Más de dos centenares de musulmanes se manifestaron este viernes frente a la Casa Blanca contra la decisión del presidente Donald Trump de reconocer a Jerusalén como capital de Israel.
Desde que el pasado miércoles, el magnate anunció que reconocía a Jerusalén como capital israelí y que, por tanto, trasladaría la embajada de Estados Unidos a la ciudad, las protestas contra la decisión se iniciaron en Medio Oriente.
Es un movimiento que provocará tensiones en la región, por eso estamos aquí para protestar», afirmó Taher Herzallah, director asociado de la asociación Musulmanes Americanos por Palestina, que convocaron a los asistentes al acto.
Descalzos para realizar rezos y atender a las palabras de los organizadores, los asistentes se arrodillaron frente a la residencia presidencial para clamar contra Trump.
Estaban rodeados de otros manifestantes que portaron carteles en los que se podía leer «Jerusalén es de todos» o «Jerusalén es Palestina».
Herzallah incidió en que la declaración del presidente republicano acaba con la imparcialidad de Washington como mediador en el conflicto.
Al acto acudieron representantes de diferentes organizaciones en defensa de los derechos de los musulmanes como el Consejo de Relaciones Americano-Islámicas o el Círculo Islámico de Norte América por la Justicia Social.
Asimismo, centenares de personas protestaron frente de la embajada estadunidense en Londres.
Los manifestantes portaban banderas palestinas y carteles en los que se leía lemas como «Libertad para Palestina», «No al racismo» y «Paren la guerra».
Un amplio cordón policial y una valla de seguridad separó a los manifestantes de la sede diplomática, situada en el centro de la capital londinense, donde los manifestantes entonaron cánticos a favor de la libertad de Palestina.
Responsables de las organizaciones que convocaron la protesta, entre ellas la Campaña de Solidaridad con Palestina (PSC, en inglés), la Asociación de Musulmanes Británicos (MAB) y la Coalición Detened la Guerra (STW), pronunciaron discursos ante los congregados.
Estados Unidos se convirtió así en el único país en reconocer la capitalidad de Israel y en anunciar el desplazamiento de su legación a la ciudad, ya que en 1980 la ONU llamó a la comunidad internacional a retirar sus embajadas de allí tras la anexión por parte de Israel de la zona oriental de la urbe.