La suerte está echada. Este fin de semana los principales candidatos a la gubernatura de Chihuahua realizaron sus cierres de campaña en un entorno de júbilo y fiesta por encimita, pero con tensión y desconfianza en sus adentros, pues aunque todos se dicen ganadores, la verdad es que ninguno se lo cree, pues nadie cuenta con una ventaja apabullante.
En el caso de Enrique Serrano, este fue el que más llenó, pues si algo tiene el PRI es estructura para movilizar raza (acarreo), y aunque quedaron muy lejos de llenar la Plaza de la Mexicanidad, les bastó para abarrotar más de raza que sus contrincantes.
Ahí los acompañó Manlio Fabio Beltrones acompañando a los candidatos Serrano y Murguía, así como aspirantes a nueve diputaciones y la sindicatura, entre otros que buscan huesos grandes, medianos y chicos. Le echaron todos los kilos y se vio, aunque de ahí a que vayan juntos, falta un buen trecho.
Antes del cierre hubo un desayuno donde el anfitrión fue el ex gobernador y actual director del Issste, José Reyes Baeza, donde convivieron ambas ‘familias’, la baecista y la duartista, y llamó la atención el deslinde de Serrano del actual gobernador, pues aunque todo haga pensar lo contrario, aseguró que será él quien aparezca en las boletas y que su carrera política la ha construido sólo, sin deberle nada a nadie. Llama la atención cómo el aún mandatario ha tenido que contrarrestar su costumbre de lucirse y placearse, y ahora aparece poco o nada junto a sus candidatos. Su imagen sin duda los afecta.
En el caso de Javier Corral, se hizo acompañar del ex aspirante a la presidencia de (remoto) origen chihuahuense, Santiago Creel Miranda, quien llamó a la ciudadanía a ejercer un voto útil para lograr lo más importante: evitar que el PRI continúe empoderado en el estado, saqueando a diestra y siniestra, elevando la deuda y con los niveles de corrupción más altos del de por sí corrupto país.
La concurrencia más o menos cumplió las modestas expectativas. El PAN no dispone de muchos medios para el acarreo y los que tiene los gastará el mero día de la elección, cuando echará mano de toda la estructura que le queda. Lo que ha llamado la atención es el cambio de discurso de Corral, quien pasó de señalar a ‘Chacho’ Barraza como un hombre honesto y mil adulaciones más, para ahora bañarlo con cuestionamientos y descalificaciones, dado que ya es imposible que se dé la añorada declinación a su favor.
Lo que sorprende es que figuras del panismo y de la iniciativa privada siguen insistiendo en una suma de esfuerzos que ni se dio ni se dará. En las boletas ya está el nombre de ‘Chacho’ y con las elecciones en puerta no tendría ni siquiera sentido una declinación a estas alturas, incluso Corral lo sabe, así que ya ni para qué rogarle. El 5 de junio cada candidato será responsable de sus actos, de sus alcances y de su poder de convencimiento, pues los que decidirán serán únicamente los chihuahuenses con sus votos.
Desde la trinchera de ‘Chacho’ prominentes empresarios como Samuel Kalisch y la familia Terrazas, otrora panistas, pidieron que si tantas ganas tienen de unir proyectos, que sea Corral quien decline a favor de Barraza y así eche al PRI de la entidad. También señalan, tras bambalinas, que el aspirante panista tiene todo su respeto y se le reconoce su capacidad como legislador, pero que administrar un estado es otra cosa y que para administrar el mero bueno es Barraza.
A pesar de que se esperaba la presencia de Jaime Rodríquez Calderón, actual gobernador de Nuevo León por la vía independiente, al final sólo llegó Guillermo Rentería, su encargado de comunicación y estrategia, quien proyectó varios videos de apoyo al independiente del ‘Bronco’ y de otros aspirantes por esta vía que como que se quiere parecer a un partido, pero más por necesidad que por convergencia, pues si bien cada quién trae sus apoyos, ideas e intereses, saben que para 2018 no podrá ir cada uno por su lado.
Nomás por no dejar, falta mencionar que el candidato de lo que queda del PRD a la gubernatura, Jaime Beltrán del Río, fue apapachado por el único cuadro fuerte que lo ha apoyado, el gobernador de Michoacán, Silvano Aureoles. Se evitaron el ridículo de un evento vacío y le tiraron a lo pequeño, con convivencia y el interés de mantener al menos el 3 por ciento de las preferencias, algo que pinta muy difícil.
También se espera para hoy el cierre del candidato de Morena, Javier Félix Muñoz, quien podría superar el 6 por ciento de los votos, más que cualquier minipartido, no por empuje propio, pues como candidato no ofreció mucho más que buenas intenciones, pero estará presente Andrés Manuel López Obrador, quien tiene a cuestas 10 años de campaña y ese factor pesa desde luego.
En el caso de la alcaldía de Chihuahua, las aspirantes Maru Campos y Lucía Chavira se siguen danto con guerra sucia y contraguerra sucia, pues entre panfletos que se lanzan una a la otra, reventones de casas, llamadas ácidas masivas y cuando tienen para darse, los equipos de ambas están dejando los pelos en el alambre, y no es para menos, pues están prácticamente empatadas.
Durante el fin de semana se dio un supuesto ‘reventón’ de una imprenta, propiedad de un familiar del ex regirdor panista Edgar Olivas, por parte del priísta Eloy García Tarín. Los panistas dicen que el único delito que hubo allí fue el allanamiento de morada, mientras los priístas afirman que sí había propaganda negra y que fue incautada por agentes de la Fiscalía. Lo cierto es que tantos dimes y diretes afectan más que nada a la política en chihuahua y a los ánimos de los electores.