Parece que el PRI gana en el Estado de México, pero a un precio altísimo. No sólo se colapsó su base electoral de 65% de las preferencias a 32 en sólo un sexenio, sino que tuvieron que echar mano de forma ilegal y descarada de toda la cargada del aparato estatal y presidencial, con todas las fuerzas del PRI en el estado mexicano y la complicidad de los organismos electorales, así como carretadas de dinero, todo para rebasar a la apuesta de López Obrador por apenas dos puntos.
Una victoria pírrica es la que se llevan, pues ahora falta ver cómo pagarán todos los favores de los que echaron mano, todos los contratos y plazas que prometieron, sobre todo en una entidad donde la mitad ni votó y la que sí lo hizo casi 70 por ciento en contra del tricolor. Tendrán muchísimos ojos encima y gobernar el convulso estado de México será peor de lo que podrían imaginarse. Quizá hasta se arrepientan.
La avalancha de delitos electorales documentados hasta el cansancio por medios y redes sociales no sólo desgastaron la poca credibilidad que tenían los organismos electorales, sino que le dan a López Obrador una bandera de lucha con fuerte tufo a fraude, el tema que lo ha mantenido vigente en tres elecciones. También evitará que los fallos de Delfina desbarranquen su proyecto, en cambio le pondrá un sparring facilón a quién golpear y golpear el año que queda: el grupo Atlacomulco-PRI-Gobierno.
¿Con qué cara pedirá el PRI el voto en 2018 con el desastre que sólo pinta para agudizarse en el Edomex? ¿Cómo convencerán a sus mecenas, cada vez más hartos y vigilados, de que aporten montones de billetes sin seguridad de retorno? ¿Cómo cumplirles no sólo a los ciudadanos, sino a los aliados políticos, operadores y proveedores, sobre todo cuando tienen estados ya saqueados y llenos de problemas?
La izquierda, aunque fragmentada, también se consolida. A pesar de que el PRI probablemente ganará de nuevo (aunque nada está concluido), el hecho es que entre Morena y el PRD acaparan la mitad de los votos emitidos, mostrando una clara tendencia. Habrá mucha chamba en los tribunales, hasta ahora no hay nada seguro para nadie.
También ganan las alianzas. En un espectro político tan fragmentado, es difícil que una fuerza política se imponga a las demás por sí solas. Así, Ricardo Anaya y Alejandra Barrales, dirigentes del PAN y PRD respectivamente, pueden presumir victorias, aunque sea a compartidas, lo cual es a fin de cuentas mejor que las derrotas. Las ideologías valen gorro. Estos partidos también cobran fuerza cuando estaban en franco naufragio, y no han dejado que Morena les arrebate tan fácil el mandado.
Josefina no ganó nada. A pesar de la inercia de reconquista que empuja Acción Nacional, la candidata quedó en peor posición de la que se hubiera imaginado, a pesar de la presencia de operadores y cargada panista. El perredista Juan Zepeda se echó su partido al hombro y demostró peso como candidato, lástima que el PRD no le ayudó mucho. Si hubiera sido candidato de Morena la historia hoy sería otra.
Pierde México. Si bien la elección en el Estado de México no puede prever los resultados de 2018, es un hecho que esta entidad continuará en el profundo, hediondo y sanguinolento bache en el que se encuentra. No pinta nada más que para empeorar. El grupo ganador de la elección es lo peor de lo peor del PRI, y eso ya es mucho decir. Ojalá la ciudadanía descubra que más allá de elecciones, caudillos y partidos, es el involucramiento, la capacidad y el compromiso ciudadano lo que genera los grandes cambios.
Se cumplió un año de la victoria de Corral. No hubo nada qué celebrar. Como adelantamos, sólo un video discreto en redes sociales que ni se compartió tanto, pues el “nuevo amanecer” trae sus propias grillas e inercia. A Unión Ciudadana la pateó cuando dejó de necesitar un movimiento crítico y de ciudadanía participativa, Alianza Ciudadana logró en cierta medida su razón de ser que era ocupar puestos de poder público, y en el PAN ya se acomodó quien podía y quedó fuera quien no. Por eso se fragmentaron y traen un pataleo bárbaro bajo la mesa.
En los primeros cinco meses del año al menos 750 chihuahuenses ya no amanecieron, pues fueron asesinados. De estos, 73 fueron mujeres y 678 hombres. También más de mil setecientos vehículos fueron arrebatados a sus propietarios, aunque el secuestro y la extorsión bajaron y sólo hubo tres y diez casos, respectivamente.
La mayoría de los asesinatos tienen relación con el narcotráfico y el crímen organizado, herencia de décadas de persecución absurda que no ha hecho más que consumir enormes recursos económicos y humanos, decenas de miles de muertes y familias rotas, parálisis económica y social, todo a cambio de que “la droga no llegue a tus hijos”, aunque igual llega más que nunca pues es más fácil conseguir enervantes que leche deslactosada. A ver hasta cuando dejamos de pagar con nuestro dinero, dolor y sangre el negociazo de unos cuántos.
El gobierno estatal solicitó más de 20 mil millones de pesos de deuda… para pagar deuda, en un intento de obtener mejores tasas de interés y ampliar el plazo de 19 a 30 años, para pagar en abonos chiquitos y que se reparta la carga que dejó el saqueo de la administración anterior. Así se pagarían “de un jalón” 10 créditos que tiene Chihuahua, y se quedaría con uno sólo, grande y más blando. Sin embargo, sólo el secretario de Hacienda, Arturo Fuentes Velez, ha dado explicaciones. Se esperan ahorrar mil 40 millones de pesos.
Por la puerta grande se fue Águeda Lozano de la Secretaría de Cultura, pues su último evento como funcionaria fue el primer Encuentro Estatal de Bibliotecas, que reunió no sólo a los principales responsables de la promoción de la lectura en la entidad (y hasta del país), sino que dejó un buen sabor de boca entre los asistentes pues el gobernador Javier Corral se lució con su discurso, demostró que es lector y que valora en su justa dimensión la importancia del tema… nada qué ver con la administración pasada.
El que no deja de desafiar a las instituciones y de querer imponer sus ansiedades personales a sus responsabilidades democráticas, es el diputado panista Miguel Latorre, quien en plena misa y junto a un párroco anunció la entrega de apoyos públicos para la iglesia de San Juan Evangelista, la enésima violación al estado laico y al derecho de todos los chihuahuenses a profesar la religión que se prefiera sin tener que pagar unos por la fe de otros.