El presidente cubano Raúl Castro inicia el jueves su primera visita de Estado a México, un país que busca aprovechar los ajustes económicos en la isla para ampliar su presencia en la mayor de las Antillas.
Castro llega a la ciudad de Mérida, en el este del país, donde se reunirá el viernes con su colega mexicano Enrique Peña Nieto, quien tras llegar al poder decidió renovar el acercamiento histórico con La Habana tras cerca de una década de relaciones tirantes.
El gobierno mexicano ha dicho que se espera la firma de algunos instrumentos bilaterales en áreas como turismo y educación, aunque su mirada está sobre todo puesta en las potencialidades económicas tras los cambios económicos en la isla, reimpulsados con el deshielo de sus relaciones con Estados Unidos.
En Cuba hay un proceso de modernización de modelo económico y eso abre oportunidades», dijo a The Associated Press Socorro Flores, subsecretaria de Relaciones Exteriores para América Latina.
Agregó que «nosotros creemos que estamos en un lugar privilegiado para tener más presencia en la isla por la cercanía, porque compartimos el mar Caribe, por muchas cosas».
México y Cuba acordaron a fines de 2013 relanzar la relación bilateral que enfrentó entre 2000 y 2012 altibajos con los dos gobiernos del conservador Partido Acción Nacional.
Peña Nieto es un presidente emanado del Partido Revolucionario Institucional, un grupo político que tras el triunfo de la revolución cubana en 1959 mantuvo en general relaciones cordiales, tras asumir una posición de respeto a los asuntos internos de la isla.
Luego de que Raúl Castro asumió la presidencia en 2006 en sustitución de su hermano Fidel, Cuba inició lo que llamó un proceso de actualización de su modelo económico que ha permitido por ejemplo una iniciativa privada limitada y una reforma migratoria, aunque el gobierno sostiene que su estructura seguirá basada en la empresa estatal socialista.
México espera que esos ajustes permitan incrementar el comercio bilateral.
Según estadísticas oficiales, el comercio total entre México y Cuba ascendió en 2014 a unos 374 millones de dólares, una cifra pequeña por ejemplo respecto de Estados Unidos, el principal socio mexicano y con el que tuvo un intercambio el año pasado de poco más de 500.000 millones de dólares.
«Lo que queremos es ampliar el flujo en ambos sentidos», dijo Flores y refirió que actualmente hay 30 proyectos de empresas mexicanas que esperan la autorización del gobierno cubano para ponerse en marcha.
Evitó identificar a las compañías y los proyectos específicos, aunque comentó que están relacionadas con la energía, la electrónica, los alimentos, las pinturas y los productos químicos.
En los últimos meses siete empresas recibieron aprobación para instalarse en el puerto cubano de Mariel, ubicado a unos 50 kilómetros de la capital, que con sus 17,9 metros de profundidad reemplazará al de La Habana. Su zona aledaña se convertirá en un polo de desarrollo.
En ese entonces Ana Teresa Igarza, directora general de oficina de la Zona Especial de Desarrollo de Mariel, indicó que de las siete empresas aprobadas dos eran belgas, dos mexicanas, una española y dos cubanas, dedicadas a la alimentación, la industria química, la logística y la automatización.
Para algunos expertos el interés mexicano corre en paralelo con el que consideran un plan de Cuba de ampliar sus relaciones con el exterior antes de un eventual fin del embargo impuesto por Estados Unidos a la isla hace más de 50 años.
La estrategia de Cuba antes de que se levante el embargo y Estados Unidos pueda llegar con todo (es que) hay que diversificar la relación económica exterior y México puede ser un buen socio», dijo a AP Ana Covarrubias, del Colegio de México.
Esta semana se realiza en la isla la Feria Internacional de La Habana en la que cientos de empresas internacionales esperan aprovechar las expectativas de crecimiento que ha dado la distención de la relación con Estados Unidos.
La subsecretaria dijo que 50 empresas mexicanas participan en la feria para buscar nuevas oportunidades.
«Raúl Castro ha tenido una actitud muy flexible, muy observadora, para tratar de relanzar las relaciones exteriores cubanas en múltiples direcciones, no sólo Estados Unidos», dijo a AP Carlos Manuel Rodríguez, académico de la Universidad Iberoamericana. Y eso, consideró, da a México la posibilidad de tener una cooperación «más intensa» con la isla.
«La cercanía podría reducir el costo de inversiones de empresas mexicanas», añadió.
Pero más allá de los temas favorables para ambos gobiernos, hay asuntos sensibles que según los expertos no pueden dejarse de lado, como el de la migración. México ha visto en los últimos meses un aumento de la llegada de cubanos, en lo que analistas como Covarrubias consideran un reflejo de la nueva relación que se avecina con Estados Unidos.
Sostuvo que con la normalización entre Cuba y Estados Unidos es posible la eliminación de la ley por la cual los cubanos podrían acceder al asilo si entran por tierra a territorio estadounidense.
«Y México es la entrada, lo cual nos plantea un problema de migración indocumentada», dijo Covarrubias.
Estadísticas migratorias señalan que entre enero y septiembre de este año han sido presentados ante las autoridades migratorias 6.447 cubanos por no tener la documentación adecuada para estar en el país. La cifra es dos veces mayor al número registrado en todo 2014.
Fuente Excelsior