Apenas sepultaron a Jaime Orozco Madrigal, candidato a la alcaldía a Guadalupe y Calvo, para cuando el PRI ya contaba con su relevo. Se trata de Leopoldo Edel Medina, un personaje cercano al finado, quien podría recibir hoy mismo el nombramiento oficial.
Pero sepultado el político no acaba el problema. Sus asesinos siguen sueltos y en Guadalupe y Calvo muchos aseguran saber exactamente quiénes lo mataron. Es posible, pero mientras las versiones no vayan más allá de chismes de rancho o filtraciones de estanquillo, todo sigue igual.
La gravedad de la situación y la ineptitud (o complicidad) del Ejército en la región, hicieron necesaria la presencia de elementos de la Marina, en el punto más alejado de las costas de todo el país, pues de plano no hay quien quiera entrarle al “triángulo dorado”, un territorio que difícilmente se puede considerar parte de la nación, pues ahí quien manda son los criminales y nadie más.
Muchos expulsados de Guadalupe y Calvo por la extrema violencia se refugiaron en Estados Unidos y desde ahí hacen llamadas de auxilio a los medios y a las autoridades, pues aseguran que quien se ha atrevido a denunciar desde el pueblo no ha vivido para contarlo.
El “afortunado” candidato por Guadalupe y Calvo podría ser un regidor, aseguran, pero también nos cuentan que varios, antes de que les preguntaran, dieron un rotundo “no”. Y los comprendemos. Si quiere ser alcalde de una bella comarca en la serranía, olvídese de campañas, discursos y lo demás, solo diga “yo” y despídase oportunamente de su familia y amistades, por si acaso.
Pero ahí no acaba. Otro candidato del PRI, Jesús Chávez, de Huejotitán, también anda sintiendo cerca la guadaña y por eso solicitó al Instituto Estatal Electoral protección, pues ha recibido varias amenazas telefónicas y cree que puedan llegar a materializarse. Balazo mata campaña y por eso ya con seis los candidatos que piden protección, más muchos otros que se aguantan o se protegen con sus propios medios.
Además de Jesús Chávez, otros cinco candidatos han solicitado seguridad durante este proceso electoral, cuatro del PRI, uno del PAN y otro del Partido Verde. Los que ya cuentan con quien los cuide son Miguel Riggs y Javier Garfio, Eloy García Tarín, aspirante al distrito 16, un candidato al distrito 10 de Meoqui, además de otro aspirante de extracción priista.
Otro político serrano que corre el riesgo de morirse, pero de hambre, es el alcalde de Guachochi, Andrés Balleza Carreón, quien inició una huelga de hambre en protesta contra la compra de votos que se aprovecha de la pobreza de las comunidades indígenas, como se ha hecho desde décadas, señaló.
Su ayuno, asegura, lleva desde el seis de junio pasado y ni quién se diera cuenta hasta hace pocos días. Su denuncia pública menciona que con despenas y migajas se compra los votos de los más desfavorecidos, lucrando políticamente con su miseria. De comprobarse, se acreditaría un hecho mezquino y cicatero, que tristemente a nadie sorprendería, pues se hace cada periodo de elecciones. Votos de hambre, votos seguros.
Otro conflicto en la Sierra es el que persiste entre las compañías mineras y los activistas ambientales y agrarios, pues integrantes de El Barzón, desplegaron una amplia campaña para denunciar el acoso y la judicialización de la protesta social.
Lo anterior luego de que la empresa minera Cascabel denunciara robos y daños en sus instalaciones, acusando a cerca de doscientos integrantes de la comunidad de Benito Juárez del Municipio de Buenaventura. Los acusan de robar y destruir muestras por un valor de 550 millones de pesos ¿nada más?
Definitivamente debe ponerse orden, porque las mineras extranjeras no pueden venir a hacer y deshacer a su antojo contra los legítimos propietarios de las tierras, pero tampoco pueden organizarse turbas de revoltosos que asalten instalaciones privadas. La justicia debe intervenir y sancionar a quien lo amerite.
Otro asunto en el que han debido intervenir los tribunales, es la denuncia del PAN de Chihuahua contra las candidaturas comunes entre el PRI, Panal, PT y Verde, pues los micropartidos reciben generosamente los votos para plurinominales que al PRI le sobran, colándolos en el Congreso a pesar de no representar a nadie.
Ante la expectativa de que los tribunales de Guadalajara los manden a volar, los panistas encabezados por Mario Vázquez y César Jáuregui tienen pensado ir hasta la sala superior, pero es difícil, porque pese a tratarse de coaliciones ventajosas y mañosas, no son ilegales, pues parten de las inconsistencias legales de Chihuahua. A ver qué pasa.
Contra quienes también se están quejando los panistas Beto Pérez y Heliodoro Juárez es contra los medios de Cuauhtémoc, , pues prácticamente todas las estaciones de radio traen consigna contra los candidatos del PAN y ni de chiste los dejan acercarse a los micrófonos para defenderse.
La razón es obvia: Israel Beltrán Montes, candidato priísta a diputado, es el dueño de una estación de gran difusión, al igual que Anibal Moreno, otro amigo del PRI y del Gobierno del Estado, con quien hizo recientemente lucrativos negocios. De pilón, la otra estación es de Ricardo Boone, diputado priísta. Ni para dónde hacerse.
El problema es complejo. Las estaciones de radio son privadas y no están legalmente obligadas a abrir sus micrófonos a nadie, sin embargo sí están profesional y éticamente obligadas a hacerlo, pero, ¿ética? Jaja, ¿qué es eso? Dirán muchos por aquellas hermosas tierras cuauhtemenses.
Es por eso que Mario Vázquez arrancó una campaña que pretende montar un mini #YoSoy132, en el que sean los jóvenes quienes exijan escuchar las “interesantísimas” propuestas de los panistas en la radio. Todo es puro ruido, en pueblo chico infierno grande, todos saben quién es quién.
En Delicias han intentado también posicionar a los candidatos tricolores, pero de eso nada. Elvira González, candidata a diputada por el PRI, nada más no pega y todos ya le apuestan a Eliseo Compean, sobre todo después de la penosa actuación de la candidata durante el debate.
Pero mientras el PAN busca convencer a los ciudadanos de que les regalen su voto, no logra convencer ni a sus cada vez más pocos militantes de acudir a representar al partido en las casillas. Parece que, al igual que el año pasado, el 40% de las casillas quedarán sin vigilante azul, así que deberán confiar en la rectitud de los representantes priístas. Jeje.
Los candidatos no le están metiendo mucho a las campañas. Saben que la gente no va a ir a votar pues prefieren dar su sufragio a gatos, burros o bromistas de la red, o mejor aún, ni tomarse la molestia de ir a formarse.
Recordemos que en las pasadas elecciones a gobernador estuvieron registrados 2,612,623 votantes, pero solo participó 1,081,825 chihuahuenses, mucho menos de la mitad, a lo que se deben sumar casi 37 mil votos nulos y para candidatos no registrados.
La pifia de gastarse dos millones de pesos en los spots de Aracely Arámbula será un gasto inútil, pues una cara bonita no resolverá el hecho de fondo por el que los chihuahuenses no votan:falta de educación política y ningún candidato los hace sentir representados.
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