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Récord de contagios de Covid en México: 33 mil en un día

México registró este 11 de enero un nuevo récord de contagios de coronavirus (COVID-19): en 24 horas, la Secretaría de Salud (Ssa) federal reportó 33 mil 626 contagios, el pico más alto durante toda la pandemia, y 162 defunciones.

En su reporte técnico diario sobre COVID-19, la Ssa federal detalló que México suma, al 11 de enero, un total de 4 millones 170 mil 66 contagios, y acumula 300 mil 574 defunciones. Las entidades con más casos son Baja California Sur, CDMX, Quintana Roo, San Luis Potosí y Zacatecas.

En este mismo sentido, para el 11 de enero de 2022, los casos COVID-19 activos se concentran en 10 entidades que son Baja California Sur, Ciudad de México, Quintana Roo, San Luis Potosí, Zacatecas, Yucatán, Colima, Baja California, Coahuila y Tabasco.

En el plano internacional, dijo la Ssa de México, en las 24 horas previas al 11 de enero se reportaron un millón 738 mil 701 contagios y 5 mil 150 muertes por COVID-19, acumulando 308 millones 458 mil 509 contagios y 5 millones 492 mil 595 muertes.

Este 11 de enero, Estados Unidos superó su récord de personas hospitalizadas por COVID-19, con casi 146 mil internados, según datos del Departamento de Salud. De ellos, casi 24 mil están en cuidados intensivos, por lo que el país también enfrenta un brote por Ómicron.

Opinión

Emilia Pérez: Una Mirada Cuestionada sobre México Por: Sigrid Moctezuma

En un mundo donde el cine es tanto un arte como una poderosa herramienta de representación cultural, las películas que abordan la identidad de un país llevan consigo una gran responsabilidad. Tal es el caso de Emilia Pérez, una cinta que, aunque prometía ser un relato innovador, ha generado un torrente de críticas por su visión estereotipada y su superficialidad al retratar la cultura nacional.

Descrita por sus creadores como un “narco-musical”, Emilia Pérez sorprendió al ganar cuatro Globos de Oro, lo que dejó en evidencia una desconexión entre las audiencias internacionales y la percepción mexicana. Mientras en el extranjero se celebra como un experimento cinematográfico audaz, aquí ha sido criticada por perpetuar clichés culturales que parecen sacados de una postal turística, ignorando las complejidades del México actual. Aunque su mezcla de comedia, drama y música despertó curiosidad inicial, para muchos terminó siendo un recordatorio de cómo los estereotipos siguen dominando la narrativa global.

Uno de los puntos de mayor desagrado ha sido la manera en que la película aborda temas sensibles como la identidad de género y la narcocultura. Si bien es positivo que estas cuestiones tengan espacio en la narrativa cinematográfica, en Emilia Pérez se sienten tratadas con una ligereza que no honra su trascendencia. Los personajes, en lugar de reflejar matices reales, se convierten en caricaturas que difícilmente conectan con el público.

Las críticas no solo vienen de los espectadores, sino también de sectores especializados en cine y cultura. Se ha señalado que la película parece diseñada para un público extranjero que consume el «México pintoresco», mientras ignora las voces y experiencias auténticas que definen al país. Lo que representa una oportunidad desperdiciada para proyectar un discurso que sea fiel a nuestra riqueza cultural y social.

Este fenómeno no es nuevo en el cine. Muchas producciones internacionales han intentado capturar supuestamente nuestra esencia, pero terminan cayendo en la trampa: el mariachi omnipresente, las cantinas llenas de tequila y la violencia gratuita. Emilia Pérez, desafortunadamente, parece sumar su nombre a esta lista.

No obstante, este tipo de reacciones también abre un espacio importante para la reflexión. La discusión que surge de estas películas pone sobre la mesa la necesidad de que seamos nosotros quienes contemos nuestras propias historias, desde múltiples perspectivas. Es imperativo que el relato cinematográfico internacional comience a escuchar más atentamente las voces locales y trabajen en colaboración para evitar simplificaciones que diluyan nuestra esencia.

En un mundo donde las plataformas digitales hacen que el cine viaje más rápido que nunca, la responsabilidad de representar adecuadamente a un país se vuelve aún más crucial. La recepción de Emilia Pérez debería servir como un recordatorio de que no somos un concepto único y fácil de definir, sino una amalgama compleja de historias, tradiciones y modernidades.

Quizá, en el futuro, podamos ver más producciones que tomen este desafío en serio, dejando de lado las visiones simplistas. Porque México, con todas sus luces y sombras, merece ser contado con verdad y profundidad.

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