¿Por qué uno se siente jugador? Psicólogos explican que el despliegue de 22 jugadores en el campo con diferentes roles, permite que cada uno de nosotros elijamos el que más se adecue a nuestra personalidad. Así:
– Los más temerosos se identificarán con un defensa que contiene la jugada.
– El más impetuoso con un delantero,
– Pero quienes no les gusta intervenir mucho, pero sí hacerlo cuando es necesario se sentirán el portero.
Pasión que te desborda: La excitación de la corteza cerebral determina que el organismo experimente alteraciones metabólicas, como un aumento en la presión arterial, también del ritmo cardíaco, el aparato digestivo, el sistema renal y toda la red cardiovascular aceleran su funcionamiento.
Shot cerebral: Según un estudio del Laboratorio de Neurociencia Social de la Universidad de Valencia en el que analizaron los niveles hormonales de aficionados durante la final de la selección española en 2010. El cortisol y la testosterona son las responsables de la pasión del aficionado hasta las acciones destructivas al finalizar los juegos:
– Cortisol u hormona del estrés: su secreción aumenta ante una amenaza física, a la valía o identidad social para ayudar a enfrentar el riesgo. Aumenta los niveles de glucosa en la sangre para que los músculos y el cerebro tengan más energía y te permitan estar más despierto. Aunque en un partido de futbol no está en peligro la vida, para un aficionado está su orgullo, fama e identidad, por lo que se libera permitiendo poner atención en cada pase.
– Testosterona: También aumentan los niveles sin importar si se es hombre o mujer, dependiendo del grado de afición es la cantidad liberada, el riesgo es que aumentan la excitación y freno de pasiones como la violencia.
¿Por qué si pierde lo sigo amando? La lógica e instinto de supervivencia te dice seguir siempre al ganador, pero ¿por qué sigues a tu equipo aunque pierda o baje a segunda división? Psicólogos aseguran que se debe a la identificación, pues una vez que se crea una relación con un equipo, modificar ese estereotipo requiere mucho esfuerzo por las emociones, ideologías y afectos implicados. Además siempre queda la esperanza de una victoria futura que alimente las fantasías y emociones del aficionado.
Pégame, pero no me dejes: Si todo fueran alegrías, el futbol perdería interés, concluyó un estudio de la Universidad de Ohio. Los investigadores estudiaron el comportamiento de dos grupos de rivales durante un partido. Los aficionados con menores expectativas de victoria fueron los que al final calificaron el encuentro como emocionante y divertido. “Los sentimientos negativos desempeñan un papel decisivo en la diversión”, dijo Silvia Knobloch-Westerwick coautora del estudio. 
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