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“Quizá pase la estafeta cuando sea productora”: Andrea Legarreta a 20 años de estar en Hoy

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Ahora que el programa Hoy inició nueva etapa bajo la producción de Magda Rodríguez, platicamos con Andrea Legarreta, quien ha estado al frente de la emisión matutina desde 1996, cuando inició como Hoy mismo . La conductora nos contó cómo ha sido su experiencia en estos 20 años, en los que ha pasado por varias etapas, ha crecido profesionalmente y se ha realizado como mujer, esposa y madre. Además, entre muchas otras cosas, confesó si ya está lista para pasar la estafeta del programa a una de sus compañeras.

¿Qué ha significado para ti estar al frente del programa Hoy por 20 años?

La verdad, cuando amas lo que haces y lo disfrutas es un regalo. Hay gente que dice: “¡Cómo han pasado 20 años!”; lo que pasa es que yo venía de Hoy mismo, ya llevaba un rato, y la única producción en que no estuve fue en la de Federico Wilkins. En tanto, trabajé en la telenovela ¡Vivan los niños! y el programa Aquí entre dos , con Marthita Carrillo. En realidad no he dejado de estar al aire, por eso hay gente que piensa que estuve todo el tiempo en Hoy y que nunca me fui, pero no he parado y para mí es una bendición.

Y también una gran responsabilidad…

Sí, tienes que ser muy cuidadoso. Antes yo era mucho más irreverente… A veces la juventud te hace decir ciertos comentarios que deberían pensarse dos veces, porque cuando hablas de espectáculos puedes dañar a alguien sin querer, sin intención. Pero bueno, es una gran experiencia y ha sido increíble, una época de mi vida de mucho aprendizaje, crecimiento, de madurar y aceptar las cosas como son, porque no siempre son como uno quiere que sean, pero me sigo divirtiendo, Hoy es como parte de mí, está como en mi ADN, es algo muy bonito.

¿Cuál es el secreto para permanecer tanto tiempo en el cariño y gusto del público?

Dicen que “hay que adaptarse o morir”, y eso es lo que he tratado de hacer, pero también está la costumbre de la gente de verme en su día a día, me han hecho suya y yo me siento parte de sus familias. Cuando salgo a la calle siento su calidez, cercanía y confianza; evidentemente no soy monedita de de oro, hay gente que quiere que ya no esté y puede decir cosas horribles, pero en general me siento muy afortunada porque me han adoptado, por decirlo de alguna forma.

¿Te gustaría dar clases de conducción?

Sí, tengo una cantidad de tips y consejos, me encantaría.

¿Has pensado en pasar la estafeta a alguien más?

Todavía no, aunque no es una decisión mía, sino de la empresa, por estudios que hacen de focus group … Tal vez el momento en que quizá pase la estafeta es cuando sea productora, porque me gustaría producir, pero no es el momento. Mi prioridad siempre han sido mis hijas y mi familia, quiero estar cerca de ellas y todavía están chavitas, en la preadolescencia, Mía ya entrando a la adolescencia. La verdad, creo que todavía no es momento, hay que dedicarle muchísimo tiempo a la producción, pero sí me gustaría más adelante.

Hablando de tus hijas, ¿has perdido momentos importantes de ellas por la chamba?

La verdad, no; son mi prioridad, y creo que mi horario me facilita estar mucho tiempo con ellas. De hecho, me han ofrecido otros trabajos, de viajar y demás para ser imagen de producto, pero les digo “no”. Puede más mi amor que mi ambición.

¿Te gustaría que alguna de ellas siguiera tus pasos en la conducción?

Ellas aman esto; a Mía le gusta cantar y a las dos la música, son bien talentosas. No es por ser su mamá, pero ya lo traen, y además se están preparando. Como Erik les dice: “Este medio es muy complicado y hay mucha competencia, por eso tienen que prepararse bien y mucho, para que cuando estén de lleno en esto traten de ser las mejores o hacer lo mejor posible”.

Tú y Erik han logrado mantener una carrera limpia, ¿qué consejos le han dado a sus nenas para que sigan ese camino?

Que no hagan cosas que las hagan sentir decepcionadas o mal por tomar decisiones incorrectas, que sean respetuosas con ellas y con la gente que trabaja, y así ha sido, son niñas muy educaditas, bien buena onda. Que se den cuenta de lo bendecidas que son por poder entretener a la gente, porque cada vez los tiempos están más difíciles y la gente necesita distraerse.

¿De qué forma las cuidan de las críticas, siendo que ustedes son figuras públicas?

Con amor. Ellas saben que es una carrera complicada, lo han vivido conmigo en alguna etapa dura que pasé, en la cual las redes de pronto se volcaron en mi contra, y me han visto llorar, pero tienen mucho amor propio y por su familia. Saben que ellas son el comentario de alguien que no está feliz con la vida y decidió atacar, que esa gente no te da el valor real como persona, niñita, mujer… Así que es muy lindo cuando te dicen cosas buenas, y cuando te dicen cosas malas es horrible, pero esas personas y esos comentarios no te definen de ninguna manera y tratamos de que lo tengan claro.

Fuente: TV y Novelas

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SocialMediaCUU explica porqué las redes sociales son trascendentales en las elecciones

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Los datos que proporciona el INE respecto de la lista nominal, es decir, la lista de personas que ya tienen credencial para votar, muestra un porcentaje muy amplio de gente joven que votará por primera vez. Entre sus principales características está el hecho de que utilizan principalmente medios digitales para informarse y, por su número, representan un valioso mercado para todos los partidos políticos.


 

En la lista nominal se cuentan poco más de 98 millones de personas, al corte de febrero de 2024. Así, en el país existen poco más de 15 millones de personas inscritas entre los 18 y 24 años; es decir, primovotantes, lo que representa el 15% del total.

Si sumamos a la población millennial y centennial, es decir, todas las personas de 18 a 39 años inscritas, tenemos a casi 47 millones, que representan al 48%, es decir, prácticamente la mitad del universo de votantes.

Las cifras son claras: 15 millones de personas que no han participado jamás en un proceso electoral presidencial (y posiblemente en ningún otro) y que, estadística e históricamente, no tienen una preferencia política definida, pueden inclinar la balanza a favor de cualquier candidata o candidato; y casi la mitad de la lista nominal utiliza Internet y medios digitales para enterarse de las propuestas de las y los actores políticos.

De acuerdo con los últimos datos disponibles de la Encuesta Nacional Sobre Disponibilidad Y Uso De Tecnologías De La Información En Los Hogares (ENDUTIH), en el país existen 93 millones de internautas, siendo la franja de edad de los 18 a los 34 años, la que más se conecta a la red. Por otro lado, el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) muestra que las audiencias de radio han bajado a un 8.9% del universo de personas que pueden recibir una señal y las de televisión, a 14.1%. Para radio, las audiencias principales se encuentran en el rango de edad de 35 a 44 años, y las de TV se sitúan en 45 años o más.

Y es en este sentido en donde se plantea la problemática de las leyes electorales, ya que se tienen medios tradicionales como la televisión, la prensa impresa y la radio sobrerregulados, que incluso llevaron al INE a convertirse en una especie de central de medios gracias a la excesiva espotización; no obstante, los medios digitales, los más consultados por un enorme segmento de la población, no fueron tomados en cuenta en las normativas actuales.

Las plataformas digitales se convierten en una especie de tierra sin ley que permite a partidos y actores políticos realizar prácticas no éticas sin temor a sanción alguna ya que no solo no se contemplan acciones de comunicación política digital o fiscalización adecuada, además las normativas vigentes solo son aplicables a autoridades, actores y partidos políticos, no obstante, cualquier persona puede hacer una campaña electoral utilizando redes sociales y plataformas digitales.

De ahí la necesidad de crear marcos legales que permitan que las y los ciudadanos puedan elegir de manera libre, autónoma y sin cohesión a sus gobernantes, ya que tal y como se encuentra el panorama normativo electoral, la posibilidad de crear estrategias al marco de la ley para favorecer o entorpecer las campañas es muy alta, frente a un riesgo prácticamente nulo.

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