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Resto del mundo

Presidente filipino pide disparar ‘en la vagina’ a mujeres terroristas

El presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, dijo que hay que disparar «en la vagina» a las mujeres integrantes de un grupo terrorista del país, un comentario condenado hoy por organizaciones locales e internacionales.

«Díganle a los soldados: hay una nueva orden. No te mataremos. Te dispararemos en la vagina», dijo Duterte en una reunión con antiguos militantes del Nuevo Ejército del Pueblo (NEP), una guerrilla comunista que se encuentra en las listas de grupos terroristas de Estados Unidos y la Unión Europea.

El jefe de Estado, que pronunció esas palabras el 7 de febrero aunque su contenido se reveló hoy en una transcripción oficial, añadió que las insurgentes del NEP «sin vagina, serían inútiles», un comentario que ha sido calificado de «misógino» por Human Rights Watch (HRW) y varias ONG filipinas.

«Duterte está incitando a las fuerzas estatales a cometer actos de violencia sexual durante los conflictos armados, lo que constituye una violación del derecho humanitario internacional», expresó HRW en su condena.

La organización feminista filipina Gabriela aseguró, en un comunicado, que Duterte «fomenta abiertamente la violencia contra las mujeres, contribuye a su impunidad y se confirma como el macho fascista más peligroso en el Gobierno en este momento».

El presidente filipino, de 72 años, mujeriego confeso y conocido por sus habituales discursos fuera de tono, ya ha sido objeto de polémica en numerosas ocasiones por comentarios considerados sexistas, misóginos o despectivos hacia las mujeres.

Antes de llegar a la presidencia, en junio de 2016, desató fuertes protestas por contar un chiste sobre una monja australiana violada y asesinada en un motín en una prisión en 1989 y más recientemente se mostró dispuesto a ofrecer «42 vírgenes» a cada turista que visitara Filipinas.

Resto del mundo

Cofece multa a Walmart por prácticas monopólicas: la batalla legal apenas comienza

La Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece) asestó un golpe histórico al multar a Walmart de México con 93.4 millones de pesos tras concluir una investigación que se extendió por más de cuatro años. La razón: prácticas monopólicas relativas, particularmente en el trato con sus distribuidores.

Según el dictamen de la Cofece, Walmart aprovechó su posición dominante en el mercado para imponer condiciones desfavorables a los proveedores, afectando la competencia en el sector. Aunque no se han revelado todos los detalles de las “contribuciones” impuestas a los distribuidores, el veredicto destaca cómo estas prácticas distorsionan el acceso al mercado y perjudican a competidores más pequeños.

En respuesta, Walmart no tardó en reaccionar. La empresa anunció que impugnará la decisión y enfatizó su compromiso con el cumplimiento de las leyes mexicanas. En su comunicación oficial, destacó que la sanción carece de fundamento y que está basada en interpretaciones erróneas. Este movimiento era predecible: para una empresa de este tamaño, 93 millones de pesos no solo representan una cifra considerable, sino también una amenaza a su reputación.

Por otro lado, la Cofece también se juega mucho. Este caso es una muestra clara de su intención de reforzar la vigilancia sobre los gigantes corporativos. Sin embargo, una batalla legal prolongada podría poner a prueba su capacidad de defender sus resoluciones en tribunales.

Más allá de la multa, el caso de Walmart pone el reflector sobre una problemática común en el comercio minorista: el desbalance de poder entre grandes cadenas y pequeños distribuidores. Si bien el desenlace de este litigio aún está por definirse, el mensaje es claro: los días de actuar sin consecuencias podrían estar contados. La industria y los consumidores estarán atentos a cada movimiento en esta batalla judicial.

 

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