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Proyecta INE reducir gastos y pedir más presupuesto para revocación

El Instituto Nacional Electoral (INE) proyecta solicitar a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) una ampliación presupuestal para financiar el ejercicio de revocación de mandato por un monto de mil 738.9 millones de pesos. Como parte de un acuerdo que discutirá y eventualmente aprobará mañana, el acuerdo contempla además nuevos ahorros a su gasto operativo por 64.4 millones de pesos y una adecuación a diversas tareas del proceso que permitirán reducir costos por 524 millones de pesos.

Dicho acuerdo que se adoptará en respuesta a la sentencia emitida por el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación que le ordenó al INE continuar con la organización del proceso, implica, adecuaciones importantes en la organización del ejercicio. En principio, reducir la compra de insumos sanitarios para ahorrar 59.2 millones de pesos; eliminar el uso del papel seguridad en las papeletas, para bajar gastos en 6 millones de pesos y adecuar la capacitación de funcionarios de las mesas para obtener ahorros por 419 millones de pesos.

Según el organismo “derivado del esfuerzo institucional del INE, se tiene que, del presupuesto asignado por la Cámara de Diputados en el Presupuesto de Egresos 2022, el INE designó mil 503 millones de pesos, aprobados mediante ajustes presupuestales para el proceso; adiciona 64.46 millones de pesos de disponibilidades presupuestales subsecuentes y el ajuste en las actividades de la revocación de mandato por 524 millones de pesos.

“Este Instituto, ha logrado por sí solo alcanzar aproximadamente dos mil 91.46 millones de pesos, tanto de suficiencia presupuestaria como de eliminación de costos, de los tres mil 830.40 millones de pesos que fueron solicitados en el anteproyecto de presupuesto”, para organizar este ejercicio.

De igual forma, destaca que “aun con las adecuaciones presupuestales internas que ha llevado a cabo este Instituto, subsiste una insuficiencia presupuestal para organizar el procesoen los términos señalados por la Constitución y la ley, por lo que, en cumplimiento al acuerdo INE/CG1798/2021, tomando en cuenta la responsabilidad que le deriva a los demás entes del Estado que participan en la corresponsabilidad de la organización resulta indispensable solicitar a la brevedad a la SHCP la cantidad de mil 738 millones de pesos, a fin de que dote a este Instituto de los recursos faltantes que se requieren para hacer efectivo el derecho político de participación de la ciudadanía en el proceso”.

El documento que se discutirá establece que dada la complejidad de la organización del proceso se requiere obtener una respuesta de la SHCP antes del 31 de enero, a efecto realizar las adecuaciones para su realización.

Asimismo, el documento consigna que en consonancia con la sentencia del TEPJF para involucrar a otras instancias del estado, se han remitido oficios a la Comisión Federal de Electricidad a fin de que pueda facilitar en comodato plantas de emergencia en las diversas instalaciones del INE, sin que hasta ahora se haya obtenido respuesta.

El INE también remitió otra solicitud a Talleres Gráficos de la Nación a fin de que la impresión de las papeletas sea con cargo al presupuesto de esa instancia.

Opinión

Emilia Pérez: Una Mirada Cuestionada sobre México Por: Sigrid Moctezuma

En un mundo donde el cine es tanto un arte como una poderosa herramienta de representación cultural, las películas que abordan la identidad de un país llevan consigo una gran responsabilidad. Tal es el caso de Emilia Pérez, una cinta que, aunque prometía ser un relato innovador, ha generado un torrente de críticas por su visión estereotipada y su superficialidad al retratar la cultura nacional.

Descrita por sus creadores como un “narco-musical”, Emilia Pérez sorprendió al ganar cuatro Globos de Oro, lo que dejó en evidencia una desconexión entre las audiencias internacionales y la percepción mexicana. Mientras en el extranjero se celebra como un experimento cinematográfico audaz, aquí ha sido criticada por perpetuar clichés culturales que parecen sacados de una postal turística, ignorando las complejidades del México actual. Aunque su mezcla de comedia, drama y música despertó curiosidad inicial, para muchos terminó siendo un recordatorio de cómo los estereotipos siguen dominando la narrativa global.

Uno de los puntos de mayor desagrado ha sido la manera en que la película aborda temas sensibles como la identidad de género y la narcocultura. Si bien es positivo que estas cuestiones tengan espacio en la narrativa cinematográfica, en Emilia Pérez se sienten tratadas con una ligereza que no honra su trascendencia. Los personajes, en lugar de reflejar matices reales, se convierten en caricaturas que difícilmente conectan con el público.

Las críticas no solo vienen de los espectadores, sino también de sectores especializados en cine y cultura. Se ha señalado que la película parece diseñada para un público extranjero que consume el «México pintoresco», mientras ignora las voces y experiencias auténticas que definen al país. Lo que representa una oportunidad desperdiciada para proyectar un discurso que sea fiel a nuestra riqueza cultural y social.

Este fenómeno no es nuevo en el cine. Muchas producciones internacionales han intentado capturar supuestamente nuestra esencia, pero terminan cayendo en la trampa: el mariachi omnipresente, las cantinas llenas de tequila y la violencia gratuita. Emilia Pérez, desafortunadamente, parece sumar su nombre a esta lista.

No obstante, este tipo de reacciones también abre un espacio importante para la reflexión. La discusión que surge de estas películas pone sobre la mesa la necesidad de que seamos nosotros quienes contemos nuestras propias historias, desde múltiples perspectivas. Es imperativo que el relato cinematográfico internacional comience a escuchar más atentamente las voces locales y trabajen en colaboración para evitar simplificaciones que diluyan nuestra esencia.

En un mundo donde las plataformas digitales hacen que el cine viaje más rápido que nunca, la responsabilidad de representar adecuadamente a un país se vuelve aún más crucial. La recepción de Emilia Pérez debería servir como un recordatorio de que no somos un concepto único y fácil de definir, sino una amalgama compleja de historias, tradiciones y modernidades.

Quizá, en el futuro, podamos ver más producciones que tomen este desafío en serio, dejando de lado las visiones simplistas. Porque México, con todas sus luces y sombras, merece ser contado con verdad y profundidad.

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