Una trabajadora sexual puede haber dado muerte a un asesino en serie de mujeres en defensa propia, informó la policía estadounidense.
La mujer le dijo a la policía que Neal Falls, de 45 años, respondió a un anuncio que ella colocó en internet para ofrecer sus servicios como prostituta.
El encuentro se volvió violento al llegar él a la casa de ella, en Virginia Occidental.
Falls, que llevaba una pistola, intentó ahorcar a la mujer, pero ella logró hacerse con el arma y dispararle.
La policía encontró una lista de otras diez mujeres «para matar» en el bolsillo de Falls.
El hombre llevaba también armas y herramientas, entre ellas cuchillos, un chaleco antibalas, un machete, bolsas de basura y lejía en su auto.
«Supe que había venido a matarme», le dijo la mujer, que no fue identificada, a la estación local WOWK.
«Me di cuenta de que ya había hecho algo porque me dijo que iba a ir a la cárcel por mucho tiempo. Entonces supe que me iba a matar», aseguró.
Asesinatos no resueltos
Las pruebas encontradas el 18 de julio llevaron a las autoridades a investigar si Falls está conectado con una serie de asesinatos no resueltos en Ohio y Nevada.
«Por el hecho de que tuviera 45 años y cargara herramientas como lo hacía, y cometiera un crimen tan organizado y violento, es poco probable que fuera su primer crimen», dijo el teniente de policía de Charleston, Steve Cooper.
La policía encontró armas en el auto del hombre.
«Lo que hemos encontrado es tan alarmante que queremos que las fuerzas de seguridad de todo el país lo sepan», dio el teniente Steve Cooper, del departamento de Policía de Charleston.
Falls, cuya dirección más reciente fue en Oregon, vivió en Henderson, Nevada, entre 2000 y 2007.
Durante ese tiempo, se encontraron los cuerpos desmembrados de tres prostitutas.
Una cuarta prostituta desapareció, pero nunca fue encontrada.
Más recientemente, cuatro mujeres fueron asesinadas y otras dos han desaparecido en Chillicothe, Ohio, a unas dos horas en auto de Charleston.
Desaparece en Disneyland y aparece días después en un bote de basura en Mexicali: el misterioso caso de Annie Encino
Una adolescente estadounidense de 16 años fue localizada con vida dentro de un contenedor de basura en Mexicali, Baja California, días después de haber desaparecido en el parque Disney California Adventure, en Anaheim. El caso ha despertado preocupación e interrogantes en ambos lados de la frontera, especialmente por el silencio mediático en México y las lagunas que aún rodean su cruce hacia territorio nacional.
Annie Kathleen Encino desapareció el pasado 20 de abril tras una discusión con su familia dentro del parque temático. Fue vista por última vez alejándose sola, lo que activó una Alerta Amber en Estados Unidos. Sin embargo, esa alerta nunca cruzó a territorio mexicano, dejando a la opinión pública del país sin conocimiento de su desaparición… hasta que la historia dio un giro tan insólito como alarmante.
Días después, una llamada anónima al 911 alertó a la policía municipal de Mexicali sobre la presencia de una menor dentro de un bote de basura. Al llegar al sitio, los oficiales encontraron a la joven en condiciones que no han sido detalladas, pero confirmaron su identidad. El consulado de Estados Unidos fue notificado de inmediato y su madre viajó a la ciudad fronteriza para identificarla y llevarla de regreso.
Hasta ahora, las autoridades mexicanas no han informado cómo fue que Annie cruzó la frontera sin documentos, sin acompañantes y sin ser detectada. Tampoco han revelado si fue víctima de trata, secuestro, abuso o si viajó voluntariamente con ayuda de terceros. La Fiscalía de Baja California mantiene abierta una investigación para esclarecer los hechos.
Lo que sí queda claro es que algo falló en los mecanismos de cooperación fronteriza. Ni la alerta internacional funcionó, ni hubo un protocolo binacional que permitiera actuar a tiempo. La aparición de una menor estadounidense en un contenedor de basura, en una ciudad donde los casos de desapariciones no son novedad, pone una vez más bajo la lupa la crisis de seguridad y el flujo irregular entre ambos países.
Mientras se esperan más detalles oficiales, el caso de Annie Encino evidencia que incluso en un entorno supuestamente seguro como Disneyland, la vulnerabilidad de los menores puede terminar en una historia digna de una serie policiaca.