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Retrasar la segunda dosis de la vacuna de Pfizer contra el COVID-19 aumenta la respuesta inmunitaria

En diciembre pasado, con los casos en aumento, el sistema sanitario al límite y ante un suministro limitado de vacunas, el Reino Unido fue el primero en embarcarse en audaz experimento de salud pública: retrasar las segundas dosis de las vacunas COVID-19 en un intento de maximizar el número de personas que estarían al menos parcialmente protegidas de la hospitalización y la muerte por coronavirus.

Ahora, un estudio publicado por Nature, sugiere que retrasar la segunda dosis de la vacuna de ARNm de Pfizer-BioNTech podría potenciar la respuesta de los anticuerpos tras la segunda inoculación más de tres veces en los mayores de 80 añosEste estudio respalda el creciente número de pruebas de que el enfoque adoptado en el Reino Unido para retrasar la segunda dosis ha dado sus frutos”, declaró Gayatri Amirthalingam, epidemióloga de Public Health England en Londres y coautora del trabajo, durante una rueda de prensa.

Muchas de las vacunas COVID-19 se administran en dos dosis: la primera inicia una respuesta inmunitaria y la segunda, la refuerza. En los ensayos clínicos de las tres vacunas utilizadas en el Reino Unido, el intervalo entre las dosis suele ser de tres a cuatro semanas. Pero en el caso de algunas vacunas existentes, una espera más larga entre la primera y la segunda dosis produce una respuesta inmunitaria más fuerte. El retraso de las vacunas de refuerzo de COVID-19 también podría ampliar la inmunidad parcial entre una franja mayor de la población que el programa de dosificación más corto.

Para determinar si el retraso valía la pena, Amirthalingam y su equipo estudió a 175 receptores de la vacuna de Pfizer mayores de 80 años, una parte del grupo estudiado recibió su segunda dosis a las 3 semanas, y la otra 11 o 12 semanas después de la primera. El equipo midió los niveles de anticuerpos de los receptores contra la proteína de la espiga del SARS-CoV-2 y evaluó cómo respondían a la vacunación las células inmunitarias llamadas células T, que pueden ayudar a mantener los niveles de anticuerpos a lo largo del tiempo.

Los niveles máximos de anticuerpos fueron 3,5 veces más altos en quienes esperaron 12 semanas para recibir la vacuna de refuerzo que en quienes esperaron sólo 3 semanas. La respuesta máxima de las células T fue menor en los que tuvieron el intervalo ampliado. Pero esto no hizo que los niveles de anticuerpos disminuyeran más rápidamente durante las nueve semanas posteriores a la vacuna de refuerzo.

Una mujer espera fuera de un centro de vacunación después de recibir su vacuna COVID-19, en medio de la propagación de la enfermedad del coronavirus (COVID-19), en Wembley, Londres, Gran Bretaña, 18 de enero de 2021. REUTERS/Matthew ChildsUna mujer espera fuera de un centro de vacunación después de recibir su vacuna COVID-19, en medio de la propagación de la enfermedad del coronavirus (COVID-19), en Wembley, Londres, Gran Bretaña, 18 de enero de 2021. REUTERS/Matthew Childs

Se trata del primer estudio directo sobre el modo en que el retraso afecta a los niveles de anticuerpos contra el coronavirus, y podría influir sobre las decisiones de programación de la vacuna en otros países, afirman los autores.

“Los resultados son tranquilizadores, pero son específicos de la vacuna de Pfizer, que no está disponible en muchos países de ingresos bajos y medios”, explicó a Nature Alejandro Cravioto, presidente del Grupo Consultivo Estratégico de Expertos en Inmunización de la Organización Mundial de la Salud. Los países tendrán que considerar si las variantes que circulan en su región particular podrían aumentar el riesgo de infección después de una sola dosis de la vacuna, dice.

En el caso del Reino Unido, ampliar el intervalo entre las dosis fue claramente la decisión correcta, pero las restricciones implementadas en simultáneo merecen parte del crédito por ese éxito, afirmó Stephen Griffin, virólogo de la Universidad de Leeds, Reino Unido. “La gente es teóricamente vulnerable entre la primera y la segunda inyección”, afirma. “Lo que ha funcionado en el Reino Unido es mantener las restricciones al mismo tiempo que se vacuna”.

El estudio realizado en Reino Unido recibió el apoyo del Consorcio de Inmunología de Coronavirus británico y fue financiado conjuntamente por el Centro de Investigación e Innovación del Reino Unido (UKRI), el Instituto Nacional de Investigación en Salud (NIHR) y apoyado por la Sociedad Británica de Inmunología.

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Cofece multa a Walmart por prácticas monopólicas: la batalla legal apenas comienza

La Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece) asestó un golpe histórico al multar a Walmart de México con 93.4 millones de pesos tras concluir una investigación que se extendió por más de cuatro años. La razón: prácticas monopólicas relativas, particularmente en el trato con sus distribuidores.

Según el dictamen de la Cofece, Walmart aprovechó su posición dominante en el mercado para imponer condiciones desfavorables a los proveedores, afectando la competencia en el sector. Aunque no se han revelado todos los detalles de las “contribuciones” impuestas a los distribuidores, el veredicto destaca cómo estas prácticas distorsionan el acceso al mercado y perjudican a competidores más pequeños.

En respuesta, Walmart no tardó en reaccionar. La empresa anunció que impugnará la decisión y enfatizó su compromiso con el cumplimiento de las leyes mexicanas. En su comunicación oficial, destacó que la sanción carece de fundamento y que está basada en interpretaciones erróneas. Este movimiento era predecible: para una empresa de este tamaño, 93 millones de pesos no solo representan una cifra considerable, sino también una amenaza a su reputación.

Por otro lado, la Cofece también se juega mucho. Este caso es una muestra clara de su intención de reforzar la vigilancia sobre los gigantes corporativos. Sin embargo, una batalla legal prolongada podría poner a prueba su capacidad de defender sus resoluciones en tribunales.

Más allá de la multa, el caso de Walmart pone el reflector sobre una problemática común en el comercio minorista: el desbalance de poder entre grandes cadenas y pequeños distribuidores. Si bien el desenlace de este litigio aún está por definirse, el mensaje es claro: los días de actuar sin consecuencias podrían estar contados. La industria y los consumidores estarán atentos a cada movimiento en esta batalla judicial.

 

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