El Síndrome Coronario Agudo solía ser un padecimiento de los hombres mayores de 60 años en México, pero ahora afecta a personas más jóvenes e incluso a mujeres por la diabetes y la obesidad, alertó a los micrófonos de Noticias Mvs, Rosa María Vargas, cardióloga adscrita al Centro Médico Nacional Siglo XXI.
Infarto, angina de pecho o Síndrome Coronario Agudo (SCA), explicó, «es la expresión clínica de la falta de oxigenación (isquemia) del músculo cardiaco, en donde se pierde el equilibrio entre el aporte y la demanda de oxígeno y la formación de un trombo en el interior de una arteria coronaria», precisó.
Esta falla, ocasionada principalmente por la aterosclerosis, causa más de 82 mil decesos al año en México, agregó Vargas.
«Las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de mortalidad alrededor del mundo y los problemas cardiacos son la primera causa de muerte en México. Tan solo en 2014 se registraron 121,427 mil decesos provocados por cardiopatías, de las cuales, el 68 por ciento fue por enfermedades isquémicas del corazón, que incluyen la angina estable y los Síndromes Coronarios Agudos» detalló la cardióloga del Centro Médico Siglo XXI.
“La relación de morbi-mortalidad tan significativa de los Síndromes Coronarios Agudos, cuya prevalencia es incluso mayor que las enfermedades infecciosas y el cáncer en pacientes mayores de 60 años», alertó Vargas.
La Organización Mundial de la Salud, advierte que la causa principal de los Síndromes Coronarios Agudos «es la ruptura de una placa de aterosclerosis, que ocurre cuando se acumulan restos de grasa (colesterol), calcio y otros desechos celulares en las arterias; esto desencadena en la formación de un trombo, el cual obstruye o disminuye el flujo sanguíneo en una arteria coronaria, forzando al corazón a realizar grandes esfuerzos para continuar con su función, proceso que puede tener un desenlace fatal», resaltó Vargas.
El dolor torácico, conocido también como “angina de pecho”, es el síntoma más común de los Síndromes Coronarios Agudos; con este síntoma también se experimenta sudoración, ansiedad, sensación de muerte, dificultad para respirar, mareo e incluso desmayo; la severidad depende de qué tan obstruido esté el vaso sanguíneo y las condiciones generales del paciente.
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