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Reforma electoral debe estar basada en visión y diagnóstico, no en filias o fobias: Expertos

Al participar en la presentación del libro “Elecciones, justicia y democracia en México. Fortalezas y debilidades”, el Consejero Presidente del Instituto Nacional Electoral (INE), Lorenzo Córdova Vianello, sostuvo que para el éxito de una posible reforma electoral es indispensable partir de un diagnóstico, así como de un debate bien informado y objetivo, pues si se hace a partir de filias o fobias está condenada al fracaso.

“De llevarse a cabo en las próximas semanas o meses una reforma electoral, sería importante definir cuáles son sus objetivos: qué se quiere modificar y para qué se quiere modificar, qué es lo que se quiere lograr”, estableció.

Ante el Consejero Martín Faz Mora y los compiladores del libro, Luis Carlos Ugalde Ramírez y Said Hernández Quintana, dejó en claro que “una reforma radical no sólo es innecesaria, sino también inoportuna” y abundó sobre los cambios en la historia de las reformas político-electorales en México, orientadas a perfeccionar el sistema electoral.

“Para que una eventual reforma llegue a buen puerto es indispensable que parta de un debate informado, objetivo, con evidencia, con altitud de miras, apuntando a mejorar nuestro sistema electoral y el sistema de partidos políticos. Una reforma hecha a partir de los objetivos de solo una de las partes, a partir de las filias y fobias que permean el debate público, de rencores o enconos personales o de partido, está condenada al fracaso y será inevitablemente regresiva”, aseveró.

Lorenzo Córdova recordó que las reformas electorales a lo largo de la historia han sido resultado de amplios acuerdos y consensos entre los partidos políticos, de otro modo “si una reforma es producto de un mero mayoriteo, de alguna fuerza o fuerzas del espectro político, corremos el riesgo de que las reglas se conviertan en el futuro, no en un ancla de certeza y estabilidad, sino en la fuente de descalificación de futuros procesos democráticos”.

Planteó que una reforma de gran calado que se proponga como principal objetivo la renovación de los órganos directivos de las autoridades electorales, “termina por ser una reforma miope, alimentada más bien por los rencores, filias o fobias personales, que carece de altitud de miras”.

Por ello, el Presidente del INE celebró la presentación del libro integrado por 38 textos de más de 50 autores, porque proyecta con claridad el carácter evolutivo del sistema electoral mexicano y abona a un debate objetivo e informado.

Recordó que si la democracia es una obra colectiva, a todas y todos toca defenderla y cuidarla. “Por ello, es esencial que una reforma electoral se construya concibiendo al pluralismo, la representación, la diversidad, la inclusión y el poder regulado como auténticas virtudes públicas y valores democráticos y no como debilidades de nuestra convivencia social.”

Una obra especializada, con fortalezas y debilidades del sistema electoral mexicano

Al moderar la presentación, el Consejero Martín Faz Mora señaló que el libro es una obra especializada, referente para la academia, para quienes están en el ámbito electoral, para quienes quieran conocer y actualizar el sistema electoral mexicano.

“Es una saga que ha sido realizada ya desde hace tiempo en una primera edición en el 2013, con el título Fortalezas y Debilidades del Sistema Electoral Mexicano (2000-2012). Ideas para una nueva reforma electoral, que de alguna manera daba inicio con estos diagnósticos sobre el sistema electoral en su conjunto, respondiendo, incluso, creo yo, a los contextos de las posibilidades en reformas electorales que se planteaban en ese entonces”.

Faz Mora añadió que la tercera edición da continuidad a todos estos estudios e incorporan nuevos elementos que constituyen “un referente necesario para cualquiera que quiera conocer, analizar, profundizar y tener una visión y un diagnóstico del sistema electoral mexicano”.

Fobias personales no deben ser motivo de una reforma electoral

El director de Integralia Consultores y ex Consejero Presidente del entonces IFE, Luis Carlos Ugalde, agregó que el libro ofrece un diagnóstico de las fortalezas y debilidades del sistema electoral mexicano, así como recomendaciones para mejorarlo que sean útiles para una próxima reforma electoral que siempre es bienvenida.

El gran problema “es que si la propuesta de reforma electoral es mala, puesto que se base en estigmas y fobias personales, me parece que es preferible que el sistema electoral mantenga sus sistemas actuales y no entrar a una discusión que ya empezó mal por estar basada en prejuicios”, dijo.

Ugalde mencionó que el libro en dos volúmenes da una visión panorámica de 30 años de historia electoral del país de 1990 a 2020, “es el más completo para entender al sistema electoral en su conjunto y para todos aquéllos que van a participar en la discusión de una posible reforma electoral, aquí hay elementos, no ideológicos, sino de una evaluación integral del sistema electoral mexicano”, afirmó.

Añadió que “para plantear una reforma electoral de gran calado se requiere, primero, saber cuál es la visión, qué queremos de la democracia electoral mexicana en los próximos 15 o 20 años”.

Said Hernández Quintana invitó a consultar y leer el libro para conocer en sus casi 40 capítulos un proceso de reflexión y crítica del complejo sistema electoral con una pluralidad de plumas de expertos con destacadas trayectorias profesionales.

Mencionó que el texto ofrece la evolución del sistema electoral, resultado de un largo proceso de cambio político, los conceptos más importantes, las etapas más relevantes de cada temática; la efectividad y pertinencia del marco legal, una suerte de diagnóstico en el que se exponen fortalezas y debilidades del sistema y se formulan recomendaciones.

Opinión

Emilia Pérez: Una Mirada Cuestionada sobre México Por: Sigrid Moctezuma

En un mundo donde el cine es tanto un arte como una poderosa herramienta de representación cultural, las películas que abordan la identidad de un país llevan consigo una gran responsabilidad. Tal es el caso de Emilia Pérez, una cinta que, aunque prometía ser un relato innovador, ha generado un torrente de críticas por su visión estereotipada y su superficialidad al retratar la cultura nacional.

Descrita por sus creadores como un “narco-musical”, Emilia Pérez sorprendió al ganar cuatro Globos de Oro, lo que dejó en evidencia una desconexión entre las audiencias internacionales y la percepción mexicana. Mientras en el extranjero se celebra como un experimento cinematográfico audaz, aquí ha sido criticada por perpetuar clichés culturales que parecen sacados de una postal turística, ignorando las complejidades del México actual. Aunque su mezcla de comedia, drama y música despertó curiosidad inicial, para muchos terminó siendo un recordatorio de cómo los estereotipos siguen dominando la narrativa global.

Uno de los puntos de mayor desagrado ha sido la manera en que la película aborda temas sensibles como la identidad de género y la narcocultura. Si bien es positivo que estas cuestiones tengan espacio en la narrativa cinematográfica, en Emilia Pérez se sienten tratadas con una ligereza que no honra su trascendencia. Los personajes, en lugar de reflejar matices reales, se convierten en caricaturas que difícilmente conectan con el público.

Las críticas no solo vienen de los espectadores, sino también de sectores especializados en cine y cultura. Se ha señalado que la película parece diseñada para un público extranjero que consume el «México pintoresco», mientras ignora las voces y experiencias auténticas que definen al país. Lo que representa una oportunidad desperdiciada para proyectar un discurso que sea fiel a nuestra riqueza cultural y social.

Este fenómeno no es nuevo en el cine. Muchas producciones internacionales han intentado capturar supuestamente nuestra esencia, pero terminan cayendo en la trampa: el mariachi omnipresente, las cantinas llenas de tequila y la violencia gratuita. Emilia Pérez, desafortunadamente, parece sumar su nombre a esta lista.

No obstante, este tipo de reacciones también abre un espacio importante para la reflexión. La discusión que surge de estas películas pone sobre la mesa la necesidad de que seamos nosotros quienes contemos nuestras propias historias, desde múltiples perspectivas. Es imperativo que el relato cinematográfico internacional comience a escuchar más atentamente las voces locales y trabajen en colaboración para evitar simplificaciones que diluyan nuestra esencia.

En un mundo donde las plataformas digitales hacen que el cine viaje más rápido que nunca, la responsabilidad de representar adecuadamente a un país se vuelve aún más crucial. La recepción de Emilia Pérez debería servir como un recordatorio de que no somos un concepto único y fácil de definir, sino una amalgama compleja de historias, tradiciones y modernidades.

Quizá, en el futuro, podamos ver más producciones que tomen este desafío en serio, dejando de lado las visiones simplistas. Porque México, con todas sus luces y sombras, merece ser contado con verdad y profundidad.

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