El diputado Gustavo Martínez Aguirre, presentó una iniciativa con proyecto de punto de acuerdo para expedir el Reglamento de Ética y Disciplina Parlamentaria del Congreso.
En concreto esta iniciativa busca la creación de un instrumento fundamental en el impulso de la conducta íntegra, pues como tal, al ser parte del marco normativo que regula la actuación de quienes formamos el cuerpo legislativo en el Congreso del Estado, fortalecerá la eficiencia y productividad de la dinámica en los trabajos legislativos.
En teoría, se dice que en todo momento, un diputado se debe conducir con pleno respeto a los principios de probidad y transparencia por ser un representante popular, con pena, hemos de reconocer que en reiteradas ocasiones, la actuación de algunos de nuestros compañeros diputados, quizá movidos por extrañas pasiones, se conducen con nulo o poco respeto en las sesiones o en público, deteriorando gravemente la imagen del servidor público. Siendo que el diputado con su conducta debe inspirar la confianza y el respeto de los ciudadanos.
Por ello, vemos la necesidad de exhortar primero un acuerdo político para analizar el tema sobre los principios generales de la ética y la conducta del legislador, luego implantar reglas y mecanismos más detallados para su cumplimiento mediante la creación de un Reglamento de Ética y Disciplina Parlamentaria a efecto de cumplir con el Artículo Cuarto Transitorio del DECRETO Nº. 914/2015 II P.O., publicado en el Periódico Oficial del Estado con fecha 20 de enero del año en curso, en relación con el artículo 44 de ese ordenamiento.
Para lograr esta tarea, es menester que los miembros de la Junta de Coordinación Parlamentaria constituyan una comisión que precise los detalles, como así también determinar los alcances y sanciones del ordenamiento, la redacción y su vinculación con el marco legal.
Cabe destacar que este Código, en ninguna circunstancia, busca limitar ni mucho menos poner cadenas a la libertad de expresión, derecho sagrado de la democracia, por lo que no impedirá el ejercicio de sus derechos y libre manifestación de sus ideas y expresión. Nuestro propósito básico es crear un instrumento que fomente los valores propios de la ética de la actuación del legislador y prevenga las múltiples conductas nocivas que no son otra cosa que conductas basadas en anti-valores, que afectan nuestro sano desempeño y trascienden hasta la esfera social.
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