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Opinión

¿Qué nos quiso decir el presidente? Por Caleb Ordóñez T.

Caleb Ordóñez T.

El segundo informe aparentemente, fue una “mañanera” más: La misma dinámica, los mismos ademanes, la misma retórica. La única diferencia quizá fue el diverso auditorio presente. ¿Habría un mensaje detrás de su informe? Analicémoslo.

El presidente no dijo nada más allá de lo que la mayoría sabíamos que expondría, una serie de logros, un tanto parcos, con el mensaje continuo, repetitivo y tenaz: “Nuestro gobierno no será recordado por corrupto”.

Durante años hemos aprendido, que López Obrador, es un estratega político que no habla al viento. Sabe perfectamente a quienes dirigir sus mensajes. Tiene muy claro su target”dirían los expertos, que en inglés significa “objetivo a la vista”.

El presidente ha vuelto a explicar -algo que nadie le pidió- y que busca posicionar hasta el último día de su mandato: “Ya no hay lujos en el gobierno”, lo que ahorran, se lo dan al pueblo.

Y ahí se basó realmente un mensaje lleno de triunfalismos, pero también inconsistencias y temas debatibles, como lo son la ecología, la explotación minera o el ”fracking”.

Peor aún el olvidar u omitir la verdad al sentenciar: “Hay menos secuestros, feminicidios, robos a transeúntes, a transportistas, menos robos de vehículos, robo en transporte público colectivo, menos robo en transporte público individual, menos robo a negocios y menos robo a casas habitación». Una mentira del tamaño de los registros de víctimas que no menguan, sino que se han aumentado incluso al 9 por ciento, desde que la 4T gobierna el país.

Otra de las polémicas leyendas que se quedarán para la posterioridad, fue decir que mantiene una buena relación con los partidos políticos y con los gobernadores, sin embargo, la realidad es que los gobernantes de oposición han denunciado incluso “desprecio” por parte del presidente, a tal grado de que han amagado con desaparecer la CONAGO.

En un pequeño momento, agridulce para el público presente llamó “arrogantes”, tanto al fiscal general, como al presidente de la suprema corte de justicia.

Seamos realistas, seguramente los funcionarios mencionados, ¡claro que querían estar ahí! El presidente no.

Él quería mandar un mensaje: “Se está despedazando la figura presidencial de antes”. Una farsa del tamaño de la fortuna de su súper invitado, el millonario Carlos Bremer.

El cayado del pastor

Algunos de sus adversarios, rompen sus vestiduras y reclaman que AMLO…

Opinión

El tren. Por Raúl Saucedo

Por las vías de los recuerdos y el futuro

En la actual era de la inmediatez y la conectividad a nivel mundial, donde la información
viaja a la velocidad de la luz, es fácil olvidar la importancia de las arterias que mueven el
mundo físico: las vías férreas son ejemplo de ello. Los trenes como gigantes de acero que
surcan valles y montañas, no son sólo reliquias del pasado, sino fueron clave fundamental
para el desarrollo económico y social de las naciones, y México fue la excepción.
A lo largo de la historia, el ferrocarril ha sido sinónimo de progreso. Desde la Revolución
Industrial, las vías férreas han tejido lazos entre pueblos y comunidades, impulsando el
comercio, la industria, el turismo y el intercambio cultural. Países como Estados Unidos,
China y Japón son ejemplos claros de cómo una robusta red ferroviaria puede ser el motor de
un crecimiento económico sostenido.
En México, la historia del ferrocarril está ligada a la propia construcción del país. El «Caballo
de Hierro», como se le conoció en el siglo XIX, unió a una nación fragmentada por la
geografía y las diferencias sociales regionales. Sin embargo, a pesar de su glorioso pasado, el
sistema ferroviario mexicano ha sufrido un prolongado periodo de abandono y desinversión.
Hoy, en un momento en que México busca consolidarse como una potencia regional y lograr
un desarrollo más equilibrado y sustentable, es imperativo revalorizar el papel del ferrocarril.
La construcción de nuevas líneas, la modernización de la infraestructura existente y la
promoción del transporte ferroviario de carga y pasajeros son acciones estratégicas que deben
estar en el centro de la agenda nacional.
Los beneficios de un sistema ferroviario eficiente reduce los costos de transporte, facilita el
comercio interior y exterior, y promueve la inversión en diversos sectores productivos,
permite conectar zonas marginadas con los principales centros urbanos e industriales,
impulsando el desarrollo local y la creación de empleos y un sistema ferroviario eficiente
ofrece una alternativa de transporte segura, cómoda y accesible para la población.
La actual administración federal ha mostrado un interés renovado en el desarrollo ferroviario,
con proyectos emblemáticos como el Tren Maya y el Corredor Interoceánico del Istmo de
Tehuantepec, así como las futuras líneas a Nogales, Veracruz, Nuevo Laredo, Querétaro y
Pachuca.
Con estas obras México recuperara su vocación ferroviaria y aprovechara a mi parecer el
potencial de este medio de transporte para impulsar su desarrollo hacia el futuro.
El motivo esta columna semanal viene a alusión de mis reflexiones de ventana en un vagón
de tren mientras cruzaba la península de la hermana república de Yucatán y en mi cabeza
recordaba aquella canción compuesta en una tertulias universitaria que decía…”En las Vías
de la Facultad”

@RaulSaucedo
rsaucedo@uach.mx

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