dejaron ir contra las mujeres que se manifestaban en la cruz de clavos.
Al parecer la vía del diálogo es demasiado aburrida, por lo que quisieron meterle emoción y agilidad despachando a los inconformes de porrazo, literalmente, pues están tratando de emular el ejemplo de la Policía Federal que ha sido instruida para no dejar que los rijosos la estén haciendo de emoción.
Si bien es cierto que no se llegó a los golpes, muchos sintieron excesiva la respuesta del gobierno, sobre todo si se considera que ambas manifestaciones se desarrollaron en calma, sin causar ningún tipo de daños a propiedades públicas o privadas, y sin ningún rasgo violento.
La represión se dio en el onceavo aniversario de la fundación Justicia para Nuestras Hijas, la cual dirige Norma Ledezma, un referente de la lucha por el esclarecimiento de los asesinatos de jovencitas en Juárez, la mayoría de los cuales siguen impunes.
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