El diputado local Federico Döring Casar propuso que se castigue con hasta dos años de prisión, y de 50 a 100 días de multa, a aquellas personas que mutilen animales con fines estéticos en la capital del país.
“Presentamos esta reforma al Código Penal y a la Ley de Protección a los Animales para tipificar como una nueva pena esta mutilación estética de los animales, y que cualquier mutilación que no sea con un fin eminentemente médico, sea punible en la ciudad”, dijo en tribuna el legislador del Partido Acción Nacional (PAN).
Mencionó que su propuesta pretende replicar en la ciudad de México, lo que en otros congresos estatales se ha reformado respecto a este tema.
“Esto lo aprobó recientemente el estado de Veracruz a través del Congreso local. Nos parece que es una experiencia exitosa, que no ha sido atacada en vía de amparo por ningún particular, y en esa medida nos parece que puede este Congreso replicar, hacer suyo y aprender lo que otros congresos locales hacen bien para combatir el maltrato animal”, manifestó.
Döring Casar resaltó que su iniciativa va encaminada a establecer una cultura de protección y conservación de los animales, además de sentar precedentes legales al respecto.
“Ninguna persona o establecimiento mercantil podrán ofertar animales que hayan sufrido alguna mutilación no justificada médicamente”, consideró
La iniciativa fue turnada a las Comisiones Unidas de Administración y Procuración de Justicia, y de Preservación del Medio Ambiente y Protección Ecológica.
Hugo Aguilar Ortiz, abogado mixteco, a un paso de presidir la Suprema Corte
En una contienda que parecía tener una ganadora evidente, un giro sacudió al Poder Judicial mexicano. Hugo Aguilar Ortiz, abogado de origen mixteco y defensor de los derechos indígenas, ha tomado la delantera en la elección para presidir la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), dejando atrás a candidatas favoritas como Lenia Batres y Yasmín Esquivel. Con el 86% de las actas contabilizadas, Aguilar se posiciona como el virtual presidente del máximo tribunal del país.
El nombre de Aguilar Ortiz no figuraba entre los favoritos para presidir la SCJN, pero con los resultados parciales del Instituto Nacional Electoral (INE), el jurista originario de Oaxaca encabeza la elección con 4.9 millones de votos, el equivalente al 5.2% del total. Lenia Batres, quien parecía perfilarse como la próxima presidenta del tribunal, quedó en segundo lugar con el 4.9%, apenas 240 mil votos por debajo.
Este resultado preliminar ha marcado un hito, no solo por lo sorpresivo, sino por lo que representa Aguilar: un abogado indígena, hablante del Tu´un Savi (la lengua mixteca), que ha dedicado más de tres décadas a defender los derechos y territorios de comunidades originarias.
Captura de pantalla. Aguilar Ortiz encabeza la elección.
De las asambleas comunitarias a las urnas
Aguilar se ha forjado como defensor de los pueblos indígenas desde los márgenes institucionales. Su trabajo lo ha llevado a representar legalmente a más de veinte comunidades en disputas territoriales, procesos de conciliación y defensa de derechos colectivos. Hoy, funge como coordinador general de Derechos Indígenas en el Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI), pero su activismo viene desde los años noventa.
Uno de sus momentos más representativos fue su participación como asesor legal del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) durante las negociaciones de paz en San Andrés Larraízar, en 1996. Una experiencia que lo consolidó como un jurista con vasto conocimiento en sistemas normativos indígenas y derecho constitucional.
Un perfil fuera de lo convencional
Nacido en la región mixteca de Oaxaca, Aguilar estudió la licenciatura y la maestría en Derecho Constitucional en la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca. En la boleta electoral apareció en el lugar 34 de un total de 64 candidaturas para ministros de la Corte, lo cual hacía poco previsible su ascenso al liderazgo de la votación.
Sin embargo, su mensaje ha sido claro y directo, en lugar de concentrarse en los tribunales y despachos, recorrió comunidades rurales, donde fue recibido como uno de los suyos. Según sus propias palabras, durante estas visitas le pidieron que no se convirtiera en «otro funcionario más», y por eso ha declarado que no usará toga si llega a presidir la Suprema Corte.