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Reconoce Canadá a México como libre de fiebre porcina

El gobierno de Canadá reconoció a México como país libre de fiebre porcina clásica (FPC) por lo que abrió su mercado a la carne de cerdo mexicana, sector que realizó ventas a nivel mundial por un valor de 395 millones de dólares en 2015. La Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa) informó que el ministro de Agroalimentos de Canadá, Lawrence MacAuley, notificó a su homólogo mexicano, José Calzada Rovirosa, la decisión de las autoridades sanitarias de su país de reconocer a México como país libre de dicha enfermedad. El año pasado, la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE) ya había certificado que el ganado porcino mexicano está sano.
Desde 2009, México había solicitado a las autoridades canadienses el reconocimiento del estatus sanitario en la producción de insumos porcinos.
Canadá es considerado como un país líder en materia de sanidad en productos porcícolas, por lo que el reconocimiento a México fue bienvenido por los porcicultores, pues se abre la oportunidad de exportar a ese mercado.
Según Sagarpa, el año pasado las exportaciones de carne de cerdo mexicanas al mundo ascendieron a 97 mil 60 toneladas, de las cuales el 81 por ciento tuvieron como destino Japón, seguido por Corea del Sur con el diez por ciento y los Estados Unidos con el nueve por ciento.
En la balanza comercial agroalimentaria y pesquera de México con Canadá, nuestro país registró un superávit de 299 millones de dólares, ya que se lograron colocar productos por el orden de los mil 659 millones de dólares, mientras que las importaciones fueron por mil 360 millones de dólares, según la consejería agropecuaria de la SAGARPA en Canadá.
Los principales productos que México exportó a ese país el año pasado fueron: tomates, aguacates, berries, pimientos, cerveza, mangos y pepinos.
El próximo mes se llevará a cabo en Ottawa la reunión de la Alianza México-Canadá, un mecanismo cuatripartita público-privado, donde se abordarán con más detalle los programas de colaboración entre los dos países en aspectos de transferencia de tecnología, investigación y productos orgánicos, entre otros.

La Jornada

México

Pone ‘El Mayo’ ultimátum: me repatrian o el colapso

Ismael «El Mayo» Zambada, líder de Cártel de Sinaloa, exigió al Gobierno de México que reclame a Estados Unidos su repatriación porque, de no hacerlo, la relación entre los dos países sufrirá un «colapso».

Juan Manuel Delgado González, asesor jurídico de Zambada en México, confirmó que la petición fue presentado ayer en el Consulado General de México en Nueva York un escrito al que tuvo acceso Grupo Reforma y donde Zambada exige que lo defienda el gobierno.

Debe intervenir (el gobierno) a fin de que el presente asunto no resulte en un colapso en la relación bilateral entre ambos países, puesto que no se debe de perder de vista la irregular e ilegal manera en que el suscrito fui puesto a disposición de las autoridades de los Estados Unidos de América».

En julio del 2024, Zambada fue engañado por Joaquín Guzmán López, hijo de «El Chapo» Guzmán, fue secuestrado para llevarlo a Texas donde enfrenta cargos por delincuencia organizada, homicidio, narcotráfico en gran escala y lavado de dinero, entre otros.

En la solicitud de asistencia consular, el capo señala que si no se interviene en favor de sus derechos, políticos y funcionarios mexicanos también pueden ser secuestrados y trasladados ilegalmente al país vecino.

Por lo anterior, expresa que la respuesta del Estado mexicano «no es opcional», porque tiene la obligación ineludible de defenderlo.

«Si el Gobierno de México no actúa, el suscrito seré condenado a pena de muerte sin lugar a ninguna duda y además esto constituirá un precedente peligroso que permitiría que en cualquier momento cualquier gobierno extranjero pudiera de manera impune violentar nuestro territorio y soberanía, interviniendo para la detención de cualquier persona, incluso políticos o funcionarios del Gobierno, para ser trasladados a la jurisdicción norteamericana sin que nada suceda», manifiesta.

«Exijo y demando que el Estado mexicano cumpla con su obligación ineludible de intervenir de manera inmediata, contundente y sin margen de discrecionalidad para exigir formalmente a los Estados Unidos de América garantías y seguridades absolutas, plenas, vinculantes e irrevocables de que no se me impondrá ni se ejecutará la pena de muerte en su jurisdicción. Esta exigencia no es opcional, ni puede ser interpretada como una cuestión de oportunidad política o diplomática».

El documento firmado por Zambada advierte que, de no haber una exigencia categórica y formal de sus garantías, «constituiría una traición al sistema jurídico mexicano» y al deber del Estado de garantizar la seguridad de sus ciudadanos, sin excepción alguna.

«En este contexto, en cuanto hace a mi asunto en particular, resulta una obligación del Estado Mexicano: presentar una protesta formal ante las autoridades estadounidenses, señalando la violación del Tratado (de México y Estados Unidos para prohibir los secuestros transfronterizos) y exigiendo el respeto a la soberanía mexicana y al debido proceso legal», señala.

Solicitar la repatriación inmediata de mi persona, argumentando que mi traslado fue ilegal y que cualquier proceso judicial en mi contra debe llevarse a cabo en México, conforme a las leyes nacionales y los acuerdos internacionales vigentes».

En una parte de su escrito, el líder del Cártel de Sinaloa requiere al Gobierno de México para que pida a los estadounidenses un informe detallado de las circunstancias de su secuestro y traslado, identificando quiénes permitieron su entrada a la Unión Americana y bajo qué base legal.

También, que le informen la identidad de las personas involucradas en su traslado, tanto del lado estadounidense como del lado mexicano.

La razón por la que alega que el Gobierno federal debe exigir la cancelación del proceso al que está sometido en Nueva York, es precisamente porque el procedimiento tiene como origen su secuestro y traslado ilegal a la Unión Americana.

«Esta exigencia no es una cuestión discrecional ni sujeta a consideraciones políticas o diplomáticas», dice.

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