-Goteras evidencian riesgos del MBA
-Exdirector administrativo de UACh en la mira
-Hace René Moreno todo para ser removido
Es muy posible que hoy empiece a derramar El Granero y con ello está a la vuelta de la esquina una inundación en Ojinaga, como la ocurrida hace ya algunos años con motivo del desbordamiento del Río Bravo.
Va muchísima agua hacia Ojinaga. Era cuestión de tiempo que la presa llegará a su límite, por el caudal grandísimo del Río Conchos, alimentado desde las Vírgenes, el Chuvíscar y el Sacramento.
Se empezaron a controlar las compuertas para un desfogue que no rebase cauces, previniendo el derrame, pero es prácticamente imposible.
Por ello adquiere importancia el anuncio y decisión adoptado ayer por la gobernadora Maru Campos, de ofrecer mediante oficio y con seguridad, comunicación directa, el apoyo necesario a la Comisión Nacional del Agua, para tratar de prevenir daños mayores a la población.
Hay un grupo especial desde ayer trabajando ya en el tema con el presidente de la Junta Central de Agua y Saneamiento, Mario Mata; el secretario de Desarrollo Rural, Mauro Parada; el presidente municipal de Ojinaga Andrés Ramos de Anda; productores agrícolas de aquel municipio así como expertos de la Universidad Autónoma de Chihuahua y otros asesores externos.
No se quiere dejar nada a la casualidad ni por error, menos por omisión.
El oficio es puntual solicitando se tomen las acciones necesarias de manera urgente para evitar en lo posible las inundaciones y daños en el municipio de Ojinaga, tanto en la parte urbana como agrícola, con reforzamiento de bordos e infraestructura en el cauce del Río Conchos.
El estado pone a disposición personal, maquinaria, combustible y lo que sea necesario para dicha acción preventiva.
Está el tema de la posible inundación, pero también, cuidar los derechos de los usuarios de la región, para que el volumen almacenado en la Presa “Luis L. León”, se conserve en el Nivel de Aguas Máximo Ordinario NAMO, de 284.382 millones de metros cúbicos, una vez pasada esta emergencia.
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Goteras en el interior y grandes derrames en el exterior, agravados por supuesto con la temporada de lluvias, evidencian los riesgos que representa el vetusto gimnasio Manuel Bernardo Aguirre, la casa de los Dorados de Chihuahua tan conocida por su peculiar arquitectura.
El inmueble construido entre 1978 y 1980 es un espacio multiusos que, para variar, es rentado para todo tipo de espectáculos artísticos, comerciales y deportivos, pero seguramente no deja ganancias o no las suficientes como para invertirle en su mantenimiento.
La administración del MBA corre a cargo de la Universidad Autónoma de Chihuahua desde el rectorado de Antonio Horcasitas Barrio, que lo mandó construir para que lo inauguraran Reyes Humberto de las Casas, el propio gobernador Aguirre Samaniego y el presidente de la República, José López Portillo.
Pero jamás había estado tan descuidado como en el último periodo de la UACh, el que encabezó Luis Fierro, defenestrado rector que carga con el peso de haber sido el peor de la historia.
La era de pandemia, en la que la UACh interrumpió sus actividades, agravó el deterioro del gimnasio, que a la vuelta de los meses fue reactivado con algunos espectáculos y eventos políticos, pero se dejó de lado el necesario mantenimiento.
Por eso las quejas de los deportistas sobre los espacios destinados a ellos, que terminan siendo arrendados para otras cosas, pero únicamente para que empresas privadas hagan sus negocios, sin dejarle ganancias a las instancias públicas, a menos que sí dejen y no lleguen a donde deben llegar.
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Luego del informe presentado por la Auditoría Superior del Estado, en torno a la revisión de la cuenta de la Universidad Autónoma de Chihuahua (UACh), afirman que además del exrector Luis Fierro, estaría en la mira el director administrativo, Francisco Márquez Salcido.
El funcionario universitario logró pasar el filtro luego de la renuncia de Fierro, pues ocupa una posición clave en el organigrama de la máxima casa de estudios, pero esto lo deja en una posición compleja, debido a que, desde su puesto, se autorizaron varias de las irregularidades que el órgano auditor ha detectado.
Fue quien autorizó la liquidación de casi 100 mil pesos a los exsecretarios particular y privado de Luis Fierro, Alan Roberto Rentería y Juan Pablo Martínez, respectivamente, quienes pretendieron salir forrados de billetes de los encargos que les confirió su patrón.
De esta manera, Márquez Salcido sería uno de los principales señalados en los manejos irregulares que se presentaron durante el nefasto periodo de Luis Fierro, quien se dedicó a saquear los bienes universitarios, además de afectar el desarrollo de miles de estudiantes con el fracasado plan de estudios que intentó imponer.
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Ninguna novedad hay en el retén de la Guardia Nacional en el acceso a la ciudad, viniendo por la carretera a Cuauhtémoc.
Se ponen cuando tienen algún pitazo, de otra manera estarían ahí de continuo hasta como estrategia para disuadir a los maleantes.
Alguien que venía de la sierra, de Tomochi para ser más específicos, nos pasó la imagen que publicamos en nuestra edición digital. Le causó extrañeza verlos, porque cuando salió de la ciudad no los miró.
Ahí se observan los militares en funciones de GN-Seguridad Pública, con sus unidades vehiculares y los clásicos conos anaranjados de prevención.
Fueron amables en su trato, según nos dicen, no hay queja al respecto. Sin embargo no dejan de causar escozor, cuando el automovilista debe enfrentarse a las preguntas de oficio, de dónde viene, a dónde va, a qué se dedica.
Los conductores llegan cansados del viaje y todavía deben lidiar con el retén, a la altura de El Fresno, un inconstitucional acto de molestia al libre tránsito, al cual pareciera nos hemos acostumbrado.
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Está rota, descompuesta y sin remedio, la relación de René Moreno, con algunos de sus compañeros del Comité de Participación Ciudadana, que él preside, y no se diga con el Comité Coordinador, donde están integrados representantes de primer nivel de secretarías, órganos autónomos e inclusive de poderes del Estado.
Están en ese comité el titular del Ichitaip, Alejandro de la Rocha; la presidenta del Tribunal de Justicia Administrativa, Mayra Arroniz; el titular de la Auditoría Superior del Estado, Héctor Acosta; entre otros.
Las posturas radicales van más allá del interés de combatir malas prácticas o actos de corrupción, que es la finalidad del importante órgano que preside.
A como dé lugar ha convertido su participación en posicionamientos a priori, con acusaciones y señalamientos de corrupción, sin mostrar prueba alguna.
Quién sabe que mosca le picó o bajo que influjos anda el presidente del Comité de Participación Ciudadana, porque en la última reunión con el Comité Coordinador, le tumbaron todas sus propuestas, incluso con exigencia de los representantes de instituciones, de que guardara seriedad.
De hecho, le votaron en contra la mayoría de sus asuntos propuestos, toda vez que eran posicionamientos de carácter político.
No esconde René sus fobias ni en las reuniones públicas del Comité de Participación Ciudadana, con adjetivos hacia sus compañeros del Comité Coordinador, a quienes tilda de ser una vergüenza.
Se encamina René a alguna acción para removerlo, ante la irreconciliable posición en que se ha colocado, con tufo corralista innegable del cual no puede desligarse ni un momento.
Fuente: El Diario