Bajo presión del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, México se prepara para discutir cambios a las reglas de origen de los productos para tratar de evitar un enfrentamiento comercial con la principal economía mundial.
En momentos en que los dos países comienzan una nueva y difícil etapa en su relación bilateral, México ve un espacio de negociación posible sobre las reglas de origen del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) que une a ambas naciones y Canadá, dijeron varias fuentes.
Las reglas de origen son regulaciones que determinan la procedencia nacional de un producto. Aunque la renegociación formal del TLCAN aún no comienza, las reglas podrían ser alteradas a favor de la industria estadounidense sobre competidores fuera de América del Norte, especialmente de Asia.
Los cambios a estas reglas podrían ayudar a alinear a México con la estrategia industrial de Trump de impulsar los puestos de trabajo en la industria manufacturera y cuadrar con los llamados del Gobierno mexicano a fortalecer la competitividad de la región.
También podrían ayudar a allanar la vía para un pacto más amplio con Trump sobre seguridad fronteriza e inmigración, señalaron funcionarios mexicanos.
Las negociaciones acerca de las reglas de origen del TLCAN serán un punto de discusión «muy importante» entre los dos países ahora que Trump ya está en el cargo, dijo un funcionario mexicano.
Un funcionario de la Casa Blanca dijo: «como regla general, está en el mejor interés de Estados Unidos insistir en provisiones sólidas de reglas de origen al perseguir negociaciones bilaterales.
«Las reglas de origen laxas en los tratados propuestos, como el ya desaparecido Acuerdo Trans-Pacífico de Asociación Económica, disminuyen y debilitan nuestra cadena de proveeduría y contribuyen a la salida de empleos estadounidenses», agregó el funcionario estadounidense.
El canciller mexicano, Luis Videgaray, y el secretario de Economía, Ildefonso Guajardo, sostendrán reuniones el miércoles y el jueves con los principales asesores de Trump en Washington con una agenda que incluirá seguridad, la inmigración y el comercio.
Los temores a un desastre económico han preocupado a México desde que Trump ganó las elecciones presidenciales de noviembre, tras haber amenazado como abandonar el TLCAN, imponer aranceles proteccionistas y construir un muro en la frontera sur de Estados Unidos para detener la inmigración ilegal.
Si bien México se resiste a cambiar el tratado de 1994, funcionarios aceptan que algunos cambios podrían ser necesarios para mantener abierto el flujo comercial con Estados Unidos, que representa el 80 por ciento de la totalidad de las ventajas mexicanas al exterior.
«Lo que queremos es conservar el acceso libre, sin restricciones, sin aranceles y cuotas a los productos mexicanos», dijo el lunes Videgaray, el principal interlocutor del Gobierno mexicano ante a Trump.
Reuters